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Gobierno, peronismo y crisis – Por Ricardo Rouvier

El sociólogo Ricardo Rouvier analiza el resultado electoral de las PASO y la crisis interna del Frente de Todos que devino de la derrota en los comicios de septiembre.

Por Ricardo Rouvier*

(para La Tecl@ Eñe)

La crisis en el seno del gobierno y en el Frente de Todos tiene motivaciones cercanas y otras lejanas y abre muchos interrogantes a raíz de la gran incertidumbre generada. Uno de los protagonistas y damnificado, por estas horas, es el propio peronismo que  fue afectado por su fuerte derrota electoral y su identidad está en el medio de esta controversia. Todo el espacio panperonista que, desde el 2019 incluye al Frente de Todos si lo comparamos con lo obtenido en la legislativa del 2017 respecto al 2021 muestra un descenso significativo del volumen de votos. Gran parte de esta cifra fue a parar a los que no fueron a votar, al voto en blanco, o a otros partidos pero no a la centro derecha de Juntos que repitió su performance. Además, el incremento de la deserción (caída del presentismo diez puntos de porcentaje respecto al 2017), más el voto en blanco son indicadores de la brecha entre la sociedad y la política. No hay duda que ni la centro-derecha ni el peronismo lograron recuperar el vínculo más lejano de la ciudadanía con la política, ni siquiera se pudo reproducir el entusiasmo que hubo entre los jóvenes en los primeros años del kirchnerismo. Pandemia y recesión remaron en contra de la floración de la política.

Las principales causas de la derrota se instalan en lo económico y social, la situación de gran parte de la sociedad, sobre todo de la mitad de la pirámide social para abajo, puso a la ciudadanía, con la ayuda de la pandemia, en dirección hacia una movilidad social descendente. Es decir que no hubo factores ideológicos de incidencia del sufragio sino Juntos hubiera crecido a partir del abandono de votos al Frente: cosa que no ocurrió.  

Hay otro factor que pasa desapercibido en la consideración que tiene  que ver con el crecimiento del espacio nacional y popular aprovechando las herramientas democráticas. Las PASO fueron mucho más utilizadas por Juntos por el Cambio, que tuvo competencia en 19 distritos de 24, en contraposición al peronismo que participó solamente en 5; y esas fueron con controversias como en Santa Fe.

Desde Perón a la fecha hay una tradición de lista única, y eso termina favoreciendo la dedocracia, el caciquismo, impide abrir espacios y darle oportunidad a nuevas generaciones. La apertura y realización de primarias refuerza la opción electoral de los que adoptan esta posibilidad antes de  la elección general . 

Fue Néstor Kirchner quien propuso las PASO con el propósito de hacer participar a la sociedad de las internas de los partidos y en ponerle límites a la financiación privada de la política. De ese modo, entendía el ex Presidente, se pondría un freno a las intenciones políticas de los empresarios.

Hoy el conflicto de poder trepó hasta las máximas autoridades de la República, que atraviesa dos planos: uno la gobernabilidad, y otro la unidad del Frente de Todos. Por supuesto que el primero es más importante y el más urgente, y el segundo vendrá como consecuencia de cómo se vaya resolviendo el primero. La intervención de la Vicepresidenta pocas horas después de conocido el resultado electoral a través de la renuncia planificada de ministros y funcionarios, señaló como preludio a su carta cuál era la voluntad al convertir su interpelación al Presidente en un hecho público. En algunos, esta acción fue vista como un acto emancipatorio dentro de la diversidad peronista; y en muy pocos se instaló como diatriba. Nada en la calle, ni en las organizaciones populares. El Presidente desarmó, razonablemente, una marcha del Movimiento Evita en su apoyo.

La forma se agrega al contenido, y se agrava la imagen del Frente ante el electorado, además de un mayor hundimiento del prestigio de la política en general. De algo está harta la ciudadanía, y es que los políticos se peleen entre ellos. Agregaríamos que conociendo la historia, es verdad que hay un reclamo pequeño burgués hacia el statuo quo detrás de la paz. Esto podría responderse desde la construcción de una síntesis superadora de las contradicciones en el seno del pueblo a partir de una interpelación al gobierno o al poder desde los intereses populares, pero esto  no aparece por ningún lado, salvo en el campo de la abstracción.

Sin duda que la decisión de externalizar la disputa se hace con la intención de acumular poder de fuego, aunque lastime a los propios tiradores. El estilo de comunicación de Cristina es fiel a sí misma, que es tomar distancia de aquello que interpela, saliéndose del objeto del cual forma parte. Todo esto en soledad.

Su carta, siguiendo la escritura de las anteriores, constituye ya no un aviso como eran aquellas, sino una corroboración ante la derrota generalizada. La nota, que tiene algunos conceptos irrefutables y algunos datos erróneos, pone el acento en lo económico y social y sobre algunos ministros. Uno de los argumentos centrales es que la situación socioeconómica fue determinante de la derrota electoral, cosa que es verdad pero una visión realista es que nuestra economía además de tocarle el tsunami Macri presenta problemas estructurales desde antes. Uno prioritario: la escasez de recursos. Negarlo y sustituirlo por un imaginario de tiempos mejores choca con los números duros de la estadística económica y social. Pero, el bajo nivel de reservas de hoy es tal que puede liderar un ranking de insolvencia. La ratificación de Guzmán, cuestionado hasta hace minutos, es una alternativa razonable para el intento de recuperación.  

Hay diversos estudios que indican la correlación existente entre el salario real  y el voto al peronismo. La inflación se mantiene a pesar de los controles de precios, sabiendo que esta relación es muy compleja para cualquiera.

Y en esto debemos detenernos porque entramos en una opción de hierro que atenaza al país desde hace décadas, y es la dicotomía entre lo ideológico versus el posibilismo. El primero, está revestido de su manto de transformación, de cambio, de centralización de la justicia social, la equidad, de todo aquello que significa lo axiológico del reformismo; también incluye la utopía, el deseo. Esto confronta históricamente con el posibilismo, que siempre ha sido visto como moderado y, por eso,  atacado por el maximalismo de derecha o izquierda. Desde ambos lados el posibilismo es visto o sospechado de caer en las redes de los grandes intereses o la neutralidad, algunas veces vista como traición. 

¿Ambas posiciones son irreconciliables? Si lo son habrá ruptura sin solución y el peronismo puede volver a ser un archipiélago. Es la política que vuelve imposible o posible una diferencia. Es decir, hay que asegurar que además de la ambulancia destinada a la emergencia se pueda construir un proyecto productivo para romper la desocupación y la pobreza, evitando un escalamiento de la inflación y del drenaje de divisas. 

Respecto a lo económico, la ex Presidenta quiere poner recursos para alentar la demanda agregada, alentar la oferta  y de esa manera emparejar la lucha desigual contra la inflación. A lo que los posibilistas le responderían que comparten la intención, pero que la dificultad está de dónde sacar los recursos para no  estimular un colapso. Parece que el cómo, ausente de la campaña electoral, sigue siendo una incógnita pendiente inclusive de los más exigentes.

Revisando la historia, se perdió la oportunidad de haber informado a la Nación el 1° de marzo del 2020 después de los 4 años de Macri, cuál era la situación y de allí elaborar un proyecto. Claro, no se puede dejar de mencionar que el 20 de marzo se declaró la lucha contra el COVID, y esto se agregó  como un fuerte condicionamiento a la gestión del nuevo gobierno. La deuda heredada nos pone de cabeza en una negociación con el FMI. ¿Cuál  sería el margen político con que se cuenta para forzar una negativa total al organismo?

Queda demostrado lo que temíamos, el gobierno gobernado por dos cabezas no puede evitar el conflicto interno. La solución ante lo inevitable es administrar el conflicto, y manteniendo  la confianza entre las partes. Si eso no está, el doble comando se vuelve insostenible. La confianza parece haber sufrido una herida profunda.

Como hay debilidad partidocráctica, en nuestro país se refuerzan los personalismos lo que le da primacía a las acciones individuales en soledad. La elección de AF como candidato por CFK y el camino hasta la crisis actual muestra el protagonismo dirigencial sin ninguna participación popular.  

Los Partidos operan como límite acolchados en las coaliciones para morigerar las diferencias. El ejemplo del Frente Amplio uruguayo sigue estando vigente, aunque para nosotros parece muy lejano. En este caso, impresiona ver la evolución de la controversia en manos de los medios que desnudan cuestiones que el sentido común señalaría como innecesarias existiendo el poder de la conversación.

Es indudable que los factores de poder concentrados con sus intereses miran estas disputas y prefieren que esto derive en una implosión con el consiguiente debilitamiento del gobierno.  El peronismo está ante un cruce de caminos y debe elegir cuál va a ser el sendero a tomar, los desafíos del país y de la época lo obligan a reorientar la energía de la crisis hacia la comprensión de la etapa actual, y la construcción de un proyecto por encima de la coyuntura.

Buenos Aires, 22 de septiembre de 2021.

*Lic. en Sociología. Dr. en Psicología Social. Profesor Universitario. Titular de R.Rouvier & Asociados.

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