El poeta y antropólogo José Muchnik nos envía desde Francia esta nota en la cual se pregunta por lo que pasa en Francia. En el país de “Liberté, égalité, fraternité” la nueva ley de jubilaciones no fue votada por el parlamento, el poder ejecutivo desenvainó el famoso artículo 49-3 de la constitución nacional y Francia tiembla anunciando terremotos. El capitalismo neoliberal nos condujo a un mundo disociado a diversos niveles y de diversas maneras. Estas enormes manifestaciones son el reflejo de un malestar que va mucho más allá de la ley jubilatoria.
Por José Muchnik*
(para La Tecl@ Eñe)
¿Qué pasa en Francia José? Me preguntan los amigos. ¡Si supiera! Algún día se sabrá, algún día Historia nos dirá qué está pasando. No te escapes, ya te conocemos, decinos ¿Qué pensás? No pienso, René Descartes se equivocó, siento luego existo, difícil pensar la complejidad de lo que está pasando. Puedo decir que habrá un antes y un después de marzo 2023. Puedo decir pueblo champagne desbordó, ya no volverá a su botella. Las copas estaban llenas, llenas de trabajos basura, humillación, desprecio. Llenas de vidas sacrificadas en altares de anónimas sociedades. Un viejo con su boina vasca enarbola su cartel con orgullo “¡¡¡Basta de naranjas!!! Nos exprimieron, tomaron el jugo, tiraron la cáscara”. Una joven sonriente responde a la periodista: 18 años, los cumplo el mes que viene, comencé una escuela de enfermería, primera vez que manifiesto ¿Por qué? Sin decir nada pone el cartel frente a las cámaras “Busco el futuro ¿Dónde lo escondieron?”. Las copas están llenas, no cabe una gota más, de soberbia, democracia maltratada, hipocresías a medida. “Reparto besos, repartan sus fortunas” “Este nuestro mundo: paraísos fiscales, infiernos terrenales” Carteles y creatividad siguen desfilando. Un niño en hombros de su padre, un grupo de jubilados bailando, una multitud de mujeres, chalecos celestes, timbales suenan, coreografía en lucha… Champagne se derramó en las calles, festejan, incendian barricadas… Alegría espumante quiebra esquemas, abre horizontes, pueblo derramado no será embotellado, río que avanza abre cauces y nuevos paisajes. Claro que da miedo, a veces arrasa diques de contención. Amo a este pueblo ¡Vive la France!
Cuando Francia tiembla terremotos anuncia, así lo enseña Historia. Revolución Francesa, Comuna de París, Mayo 68… sacudieron el mundo, no sólo al pueblo francés. Diarios europeos reflejan preocupación, si las barbas francesas veis cortar poned las vuestras en remojo, temen el mal ejemplo, que la peste se contagie. Evidente que Marzo 23 va mucho más allá del cuestionamiento del régimen jubilatorio. Marzo 23 abre una fuente de interrogantes, sobre el sentido del trabajo “La vida vale la pena vivirla / cambio cadenas por alas” proclama una mujer ya entrada en años. “Trabajar menos / vivir más”, dice otra. Consignas condensadas muestran que el trabajo, para la mayoría de la gente, es vivido como un castigo, no como lo que tendría que ser, una actividad creativa de mujeres y hombres en esta tierra. La médula del sistema capitalista neoliberal está contaminada, también la vida en Democracia. En el país de “Liberté, égalité, fraternité” la nueva ley de jubilaciones no fue votada por el parlamento, el poder ejecutivo desenvainó el famoso artículo 49-3 de la constitución nacional[i], y listo el pollo, o mejor dicho los pollitos, todos cocinados al espiedo por decreto presidencial. Normal que el gallo[ii] se enoje. Escucho el discurso del presidente, parece no imaginar hasta qué punto el gallo está enojado. ¿Qué pasará ahora? ¿Qué cambiará Marzo 23? muy temprano para saberlo, de lo que no cabe duda es que estamos viviendo un hecho histórico, de esos que marcan un antes y un después en la evolución de una sociedad.
No sé qué pasará, pero puedo transmitirles algunas intuiciones, más bien poéticas que políticas, como ratón que siente ondas de un tsunami burbujeando. Intuiciones que van más allá de las fronteras francesas, frágiles subjetividades que expongo por necesidad de dialogar, de calmar la angustia frente a tanta incertidumbre. Siento un gran desgarro, o mejor dicho, una gran disociación. Una disociación que se ensancha como placas tectónicas, abre grietas que se van agrandando. El capitalismo neoliberal (“destructivismo”[iii]) nos condujo a un mundo esquizo[iv], disociado a diversos niveles y de diversas maneras. Estas enormes manifestaciones son el reflejo de un malestar que va mucho más allá de la ley jubilatoria.
Disociación entre el “mundo virtual” y el mundo material: Hay muchos mundos en esta Tierra, en cada país, ciudad, pueblo. ¡¿En qué mundo vivimos?! El mundo del 1% en su nube, no se mezcla con mundos de enfermeras en hospitales nocturnos, mundos de basureros con artritis en camiones, mundos inmigrantes ahogados en el mar… ¡¿En qué mundo vivimos?! Hace unos meses desembarcó Chat GPT ¡Gran cambio de paradigma gran! Todos alterados, proclamando la nueva gran revolución del conocimiento, se difunden imágenes, novelas, poemas… producidas por el genial algoritmo de inteligencia artificial. Inútil gritarle ¡Chat GPT esa no es la realidad! ¡Te lo aseguro! Inútil mostrarle fotos, de niños sedientos, de lagos secos, de ríos mostrando sus costillas. Querido robot ¡No hay agua! ¡No hay agua! ¡¿Qué me contestas?! ¡No! No te pido imágenes, ni magníficos relatos, te pido ese líquido maravilloso llamado AGUA, ese líquido elemental tan necesario, sin AGUA NO HAY VIDA. Por más que lo escriba con mayúsculas, no puedo abrir el Chat GPT como una fuente y que el agua fluya.
Nos encandilan, nos absorben en el mundo virtual, a fuerza de pantallas, redes, videos que se repiten hasta el cansancio… nos desconectan del mundo real, la gente se desplaza, a pie en bus o en tren, con el cerebro en su smartphon, no les hablen, no los interrumpan. Me da la sensación de que la desconexión es más grave de lo que percibimos. Por un lado lado Space X, la compañía de Elon Musk, no da abasto con las reservas de vuelos a Marte, millones de inscriptos en Chat GPT en pocos meses, falsas imágenes producidas por robots (Mid Journay, Dall-E o similares) se consumen con avidez increíble… Pero la realidad es otra ¡Hay hambre señoras y señores! ¡Los robots no dan pan! Sólo imágenes no comestibles. ¡Hay cambio climático señor Robot! ¿¡Qué hacer!? Más incendios, más sequías… producen más hambre, las crisis interactúan, se amplifican. Mientras tanto tratamientos de “juventud eterna” crecen como business viral, “jouvence eternelle” ya tiene boutique en Ginebra o en el aeropuerto de Las Vegas. También invierten millones de dólares para resucitar especies desparecidas como el Mamut lanudo. Les aseguro, no es fake news, pueden comprobarlo (Colossal Biosciences: https://colossal.com)
Metástasis de un mundo virtual nos va gangrenando, disociando. Miro la entrevista del presidente de Francia el miércoles 22 de marzo. Las calles arden, él pronuncia su discurso en la televisión. Más allá de toda consideración política el hombre da la impresión de estar encerrado en su mundo, sin la menor empatía con millones de sus compatriotas que no llegan a fin de mes, sufren la degradación de hospitales públicos, empleos precarios… El comentario fue unánime, está desconectado, fuera de la realidad. Pero en las manifestaciones, la gente despega la vista del smartphone, se reconecta, se reencuentra con otra gente, con la vida, ser, estar, con dignidad, con sus semejantes… Por supuesto tienen motivaciones económicas, sociales… pero hay algo más profundo, el deseo de vivir, de festejar, de soñar, de decir un futuro mejor es posible, la felicidad es posible… no sólo trabajos castigo triturando nuestros días. “Trabajar para vivir / no vivir para trabajar”, la mujer desfila orgullosa con su mensaje.
Disociación entre las tecnologías y la apropiación social de las mismas: El “hecho técnico es un hecho social total”, decía Marcel Mauss[v], es decir que impacta en el funcionamiento del conjunto de la sociedad. Edad de piedra, del hierro o del bronce, las evoluciones tecnológicas nos permiten leer la historia de la humanidad antes de que comience a ser escrita. La misma nos muestra que las tecnologías son mucho más que una manera de producir, constituyen antes que nada una forma de organización de la sociedad. Cada cambio de paradigma tecnológico interactuó con cambios profundos de la organización social, así fue ayer en la época de la mecanización, con la invención de la máquina a vapor o de la electricidad, así lo es hoy en la era digital con la difusión de las computadoras, internet, robots… Las formas de producción, comercialización y consumo, cambiaron profundamente.
Las tecnologías siempre fueron, y son, un elemento central en las relaciones de poder, al interior de una sociedad o a nivel internacional. Podríamos decir que el progreso tecnológico pertenece a toda la humanidad, pero esto no deja de ser un deseo piadoso. Lo que podemos comprobar es que el enorme aumento de productividad, ya sea en las actividades agrícolas, industriales o de servicio, fue apropiado por una ínfima parte de la población mundial, el famoso 1% que concentra las riquezas y las riendas del poder. Las multitudinarias manifestaciones que estamos viviendo en Francia cuestionan la apropiación social del progreso tecnológico, el sentido y la calidad del trabajo en esta sociedad.
Otras formas de organización de la producción, de la comercialización y del consumo son posibles, cientos de experiencias así lo prueban, pero mientras la organización del “mundo productivo” esté formateada en función de la maximización de beneficios de anónimas sociedades, y accionarios nada anónimos, llegamos a lo que llegamos. Todo modelo tecnológico está asociado a un modelo de sociedad. Si el reconocimiento y el bienestar de los seres humanos estarían en el centro de las organizaciones tecnológicas, sería otro cantar. Pero no, el trabajo humano continúa tan, o más, alienado que hace siglos, los análisis de Marx siguen completamente vigentes en ese terreno. Cuanto más innovaciones tecnológicas, mayor es la disociación entre dichas tecnologías y la apropiación social de las mismas. Los seres humanos siguen siendo considerados como un input descartable en función de la optimización de beneficios. Viejo dilema: ¿Tecnologías al servicio del hombre o el hombre al servicio de las tecnologías? por ahora seguimos castigados por haber probado la manzana del conocimiento.
Es más, podemos afirmar que la calidad misma del trabajo se fue degradando. El trabajo como acto creativo deviene raro, por eso la gente no quiere ir hasta los 64 años. Un basurero en huelga, invitado a la televisión decía irónicamente “Me gusta mi oficio, me gusta recoger la basura que ustedes tiran, pero ya tengo artritis en las manos a los 45, cómo será dentro de unos años”. En la Francia rural de principios del siglo XX, un pequeño productor trabajaba duramente, pero su trabajo era otro, implicaba otra relación con la naturaleza, la materia viviente, los frutos de su labor. Tercera década del siglo XXI, civilización “urbano – industrial” de por medio, en la mayoría de los países el sector terciario representa más de la mitad de los empleos. Cajeras de super mercado, empleados de call–centers, delivery de pizzas u otras delicatesen fast-food… Cada vez menos “savoir-faire” incorporado, cada vez más engranajes de la gran maquinaria. El progreso tecnológico, que pertenece a toda la humanidad, podría ser utilizado para concebir otras formas del trabajo humano, para eso otro modelo de sociedad es necesario. No se trata de una utopía, se trata plantearse los problemas de fondo que aquejan a nuestras sociedades e imaginar alternativas. La crisis medio ambiental también exige, desde otra perspectiva, una necesidad urgente de modificar nuestras relaciones con la naturaleza y nuestras maneras de producir. O reinventamos la vida o seguimos avanzando hacia el precipicio.
Disociación entre Demos y Cracia: Disociación entre el pueblo y el poder. El “pueblo soberano” debería constituir uno de los fundamentos de las Repúblicas Democráticas. Pero las “democracias representativas” evolucionaron hacia “democracias electorales”, en ciertos casos me atrevería a decir “electoralistas”, al punto que “la gente” se va alejando de las urnas. Cifras significativas: en la primera vuelta de las elecciones legislativas del año 2.022, participaron 50, 6 % de los inscriptos, veinte años antes, en 2002, dicha participación fue de 65,8% (fuente INSEE https://www.insee.fr/fr/statistiques/6658143 ) Lo que no es obstáculo para que el presidente francés no reconozca ninguna legitimidad a los millones de manifestantes, “la multitud no tiene ninguna legitimidad institucional, el único legítimo es el pueblo” (refiriéndose a los ciudadanos que votaron). Tema delicado, sobre todo que para aprobar la nueva ley por decreto, sin pasar por el parlamento, argumentó “hay que aportar tranquilidad a los mercados financieros”.
Ahí encontramos la punta del ovillo, pues la disociación entre Demos y Cracia se agudiza a medida que el poder se concentra en la élite financiera: grandes bancos, fondos de inversión, agencias de notación, compañías multinacionales… Nada nuevo bajo el sol “Poderoso caballero es Don Dinero” nos enseñó Don Francisco de Quevedo, con la diferencia de que se volvieron cada vez más poderosos, se adueñaron de los principales medios de comunicación, tratan de influenciar, con mayor o menor suerte, el poder judicial. Pero no es tan sencillo, Demos está al tanto de las últimas maniobras de evasión fiscal en las que grandes bancos franceses están implicados, miles de millones de euros birlados a la República, Demos está al tanto de los beneficios extraordinarios de las grandes compañías energéticas, como consecuencia de la guerra en Ucrania… Tarde o temprano habrá que corregir la disociación entre Demos y Cracia, restablecer la unión, el tendón puede desgarrarse, sería mucho más doloroso.
Disociación entre el lenguaje y las cosas: aunque en el mundo esquizo que estamos viviendo, la manipulación del lenguaje no aparezca de entrada como un elemento esencial, poéticamente estaría tentado de decir que es la madre de todas las disociaciones. Después de todo estamos hechos de carne y palabras. Desde sus orígenes los seres humanos tuvieron necesidad de comunicar con otros seres humanos para organizar su vida en sociedad. Sin lenguajes no hubieran sido posibles leyes, ni códigos, ni mitos que trasmiten los valores y creencias de diferentes culturas […] “Para que los hombres dialoguen, se entiendan y convengan las formas sociales y normas jurídicas que les permitan convivir, necesitan palabras para pronunciar el mundo sin confusiones, necesitan que libertad sea libertad, que justicia sea justicia, que humanidad sea humanidad, palabras para nombrar objetos, seres, sentimientos… El significado atribuido a esas palabas es fundamental, por eso el lenguaje se convierte en un campo de batalla entre diversas concepciones del mundo. Batalla menos visible que otras, pero no menos fundamental para decidir en qué tipo de sociedad queremos vivir, basada en qué tipo de relaciones entre los humanos y con la naturaleza. Batalla que se agudiza en momentos de crisis como el que estamos atravesando”[vi]
Y aquí estamos, batallando por el lenguaje, Ellos tratan de apoderarse de palabras con carga simbólica positiva, para instrumentalizarlas al servicio del paradigma socio-económico dominante. El rapto de la palabra “libertad” es ejemplificativo. “libre mercado” “libre intercambio” “libre competencia” “libertad de oportunidades”… ¿Qué tienen de libres? Defensores del “neo-liberalismo” y de rancias dictaduras se visten con Libertad. En este momento, en este mismo mes de marzo 2023, la presidenta de facto del Perú, convoca una reunión en Lima por la defensa de la Libertad. El lenguaje es usado a menudo como cortina de humo ¿Escucharon hablar de “optimización fiscal”? Es la fórmula aceptada para el montaje de operaciones fraudulentas que implican el montaje de “empresas off-shore”, “paraísos fiscales” que son “cuevas de Alí Babá”. Todo legal, todo dentro de las normas jurídicas vigentes.
En las discusiones sobre la ley jubilatoria en Francia las autoridades hicieron referencia a la “Edad de equilibrio”, suena bien, no lo podemos negar. ¿Equilibrio para qué? / ¿Para rellenar cráteres financieros? / ¿Para especular con arrugas en la bolsa? / ¿Para arrojar viejos a las arenas del mercado? ¡Edad de equilibrio sí! / ¡No financiero! / ¡Equilibrio de vida! / ¡Equilibrio de amor! [vii]
Referencias:
[i] El artículo 49 es parte de la constitución francesa del 4 de octubre 1958. El artículo 49.3, dicho de “compromiso de la responsabilidad” permite al gobierno de adoptar un texto de ley sin pasar por el voto del parlamento, salvo moción de censura presentada dentro de las 24h.
[ii] El gallo es el símbolo de la República Francesa
[iii] El “neoliberalismo” actual no tiene nada de liberal. Por el contrario son destructores, destruyen las instituciones del estado, destruyen la enseñanza, la salud, los tejidos sociales… destruyen las economías y culturas locales, las dignidades nacionales, la fraternidad entre los pueblos, también destruyen la naturaleza, contaminan mares, ríos, reservas acuíferas… Por eso propusimos denominarlo “destructivismo” (https://www.periodicodesdeboedo.com.ar/defender-la-vida/ )
[iv] del griego clásico σχίζειν schizein ‘dividir, escindir
[v] Marce Mauss (1872-1950, Paris) considerado el fundador de la antropología francesa.
[vi] La batalla del lenguaje y la palabra poética, JM. https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Escuela/23/JoseMuchnik01/
[vii] “Age d’équilibre”, poema, JM. en https://blogs.mediapart.fr/jose-muchnik/blog/180120/age-d-equilibre
París, 30 de marzo 2023.
*Poeta y antropólogo
2 Comments
DEBERÍA SER DE LECTURA OBLIGATORIA.!
PEPE MUCHNIK, ALTO ANTROPÓLOGO Y ENORME POETA!
Coincido, de «lectura obligatoria»….Enorme síntesis del Manicomio Global que supimos conseguir !!
Excelente, Muchnik….dan ganas de vivir y luchar para volver a la sociedad humana.