A las 00h acontece una superposición en el reloj que indica un instante intemporal, paradójico, de vacío, plenitud y pasaje, momento de conjunción entre el pasado inmediato y el presente futuro. Este texto sobre la memoria del Holocausto se publica en ese momento transicional para señalar la memoria de lo sido, la Shoah -interrumpida por la Revolución, las divisas del Comunismo- y el momento antifascista tendido entre dos sábados, organizados por la vanguardia de la emancipación disidente.
Por Rocco Carbone*
(para La Tecl@ Eñe)
Nos sostiene la memoria. Se conmemora el Día internacional en memoria de las víctimas del Holocausto. El 27 de enero de cada año rememoramos la Shoah. Millones de personas fueron gaseadas con Zyklon B en cámaras disfrazadas de duchas en los campos de concentración. Esos seres humanos antes de ser aniquiladxs trabajaban bajo el paradigma de la esclavitud al servicio de grandes empresas privadas: la Metal Union, la Siemens, la IG Farbem (empresa que dedicó sus productos químicos a exterminar a esxs trabajadores). No apelo a ningún número para recordar el horror porque la denegación radical de la humanidad, la negación absoluta de la existencia no puede entrar en ninguna cifra por más exacta que sea. Bien lo sabemos en la Argentina: 30 mil compañerxs desaparecidxs, presentes, ahora y siempre, constituye la pulsión vital de nuestro dolor en permanente desborde. Los seres humanos arrojadxs en los hornos crematorios nos recuerdan una vibración indeclinable del poder fascista: la destrucción tanática absoluta. Los seres humanos arrojadxs a las fauces del Holocausto constituyen una advertencia de la historia: nos recuerdan qué es el fascismo: una abominación tanática contra la existencia. Y otra advertencia: cuando una comunidad humana es perseguida, el mundo entero se ve afectado.
Ochenta años. A los seres humanos que hoy recordamos los gasearon los nazis en Alemania con la complicidad de los fascistas en Italia. No se opuso ningún gobierno occidental. Algunos decían no saber lo que sucedía, otros fingían no saberlo, otros tantos lo sabían y temían, y muchos fueron cómplices. Hoy recordamos el 80 aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis y la interrupción de la Shoah.
Hace 80 años, en 1945, el Ejército Rojo (Красная армия) liberó el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. El sexagésimo cuerpo del Ejército Soviético estaba al mando del mariscal Ivan Stepanovič Konev. Ese cuerpo fue primero en llegar a la ciudad polaca de Oswiecim que en alemán fue renombrada colonialmente como Auschwitz. La Revolución descubrió el horror, la divisa libertaria del Comunismo liberó a lxs sobrevivientes de ese campo, que con su testimonio revelaron las atrocidades del genocidio, la borrasca de la historia, los métodos de tortura, las modalidades de aniquilación que se habían organizado en esa fábrica de exterminio; hoy, Memorial.
Shoah es quizá el nombre de uno de los instantes más abyectos, un borde de la historia de occidente. Sobre ese borde desfilaron la violencia, el egoísmo, el beneficio de un puñado contra la existencia humana, la competencia, las modalidades del belicismo, la supremacía de clase, género y raza, la afirmación del poder del más fuerte. Y ayer como hoy, cada vez que decimos fascismo nombramos un poder que no lucha por algo, sino que lucha por todo. Por tenerlo todo, por dominarlo todo: recursos naturales comunes, corazones, conciencias, afectos, modos psíquicos, giros lingüísticos, etc. En este sentido, la contradicción principal que postula el fascismo -ayer como hoy- no es tanto capital vs. trabajo sino que esa contradicción es capital vs. vida.
En el mundo que habitamos la idea y la práctica del exterminio, de las persecuciones, están vigentes. Siguen ocurriendo en varias regiones del mundo. Presenciamos un aumento mundial de los discursos y las prácticas de odio. Hay quienes pretenden construir una nueva práctica de la intolerancia, del odio dirigido a la otredad. En Europa la multietnicidad y aquí en la Argentina la multipoliticidad se experimentan menos como virtudes que como peligros. Entonces, rememorar, conmemorar, siguen siendo ideas y acciones necesarias (en el sentido griego del anankaion aristotélico: inevitables).
El sábado último en el Parque Lezama, los feminismos y las diversidades convocaron una asamblea antifascista y el sábado 1 de febrero habrá una marcha federal LBTIQ+ y antifascista convocada a las 16 horas, que desarrollará una caminata histórica por el mundo, desde el Congreso hasta el corazón de la politicidad nacional -la Plaza de Mayo- para decir que el presidente Milei pretende organizar una sociedad masificada: indistinta, indiferenciada, homogénea. Ese tipo societal es deseo y díctum: base de apoyo del poder fascista. Es por eso que el foro de Davos Milei largó un antagonismo radical contra los feminismos y las diversidades, que en la Argentina una vez más se constituyen en vanguardia de la emancipación disidente.
Primo Levi nos legó una enseñanza: que ante el fascismo de ayer y de hoy, ante ese poder insaciable que quiere devorar todo lo que no entra dentro de su campo de fuerzas, es necesario preservar la facultad de negarle nuestro consentimiento.
Buenos Aires, 28 de enero de 2025.
*CONICET
1 Comment
Me conmovió este breve y lúcido relato de un pasado que se presentifica de forma horrorosa y brutal, en nuestra Argentina de hoy.
Gracias.