Darío Capelli sostiene en este artículo que antes que discutir sobre qué significa nuestra izquierda o cuán cerca está el fascismo de tomar la escena nacional, es preferible encender luces amarillas en torno a la posibilidad de que la derecha termine ganando la disputa interna por la conducción política del Frente de Todos. Capelli afirma que discutir entre compañerxs nunca será hacerle el juego al fascismo, y aclara que no debatir, en cambio, siempre fue de derecha.