A la sonrisa se le cayó una lágrima – Por Hugo Presman

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A la sonrisa se le cayó una lágrima – Por Hugo Presman

Hugo Presman, que se reconoce un mafaldista de la primera hora, homenajea a un genio como Quino, a su obra insuperable y a su niña famosa, Mafalda y su pandilla de amigos. La muerte de Joaquín Lavado ha llevado a que a la sonrisa se le cayera una lágrima. 

Por Hugo Presman*

(para La Tecl@ Eñe)

 

Murió “Quino”. A la sonrisa se le cayó una lágrima. A la inteligencia la acosa un dolor profundo. El humor está de luto. El autor de estas líneas fue un mafaldista de la primera hora, desde su aparición con dos tiras semanales en la revista Primera Plana, allá en el muy lejano 1964. La obra de Quino (Joaquín Lavado) es vasta, pero quedará vinculada eternamente a Mafalda, que fue tan grande que se independizó de su padre. Uno dice: “Mafalda dijo…” porque la niña adquirió vida propia. Si a alguien se le tiene que explicar qué es un clásico, eso es Mafalda. Quino dejó de dibujarla en 1973 y aunque el mundo de hoy es irreconocible en relación a aquel del regreso de Perón, Mafalda sigue tan actual e imperturbable al paso del tiempo. En una ocasión, el periodista Reynaldo Sietecase le preguntó a Quino, ¿qué hubiera sido de Mafalda en la dictadura criminal iniciada en 1976?; a lo que contestó: “Hubiera sido una detenida-desaparecida”

Mafalda eclipsó los notables dibujos y humoradas del genial mendocino. Uno de gran actualidad refleja un quirófano con varios médicos operando a un paciente mientras atrás hay un cartel que dice “Acá trabajamos para que luego la gente agradezca a Dios”.    

Hoy me comentaron que se reunieron los personajes creados por el padre muerto. Mafalda estaba inconsolable y afirmó que hoy el mundo parecerá aún más injusto. Felipe dijo que justamente a él le venía a pasar esto. Manolito comparó su muerte tan dolorosa como el cierre definitivo de un almacén. Guille, en su lenguaje de bebé, lloraba mientras sostenía que era muy joven para ser huérfano. Miguelito se preguntaba qué nube acogerá a Quino, cuál estrella será su hogar definitivo. Libertad afirmaba que la muerte era igualadora pero profundamente injusta. Y Susanita creía que había que hacer un gran velatorio mientras repetía “No somos nada”. Trascendió que Inodoro Pereyra y el Mendieta, los notables personajes de Roberto Fontanarrosa se acercaron y les dijeron: “Sabemos lo que se siente y por eso venimos para acompañarlos”

El dolor puede recorrer y expresarse en buena parte de los idiomas del planeta porque Mafalda adquirió ciudadanía universal.

Murió Quino. A la sonrisa se le cayó una lágrima. No sólo sus personajes hoy están huérfanos: también las generaciones a las que Mafalda les iluminó su infancia y los hizo meditar; a quienes acompañó en su adolescencia y hasta la madurez de sus vidas, con sus reflexiones inigualables, hoy sienten que hay pérdidas irreparables. Sin dudas, hoy el humor está de luto.

 

Buenos Aires, 30 de septiembre de 2020.

*Coconductor del programa radial EL TREN, con más de 17 años en el aire. Contador Público recibido en UBA. Fue profesor de Economía Política en la Facultad de Ciencias Económicas de la misma Universidad. Es Periodista. Sus trabajos son publicados en diversos medios nacionales e internacionales. Es autor del trabajo de investigación “25 años de ausencia” y participó con trabajos en los libros “Damián Carlos Álvarez Pasión por el libro” e “Insignificancia y autonomía”. Debates a partir de Cornelius Castoriadis.

Además es coautor del libro “Bicentenario de la Revolución de Mayo y de la Emancipación Americana».

2 Comments

  1. Estela Maidac dice:

    Hugo Presman sabe amalgamar en sus motas la inteligencia y el afecto por eso, emocionan.
    Traer a Fontanarrosa, otra de las grandes pérdidas, no solo del humor sino de todo lo q significó, a Inodoro y Mendieta a consolar la horfandad de los personajes del querido Quino es conmovedor.
    Gracias Quino, gracias Fontanarrosa y gracias Presman por tu nota

  2. César Páez dice:

    Terrible ausencia de otro símbolo. Por suerte, mi hijo lo pudo conocer personalmente a Quino, en la Feria del Libro 2013 cuando tenía nueve años y ya era un gran admirador y lector de su obra. Gracias Hugo por la poética periodística de siempre. Recuerdo esa editorial en El Tren.