En los últimos días el presidente Milei nos trasladó a los suburbios de la dictadura establishment–militar. Una política tendiente a demoler al Estado, destruir cualquier exteriorización de la Argentina moderna basada en una represión que disuada el menor atisbo de protesta.
Por Hugo Presman*
(para La Tecl@ Eñe)
En nueve meses, Javier Milei nos llevó a los suburbios de la democracia. Pero en los últimos días dio un enorme paso atrás (o adelante para él) y nos trasladó a los suburbios de la dictadura establishment–militar. Una política tendiente a demoler al Estado, destruir cualquier exteriorización de la Argentina moderna, necesita una represión que disuada el menor atisbo de protesta. Los jubilados fueron los chivos expiatorios; y una nena gaseada, una postal de cara a los meses venideros. El Papa lo resumió con precisión: “En lugar de pagar la justicia social, pagó el gas pimienta”.
El respaldo incondicional a fuerzas represivas desatadas, con testimonios filmados de su accionar vandálico; las mentiras burdas para protegerlas, sumado a la restricción al acceso a la información pública; la creación de la Unidad de Seguridad Productiva dependiente del Ministerio de Seguridad, con el claro objetivo de aumentar el despliegue de las fuerzas de seguridad en las provincias y así blindar a las actividades extractivas como las mineras y petrolíferas de eventuales resistencias de la población. Y como remate el Presidente retuiteando un video en el que señala al kirchnerismo como un virus que convierte a sus seguidores en zombis, una verdadera práctica nazi, nos ofrece un escenario verdaderamente alarmante. A esto se suma el intento progresivo de reivindicar lo hecho por las Fuerzas Armadas durante la dictadura establishment -militar, para tenerlas disponibles para la represión.
La democracia nació herida porque fue fruto de una derrota militar. Aun así, el dejar atrás un período atroz, la enorme distancia de convivir con la muerte o asomarse a la vida hizo una considerable diferencia. Los 40 años de democracia fueron posibles porque se asentó en un hecho histórico fundamental que fue el juicio a la Junta, el “Nunca más” y el acuerdo implícito que las diferencias políticas se dirimirían sin atentar contra la vida del adversario. Las Madres y la Abuelas fueron un ejemplo enorme de lucha, de la búsqueda de justicia con la explícita exclusión de hacerlo por mano propia. Las Madres y Abuelas que hoy el Presidente Milei, el cual permanentemente desconecta la lengua del cerebro, las descalificó con su lenguaje brutal: “Se les termina el curro a las viejas terroristas”.
Durante cuatro décadas, los avances en materia de derechos fueron enormes y nos colocaron en la delantera de muchos países, pero los cimientos económicos fueron frágiles, en permanente serrucho de pequeños avances en gobiernos populares y enormes retrocesos en los neoliberales. Cuando se engloban todos los gobiernos en la misma bolsa como si fueran lo mismo, el objetivo es doble: disminuir los beneficios recibidos en los gobiernos populistas y atenuar los retrocesos y pauperización de los gobiernos que levantan políticas neoliberales.
El intento de magnicidio de Cristina Fernández precedido con la creación de un clima de violencia verbal y simbólica, fue la otra ruptura del pacto democrático. Que Milei sintetice el negacionismo de la dictadura establishment-militar, y su vicepresidenta la reivindicación de los genocidas; y que el actual presidente y Patricia Bullrich su Ministra de Seguridad y ex candidata presidencial de “Juntos por el Cambio” no se hayan manifestado contra el intento de asesinato de la dos veces presidenta, revela el gigantesco retroceso que hoy transitamos y la ruptura de los dos cimientos de la democracia. El Presidente no puede contestar si está a favor de la democracia como cada vez que se le preguntó, incluso uno de sus autores elogiados es Hans Hermann Hoppe que escribió “Democracia. El Dios que fracasó”, donde es claro en la negación del sistema democrático.
Milei y su seleccionado de impresentables, están cebados. Están convencidos que se puede ajustar hasta el infinito. Por eso avanzan y parece que exhibir la crueldad y festejarla no tiene costos. Se repite la conocida frase “que no le entran las balas”. No es la primera vez que sucede y también lo que sucedió con otros gobiernos: cuando empiezan a entrar, los hieren, incluso la que no los tenían como destinatario.
Con apenas 7 senadores y 37 diputados, con la complicidad entusiasta del PRO y la claudicación miserable de la casi totalidad de los radicales, con un discurso vertebrado a base de descalificaciones e insultos, y un lenguaje escatológico con obsesiones sexuales, que disciplina a seguidores y adversarios, el Presidente avanza en su intento de llevar a la Argentina a la de fines del siglo XIX, donde ubica el Paraíso perdido de Adán y Eva, que en la versión argentina es el paraíso oligárquico. Cristina Fernandez le contestó con acierto histórico: ‘‘Dice que la Argentina de hace 100 años (tal vez debió decir 134 años) era maravillosa, era la primera potencia del mundo, estábamos fantásticos. Uno podría recordar, por ejemplo, el año 1904 (en realidad 1901), cuando el general Roca sanciona la ley del servicio militar obligatorio. Y los médicos de las Fuerzas Armadas tienen que hacer las revisaciones médicas de todos los varones que inclusive vienen del interior. El estado de salud de la población argentina era calamitoso. La miseria era calamitosa generadora de tuberculosis, raquitismo, enfermedades venéreas, hidatidosis, Mal de Chagas. Joaquín V. González, el fundador de la Universidad Nacional de la Plata, que era Ministro del Interior, encarga a Bialet Massé, un catalán abogado y médico, para que haga un estudio sobre la clase obrera argentina. El resultado de ese trabajo es catastrófico en términos humanos y sociales. Natalio Botana, que zurdo no es, en nuestras antípodas, profesor emérito de la Universidad Di Tella dijo: “Milei ha creado una imagen del paraíso perdido…la Argentina como primera potencia mundial que no resiste a la más mínima historia comparada”.
Milei es una mentira superlativa. Plagiario, mitómano, ególatra, arroja descarada e impúdicamente datos sin fuentes, porque carece de pudor y vergüenza.
En sus discursos nunca entran la industria, los trabajadores, los jubilados, los pobres, los indigentes. No los puede ni siquiera verbalizar. Pero sí entran los poderosos, los millonarios. Por eso sólo gobierna por y para el 5% de la población. Como dice el ensayista Diego Tatian: “Los poderosos de la Argentina enmascaran en nombre de la libertad el retroceso de la igualdad”.
Su presentación del presupuesto deja las cosas claras para quienes las quieran ver: el ajuste es y será permanente. Todo se subordina al pago de la deuda y sus intereses. Y eso se blinda cualesquiera sean los avatares de la macroeconomía. Por eso si el mundo por ejemplo padeciera una crisis mundial o una pandemia, como el Estado no debe intervenir, como sólo gobierna el mercado y el superávit no se negocia, la consigna a los ciudadanos será “arreglate como puedas”, y por lo tanto la improbable obtención de vacunas en una pandemia será consecuencia del esfuerzo individual. Por eso cuando Milei critica los muertos por la pandemia del COVID sosteniendo arbitrariamente que no debieron superar los 30.000 fallecidos, siendo antivacuna y anticuarentena, basta comparar con lo que sucedió con las políticas desarrolladas por Bolsonaro y Trump en ese sentido, para otra vez volver a comprobar su capacidad para decir cualquier cosa en cualquier terreno. Cristina trajo el ejemplo de la señora que decía: “Es loco, pero sabe. Cuál será su reacción cuando compruebe que efectivamente tampoco no sabe”.
El discurso de presentación del presupuesto deja claro que hoy, un presente penoso, se está mucho mejor que lo que se estará mañana y que el Estado se desentiende de todo, salvo de (textual) “Lo fundamental que tiene que hacer un Estado nacional es asegurar la estabilidad macroeconómica y el imperio de la ley. Punto”.
A los empresarios les dijo “Achicamos el Estado para agrandarles el bolsillo a ustedes”, que es más brutal que el de la dictadura: “Achicar el Estado es agrandar la Nación”.
Si el presupuesto propone una suba del 28% de aumento para las Universidades y 94% para la SIDE, suspende el artículo 9 de la ley de Financiamiento Educativo que garantizaba el financiamiento con el 6% del PBI lo mismo que el Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, eso no deja dudas hasta para los que no quieren ver, cuáles son los reales objetivos del gobierno.
Tan enamorado está de las últimas décadas del siglo XIX, que intenta superar a Nicolás Avellaneda (Presidente de 1874-1880) en sus aspectos más penosos, como cuando dijo: “Honraré la deuda, ahorrando sobre el hambre y la sed de los argentinos”.
Van nueve meses. Sólo el que no quiere ver, no ve. No hay plata para los jubilados cuyo aumento equivale mensualmente a una pizza grande con una botellita de agua, y cuyo otorgamiento según Milei produciría un cataclismo financiero, esa es la solidez del modelo que propone. No hay plata para las universidades públicas, ni para el INTA, el INTI, el CONICET, la CNEA; ni para las bibliotecas, el teatro, el cine; o para las computadoras para los estudiantes; o para proveer de medicamentos a los enfermos oncológicos, ni para entregar la comida en los comedores, pero se subsidia a Mercado Libre con 103 millones de dólares en el 2023, se baja el Impuesto a los Bienes Personales, y se hace un blanqueo casi gratuito para los héroes del presidente que son los evasores. Ningún país se desarrolló con el Estado que propone Milei ni con las políticas demenciales que auspicia.
Los muchos argentinos que tienen esperanzas, que hacen sacrificios enormes para llegar al país soñado que le prometieron, cuando despierten se encontrarán con los despojos de una pesadilla inenarrable.
Obviamente que Milei y la Libertad Avanza no nacieron de un repollo. Como dice el ensayista Eduardo Gruner: “No puede surgir ningún loco de la motosierra sino allí donde de alguna forma se ha creado un consenso sobre la conveniencia de talar el bosque”.
El periodista y escritor Eduardo Anguita amplía: “La llegada de la ultraderecha por vía electoral no tiene antecedentes en la Argentina. Sucedió porque la oferta política del peronismo a fines del 2023 se dio asociada a la franca retirada de las conquistas sociales. Los programas sociales destinados a los sectores más vulnerables no son en ningún país una vía de cohesión de identidad obrera”.
EL ASADO DE LA CRUELDAD
El médico psiquiatra y psicoanalista Alfredo Grande afirma que “La crueldad no es otra cosa que la planificación sistemática del sufrimiento”.
Un claro ejemplo de ese derrotero, ha sido el homenaje con un asado en la residencia presidencial de Olivos, a quienes en el grandilocuente y desmesurado lenguaje presidencial, se calificó de “héroes”, que no fueron otros que los diputados que ayudaron a sostener el veto presidencial a la ley que establecía una nueva fórmula de actualización jubilatoria. El presidente había sostenido que dicha formula implicaba un costo equivalente al 62% del PBI, un absurdo superlativo tan falso como su conocida proyección de una supuesta inflación anual del 17.000 %, en diciembre del 2023, que presume haber evitado. Si la incidencia de las jubilaciones y los planes sociales representan alrededor del 13% del PBI, el aumento mensual de los haberes jubilatorios para los aproximadamente 6.000.000 de jubilados que perciben la mínima, equivalente a una pizza y un agua por mes, y un reajuste anual en marzo, sólo un prestidigitador que hace de la mentira su argumentación más poderosa, puede llevarlo al 62% del PBI. Cuánta razón tiene el escritor Mario Diament que pone en boca de uno de sus actores en la obra Café Central: “La verdad es un cadáver en descomposición y la mentira es un narcótico”.
Cabe preguntarles a esos 87 heroicos diputados, de lo que concurrieron 81, entre los que estaban algunos de los que visitaron y promueven el reconocimiento a los genocidas y el radical Mariano Campero que con el mismo fervor apoyó la sanción de la ley luego aprobó el veto, ¿qué sintieron cuando saboreaban el asado de la vergüenza?.
Así cabe preguntarse: ¿Qué gusto tendrá un choripán condimentado con abundante indignidad?
¿Qué sabor tiene las crocantes mollejas marinadas en el fuego de la traición?
¿Cómo se degustan las morcillas elaboradas simbólicamente con la sangre de los jubilados?
¿Cómo se deglute esa porción de asado celebratorio del hambre de los adultos mayores?
¿Cómo se puede devaluar el concepto de héroes elevando al carácter de tales a quienes les clavan un puñal a las promesas, que su valentía es ser fuerte con los débiles y cobardes hasta la genuflexión con los poderosos, los que hacen de la mentira un culto y sus convicciones tienen la solidez de un pan de manteca al sol?
¿Será la foto del asado de Olivos para Milei, lo que significó para Alberto Fernández la foto de la fiesta de Olivos en plena cuarentena?
Por otra parte, lo que si involucra a la totalidad de los legisladores, es que no propongan o no arrecien los esfuerzos para la inmediata derogación del DNU 70/2023, con el cual el presidente está reseteando la economía argentina en contra de la inmensa mayoría de la población.
EN LOS SUBURBIOS DE LA DICTADURA
En nombre de la libertad se suprime el derecho a manifestarse en las calles. Como escribió acertadamente el periodista Sebastian Lacunza en Diarioar del 16-09-2024: “En la Argentina de Milei, asistir a una manifestación implica asumir el riesgo de arresto y/o de terminar en el hospital. Privarse de la changa para conseguir el pan del día, exponerse a palos y gases lacrimógenos a una edad en la que los golpes duelen el doble o someterse a que un energúmeno rocíe gas en el rostro de una niña son factores desalentadores que no utilizan los gobiernos democráticos, sino las dictaduras.”.
Se usan las brigadas mediáticas, los grupos de choque actuales, alojados y pagados en la Casa Rosada, para perseguir disidentes incluso de las propias filas; para insultar, descalificar, atemorizar y destruir.
La proclama liberal que el presidente repitió hasta la saturación en toda oportunidad mediática era una contradicción abismal entre su texto y sus adhesiones históricas. Decía: “El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión, en defensa de la vida, la libertad y la propiedad”.
Milei reivindica la dictadura, que es lo opuesto al proyecto de vida del prójimo y del respeto a la vida y la propiedad. Quedarse con las propiedades de los secuestrados en general incluso de empresarios como el caso de la familia Cerrutti en Chacras de Coria, los hermanos Iaccarino entre otros, alrededor de seiscientos. Ni hablar del desprecio hacia la vida, que iba desde los campos de concentración de tortura y muerte hasta arrojar personas vivas al mar o al río, o la apropiación de bebés.
Hoy su política afecta la libertad y la vida de muchos, llegando al extremo de retacearle los remedios a los enfermos oncológicos o la comida a los comedores. Toda su carrera se hizo en base a la agresión, por lo que parece una broma aquello del respeto irrestricto.
Transitamos el camino oscuro, contiguo, de los suburbios de la democracia y los suburbios de la dictadura.
La hora no admite la indiferencia.
La recordada y notable psicoanalista Silvia Bleichmar, muerta tempranamente en el 2007, autora de “No me hubiera gustado morirme en los noventa” y “Dolor País” entre tantos otros libros, afirmaba: “La indiferencia es otra forma de la crueldad”.
En la nota anterior que escribí publicada en La Tecl@ Eñe titulada “La oscuridad más profunda”, se decía: “Las penumbras no serán eternas. En un luminoso día de justicia un presidente desequilibrado y su corte de vasallos brutales serán juzgados junto con sus instigadores empresariales. La historia no tiene plazos y es imprevisible, pero la destrucción que están realizando y los dolores inconmensurables que producen y disfrutan con sádica satisfacción, llegará a su fin. Será entonces que argentinos jóvenes se preguntarán cómo sucedió lo que está sucediendo. Qué pasó en esos días, donde el horizonte quedó invisible, una manga de langostas asoló y destruyó al país, la crueldad fue elevada a nivel de virtud, la entrega y la pérdida de derechos fue publicitada como “modernización” y los autodenominados “argentinos de bien” creyeron por un tiempo que la palabra cambio, enarbolado por los libertarianos, eran la de llegar para abrir el futuro cuando era exactamente lo contrario. A ese tiempo se lo recordará como el de “la oscuridad más profunda”.
En lo inmediato el horizonte es incierto y preocupante es ser benévolo. Cada día se acentúa la violencia verbal que siempre, siempre precede a la violencia física. Para acentuar sus delirios, el Presidente es tan elemental qué a sus seguidores, a los grandes empresarios, a los evasores, los cataloga como héroes y a sus ministros colosos, inmensos, al tiempo que sus adversarios son ratas, imbéciles, estúpidos, burros, ensobrados, mogólicos, degenerados. Si los adversarios se pasan a sus filas se transforman de ratas a héroes. Esto es en la política práctica. En la teoría, de un lado están los libertarianos y del otro, los que reivindican el Estado en cualquier tamaño y funciones, sean los colectivistas, los keynesianos, los populistas, los socialdemócratas, demócratas cristianos, socialistas o comunistas. Para Milei todos son iguales. Al igual que el analfabeto que como dice Dolina “Para él, todos los libros son iguales”
Estamos transitando un territorio explosivo en medio de la recesión, la pobreza, el hambre. Milei fuerza los hechos, le sigue poniendo dinamita a sus palabras y nos lleva de los suburbios de la democracia a los suburbios de la dictadura.
Todo es tan trucho como pirotécnico. Hasta en las citas, miente Milei. En la presentación del presupuesto puso en boca del senador romano Cicerón, del año 63 antes de Cristo la siguiente cita: “El presupuesto debe equilibrarse, el tesoro debe ser aprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la ayuda a otros países debe eliminarse. Para que Roma no vaya a la bancarrota la gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado’. Esta frase tiene más de 2000 años”, leyó el Presidente. La completó con una chicana directa al bloque kirchnerista de Diputados: “Ustedes de eso no aprendieron nada”. Según La Nación del 16-09-2024: “No existe ningún registro de que Cicerón haya dicho eso y la mención más lejana en el tiempo de esa sentencia figura en la novela de una escritora británica Taylor Caldwell de los años 60.”.
En cambio, sí es rigurosamente cierto lo que Cicerón le dice al senador Catilina en “Las Catilinarias”. Fueron pronunciados entre noviembre y diciembre del año 63 a. C., después de ser descubierta y reprimida una conjura encabezada por Catilina para dar un golpe de Estado.
“¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia? / ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros?”.
Basta reemplazar, Catilina por Milei y Cicerón nos habla sobre nuestro país, hace 2087 años: “¿Hasta cuándo abusarás, Milei, de nuestra paciencia? / ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros?”.
Buenos Aires, 24 de septiembre de 2024.
*Periodista y conductor del programa radial El Tren.
2 Comments
Gracias Hugo por alertarnos sobre la situación a la que -creo lamentablemente- nos estamos acostumbrando, al silencio y la complicidad, a la derrota de la democracia que creíamos invencible. Siempre con la dedicación y la calidad periodístico-literaria única.
Muchas gracias Cesar.
Vendrán tiempos mejores
Un saludo
Hugo