En marzo de 2015, cuando la Convención Nacional aprobó en Gualeguaychú su alianza con la derecha del PRO, se concretó la temida seducción del régimen conservador. La UCR no se rompió entonces, se dobló y apartó del cauce reivindicado por Alfonsín, de su proclamado compromiso con los desposeídos y con la República Democrática.