El futuro es un enorme signo de interrogación, porque el daño es superlativo. Siempre se puede estar peor y aunque resulte aventurado, se puede afirmar que nada, puede ser peor que esta pesadilla. Un gobierno en desbande cuyo máximo objetivo es llegar al 10 de diciembre, para lo cual le resulta imprescindible mantener controlado al dólar pero para lograrlo dilapida diariamente las reservas en una carrera de final incierto.