Feminismos Latinoamericanos – Por Angelina Uzín Olleros

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Feminismos Latinoamericanos – Por Angelina Uzín Olleros

En este artículo Angelina Uzín Olleros afirma que entre los feminismos de comienzos del siglo XX y los de inicios del siglo XXI existe la continuidad de mostrarnos y demostrarnos a nosotras mismas como parte de lo diverso y como expresión de las diferencias que van mucho más allá de la genética y la biología.

Por Angelina Uzín Olleros*

(para La Tecl@ Eñe)

 

En Estados Unidos nos dicen “latinas” obviando “americanas”, probablemente porque el término latino está ligado a un arraigado imaginario que nos mira como parte de un mestizaje, ciertamente físico, genético, biológico; no renegamos de lo mestizo de nuestra conformación, pero sí debemos enfatizar que se trata fundamentalmente de un mestizaje histórico, simbólico y cultural. Los feminismos latinoamericanos son movimientos que expresan esa complejidad de origen, de herencias y exilios; pensemos en la población de Brasil o la de México, ancestros afroamericanos, ancestros amerindios, y así sucesivamente. Más que un obstáculo estos componentes han sido y son una oportunidad de riqueza espiritual, autoconciencia propia y ajena al mismo tiempo; nosotras somos la otredad, la mezcla, la impureza, la transmigración de las almas que viajan desde lejos a posarse en esta región, en estos mapas multicolores y multiformes.

Flora Tristán vinculaba las reivindicaciones de la mujer con las luchas obreras; en el año 1842 publicó “La unión obrera” presentando el primer proyecto de una Internacional de Trabajadoras, en ese texto decía que la mujer es la proletaria del proletariado porque hasta el más oprimido de los hombres quiere oprimir a otro ser: a su mujer… residió un tiempo en Perú y la genealogía del feminismo latinoamericano la reconoce como una de sus impulsoras. Virgina Bolten en 1896 junto a un grupo de operarias de la fábrica donde trabajaba, editó en Buenos Aires el primer periódico anarcofeminista de Latinoamérica denominado “La voz de la mujer”; en él denunciaba la situación de la mujer trabajadora a finales del siglo XIX, la doble explotación a la que era sometida por su condición de clase y por su género. Ni Dios, ni patrón ni marido fue el lema; el primer número salió el 8 de enero de 1896, tenía cuatro hojas y la tirada no superó los dos mil ejemplares, era financiado por ellas mismas, debido a las complicaciones para imprimirlo y distribuirlo, en enero de 1897 salió publicado por última vez.

Las luchas y las conquistas por alcanzar mejores condiciones de trabajo e independencia económica se sumaron a las relativas a los derechos políticos; el movimiento de las sufragistas estuvo liderado por mujeres de la burguesía pero también participaron integrantes de la clase obrera; en Estados Unidos e Inglaterra fue donde este movimiento tuvo mayor desarrollo y en consecuencia mayor repercusión al resto de nuestro continente sudamericano. En 1848 las sociedades antiesclavistas de los estados norteños fueron donde Elizabeth Candy Staton convocó al primer Congreso para reclamar los derechos civiles de las mujeres, su discurso de apertura se transformó en una Declaración de Principios que inspiró duras luchas para llegar en 1920 a que la enmienda 19 de la Constitución norteamericana reconozca el derecho al voto sin discriminación de sexo; sin embargo en América Latina el sufragismo no tuvo la misma relevancia que en Estados Unidos y Europa.

En Argentina las luchas de las mujeres por sus derechos se dividieron en una corriente burguesa y otra de tendencia sufragista; en esta última militó Carolina Mazzilli, joven obrera, escritora y militante socialista, también otras figuras como las hermanas Chertkoff y Raquel Camaña, propulsora de la educación sexual en las escuelas. Desde 1900 surgieron diversos centros y ligas feministas, en 1918 se funda la Unión Feminista Nacional con Alicia Moreau de Justo; en 1920 se crea el Partido feminista latinoamericano dirigido por Julieta Lanteri, en 1929 se publicó un “Planisferio” indicando la  posición de los derechos políticos de la mujer en el mundo. Las mujeres adquirieron un rol relevante en la escena política argentina con Eva Duarte de Perón quien promovió en 1947 la Ley de derechos políticos de la mujer.

El nuevo feminismo comienza a finales de los años 60, los ejes temáticos fueron los de la redefinición del concepto de patriarcado, el análisis de los orígenes de la opresión de la mujer, su rol en la familia, la reformulación de la separación de lo público y lo privado a partir del slogan “lo personal es político” y el estudio de la vida cotidiana. Plantea este neofeminismo que es necesaria la búsqueda de una nueva identidad de las mujeres y la redefinición de lo personal como imprescindible para el cambio político. Los feminismos van tomando nuevos caminos, el feminismo radical, el feminismo de la diferencia, el feminismo de la igualdad, por citar algunas expresiones.

Actualmente la lucha por la interrupción voluntaria del embarazo, los colectivos que se forman en torno a la denuncia de los casos de violencia de género y los femicidios, la lucha por las nuevas identidades, las comunidades LTGB, el avance que significaron en nuestro país las leyes de identidad de género y el matrimonio igualitario, van perfilando nuevos escenarios públicos y políticos de lucha y conquistas sociales. En Bolivia el Feminismo Comunitario es liderado por Adriana Guzmán quien hoy difunde en los medios las razones del golpe de Estado perpetrado al gobierno de Evo Morales mostrando el componente racista de grupos que ven amenazados sus privilegios por la importancia de la comunidad indígena en estos años de gobierno de Evo y García Linera, hoy fuera del país por razones de seguridad llegaron a México bajo la protección del gobierno de López Obrador.

“Mientras este país ha estado transformándose desde los pueblos originarios, planteándose como plurinacional, desde que levantamos la cabeza y recuperamos nuestra voz se alimentó una cultura del odio, colonialista, profundamente racista…Hay una clase media que está lejos de la administración del Estado y no puede entender cómo con todos sus títulos no están administrando. Y no están por su incompetencia, por los años en los que vendieron y saquearon el Estado… esto que ocurre ahora en Bolivia es como una segunda colonización” sostiene Guzmán.

Los movimientos feministas en América Latina están ligados a esta lucha que sostiene al género femenino y a la condición humana como un acto simbólico, de autopercibirse como otras, como unas, como lo femenino de la cultura y la sociedad. Entre los feminismos de comienzos del siglo XX y los de inicios del siglo XXI existe la continuidad de mostrarnos y demostrarnos a nosotras mismas como parte de lo diverso y como expresión de las diferencias que van mucho más allá de la genética y la biología. No es una dialéctica que separa a dos sexos, tampoco una contradicción que debe ser superada, los feminismos actuales se debaten en problemáticas de género que apuestan por resolver las violencias cotidianas sobre nuestros cuerpos, sobre nuestras vidas y nuestros proyectos.

 

Entre Ríos, 18 de noviembre de 2019

*Dra en Ciencias Sociales. Máster en Filosofía. Docente en UADER y UNR. Escritora.

1 Comment

  1. Sara Berlfein dice:

    💪💪👍feliz de ser mijet💪💪😘