Estela Grassi afirma que el problema de la política se manifiesta en el estado de la lucha social por el reconocimiento o la distinción, puesto de manifiesto en las disputas por el uso del espacio urbano. Un estado de cosas que la política democrática no puede ya procesar, sino bajo acciones que se salen de cauce, al haberse reemplazado los argumentos y las propuestas por las denuncias en una versión actualizada del “algo habrán hecho”. Un estado de la política que se expuso con la mayor crudeza en el atentado a la vida de la vicepresidenta.