En esta nota, Julián Axat hace una crónica de un miércoles acompañando a los jubilados, y plantea la necesidad de desnaturalizar la paliza que la policía les propina cada semana, la necesidad de estar presente ahí como forma de solidaridad.
Por Julián Axat*
(para La Tecl@ Eñe)
Las jubilaciones en Argentina atraviesan una situación crítica, marcado por la pérdida del poder adquisitivo y el fin de la moratoria previsional. En abril, el haber mínimo fue de $285.820,63, más un bono fijo de $70.000, cifra que apenas cubre el 30% de la canasta básica para adultos mayores. Por eso cada miércoles, cada semana, muchos jubilados protestan ante el Congreso de la Nación, que no trata un aumento y una recomposición digna. A eso de las 16 horas, el país mira por televisión la escena cuando esos mismos jubilados que protestan reciben una golpiza por parte de la policía. Esto ya es un clásico, las imágenes de la jornada con los títulos en el zócalo rojo “está reprimiendo a los jubilados” adormece al espectador. En esta postal, todo el país naturaliza la jornada. Es cíclico, es como el día de la marmota. A ningún funcionario le da vergüenza.
Como decía Susan Sontag, la crueldad no es lo mismo que la imagen de la crueldad. Cuando la imagen de una crueldad se repite, se instrumentaliza al ojo que la observa, deja de ser crueldad y pasa a ser algo normal. Por eso cada miércoles somos entrenados en la indolencia, por la repetición y observación de la misma imagen una y otra vez en las pantallas, donde un jubilado es apaleado en el piso por la policía.
Por eso una manera de salir de este laberinto, es hacerse presente allí, en vivo y en directo y sentir lo que pasa. Mirarlo en directo. Sentir la adrenalina. Y eso es lo que intentamos hacer con un grupo de escritores el último miércoles, juntarnos a leer nuestros versos frente al monumento, delante de los policías y en la ronda previa de los jubilados.
“Toda poesía es hostil al anarcocapitalismo” es un libro que reune la voz de 180 escritores de Argentina y Latinomérica que habla de lo que está pasando en este país desde diciembre de 2023 (descargar el libro aquí: https://elniniorizoma.wordpress.com/wp-content/uploads/2024/04/toda-poesia-es-hostil-al-anarcocapitalismo.verson.final_.pdf), allí están todos los tópicos del gobierno de la ultraderecha que gobierna este país, tanto vaticinados como los ejecutados o próximos a su ejecución. Así de profético se presenta el libro. Pero también está la poesía en forma de resistencia a un régimen que de lenguaje y manojo de cilshés que se se adosan a la subjetividad. Reunirnos a recitar la antología como mantra en esa plaza, para expresar un momento de algarabía y solidaridad. Y así lo sentimos.
La convocatoria.
Llegamos alrededor de las 14.30hs, invitados por ese anfitrión de cada miércoles incondicional a los jubilados que es el padre Francisco “Paco” de Olveira, quien nos presentó ante la multitud y allí nomás comenzamos a leer en voz alta, frente al ejercito de policías que nos rodeaban. Leyeron Pablo Campos, Liliana Majic, Carlos Aldazábal, Demetrio Iramain, Ricardo Ruiz, Erika Lederer, Mariano Abrevaya, y quien escribe.
Por cada poema, se escuchaban aplausos, después hubo abrazos. Leer poesía en una plaza es una ruina olvidada de la literatura Argentina, en términos formales asumimos ese gesto como homenaje a una línea de poetas que ya no están, pero que viven como espectros en nuestras mentes. En lo que leímos aparece reflejado el momento: la rabia, la rebeldía, el deseo, la necesidad de salir de esta niebla.
El cierre quedó en manos del padre “Paco” que celebró una breve misa ante los presentes, y ya los policías ingresaban sobre el cordón de la plaza de manera bastante amenazante; por lo que la marcha se fue organizando hacia atrás, de repente llegaron más jubilados y referentes sociales con pancartas; poco a poco nos fuimos dispersando.
El padre Paco.
El resto es la escena de cada miércoles, la fuerzas de seguridad que se encolumnan bloqueando la calle y es un ejército de hierro que avanza impidiendo cualquier paso. El protocolo antipiquetes lleva la paradoja de ser él mismo un piquete que corta la calle. Tira con aerosoles de gas pimienta y se ensaña especialmente con los fotoperiodistas. Los jubilados que se quedan más atrás y se animan a gritar y protestar, reciben también una serie de golpes.
Mientras la marcha de los miércoles funcione bajo esta lógica, me da la sensación que nadie querrá hacerse presente, sea por miedo, distancia, por comodidad o falta de compromiso con el otro. La ausencia de masividad es funcional a la represión y a la postal que naturaliza cada miércoles.
Cuando los hinchas de los clubes asumieron su presencia, o la CGT marchó acompañando, esa lógica se rompió. La visibilidad fue otra. Menos indolente, menos óptica banal y burocrática. De ahí la importancia de interpelar y convocar a los referentes, intelectuales, personas de la cultura a hacerse presente allí como solidaridad y acompañamiento.
Se trata de salir de la violencia en su más cruda expresión, del dolor real y profundo, de esta Argentina triste, donde el odio y la destrucción gobiernan con el apoyo de gran parte de la población.
Los poetas presentes.
City Bell, 29 de mayo de 2025.
*Poeta y abogado.