Diego Sztulwark sostiene que la maquinaria comunicacional blande el fantasma de la apatía de una parte del electorado y desdibuja la importancia del momento político por excelencia que es el acto electoral. Así funciona la percepción de las "productoras", escribe Sztulwark, autentico sujeto de la campaña y de lo político vuelto fenómeno comunicacional de mercado. La absorción misma del mundo político por las "productoras" es el hecho reaccionario de nuestro presente porque en su propio mecanismo tiende a confirmar las premisas culturales de la derecha en el uso de los discursos de izquierda.