Lo que representa a nuestros antepasados es valorar la vida del otro.
Esta entrevista fue realizada en la casa de Milagro Sala pocos días antes del inicio de la pandemia. En materia judicial, su condición sigue siendo la misma: presa política. El mismo también es su pensamiento: sabio y vivo.
Por Guadalupe Marando* y Hernán Sassi**
(para La Tecl@ Eñe)
-Hernán Sassi: Mi formación como docente es en realidad una deformación porque donde estudiamos no recorremos textos que nos remitan a nuestra propia identidad. Tenemos una concepción liberal, sarmientina, que naturaliza el desprecio y el odio al gaucho y a los pueblos originarios. Una concepción que atraviesa incluso al peronismo, de ahí el nombre de los ramales de trenes.
Te quería preguntar cómo fue el proceso para recuperar tus propias raíces, si es que eso fue así, y cómo vos lo trabajaste en la Tupac porque vos has reimplantado rituales, hecho templos; en definitiva, trabajaste para recuperar una identidad perdida en tu comunidad.
-Milagro Sala: En lo que acabás de decir tenés mucha razón porque lamentablemente en ningún libro de Argentina se cuenta la verdadera historia de los pueblos originarios. Después del avasallamiento hacia América latina, hacia los pueblos originarios, nunca nadie, insisto, contó la verdadera historia. Nosotros sabíamos vivir bien, comer bien. Antes no había la división entre Argentina, Bolivia, Chile; éramos todos una sola avellana. Podíamos caminar por nuestro territorio en la forma y el tiempo en que queríamos. Podíamos cazar, pescar, cultivar las tierras; podíamos comer lo que nosotros queríamos. Cuando vinieron los españoles, cuando llegó Colón con la cruz y la espada, nos vienen a decir “a estos indios vamos a enseñarles a vestirse”. Y te implementaron el catolicismo “de prepo”. Bueno, esa historia no se cuenta en ningún lado. Te cuentan que Colón vino y descubrió América. Para ellos Colón descubrió América. Nosotros ya vivíamos acá, ya soñábamos, éramos alguien acá.
Creo que toda la arqueología que se ha hecho en América deja mucho que desear hacia ellos porque ellos no podían creer nuestro trabajo acá, el de las pirámides en Méjico, cómo se hacían nuestros rituales. Por ejemplo, los rituales que vos acabás de decir. Nuestras ceremonias eran a la mañana y a la tarde porque valorábamos la tierra, valorábamos el aire que corría, al Tata Inti que es el sol para los karai, a la Mamita Quilla que es la luna para nosotros y también para los karai, En un momento nos prohibieron hablar en nuestra lengua. Eso no se cuenta en ningún libro. Y es por eso mismo que hay sectores que son desclazados. Ni ellos mismos saben de dónde vienen. O tienen vergüenza de contar de dónde vienen.
Cuando me preguntabas si hicimos templos, nosotros hicimos una réplica del templo de Kalasasaya [Tiwanaku, Bolivia] en Jujuy, en homenaje a Tupac Amaru. Y también destacamos que las ceremonias eran para nosotros muy importantes porque eran la comida de todos los días, el valorar lo que es nuestro. Y lamentablemente a muchos de nuestros hermanos le prohibieron hablar su propia lengua. Por eso nosotros queremos que se cuente la verdadera historia que no se cuenta en ningún lado.
Me acuerdo que, hace siete, ocho años, cuando empezamos a hablar sobre nuestra historia, de dónde venimos, cómo somos y por qué hacemos las ceremonias viajaron un grupo de diputados de acá de Jujuy, entre ellos Pablo Baca [ex diputado radical, actual presidente del superior tribunal de justicia que enfrenta un juicio político por los audios que dejaron entrever la falta de independencia del Poder Judicial en la causa de Milagro], a hablar a Buenos Aries con el Canal Encuentro, diciendo que todo lo que decíamos era mentira. ¡Más vale que es mentira para ellos! Porque ellos van por la tierra nuestra, por el litio, por la minería. Nos sacaron el agua y el territorio de nuestros hermanos. Por eso a ellos no les conviene que contemos la verdadera historia y lo que nosotros venimos reclamando hace mucho tiempo.
Si vos me preguntás por qué volviste a hacer ceremonias, te digo que mi abuela es boliviana, yo soy descendiente de bolivianos; ellos nos enseñaron qué es la Pacha Mama, la ceremonia del año nuevo de los pueblos originarios, cómo valorar la tierra y el aire. Si vos mañana me mandás que mate una hormiga o un pajarito, yo no te la mato. Porque son seres que tienen derecho a vivir. Nosotros como humanos tenemos que aprender a respetar el lugar donde vive cada animalito. Algunos te dicen “la piedra no tiene vida”. Para nosotros la piedra sí tiene vida. “El agua no tiene vida”, te dicen. Para nosotros el agua sí tiene vida. Todo tiene vida. El aire tiene vida. Un árbol tiene vida. Los yuyos tienen vida. Por ejemplo, nuestros tátara abuelos, contaba mi abuela, de que para vos consumir un animal, una cabra, una llama o una vaca, vos pedías perdón, pedías autorización porque le sacabas la vida al otro. Cuando ibas a pescar lo mismo, antes pedías autorización.
No sé si vieron esta película, ¿cómo se llama? A muchos jóvenes se las recomiendo. 10.000 años antes de Cristo. Raúl [se refiere a Noro, su esposo], ¿cuál era la otra película que a mí me gusta ver? Esa que vienen unos invasores a querer matar el árbol de la vida, ¿cómo se llama? Papi. [Le pide a su esposo] en mi mesita de luz hay varias películas, quizá ahí está.
Yo no me canso de verlas esas películas. Yo cada vez que veo esas películas, y no me canso de verlas, por ahí se me caen las lágrimas porque es lo que representa a nuestros antepasados: valorar la vida del otro. Ya sea de un animal, de la naturaleza, pero valorarlo.
-HS: Eso también lo llevaste a la Tupac. Es valorar la vida del otro que ese otro tenga salud, educación, vivienda. Recuperar la identidad también es volver a valorar el otro en un contexto en que el otro es una amenaza.
-MS: Eso hoy lo llaman cooperativa. Nosotros le decimos comunidad organizada. Para nuestros antepasados, si vos eras de una zona donde yo no pertenecía, vos pescabas y yo cazaba, llegaba una época del año en donde nosotros nos juntábamos y nos cruzábamos las cosas, intercambiábamos. No sé, pescado por llama, el telar tuyo por un cuero mío. Vos me dabas semillas y yo cuero. Fijate que la semilla tenía un valor mucho más fuerte que un pedazo de oro. Si vos ponías una bandeja de oro y una bandeja de semillas, los hermanos te elegían la de semillas. Porque la bandeja de semillas te daba para trabajar la tierra, te daba de comer, te mantenía vivo.
[Vuelve Noro con unas películas de esas que se venden en el tren. Se las entrega a Milagro. Ella va pasando una por una y comenta]
¡Esta es! Apocalipto. Esta era. Mohana también es muy buena. Coco también te enseña. Ah [aparece un DVD de Sandro], yo soy fanática de Sandro, ah, sí, soy fanática.
Son películas que los jóvenes y los nietos tendrían que ver porque te dejan mucha enseñanza. Mirá, estaban cazando y justo cruzan una comunidad o tribu como le quieran decir. Venían todos con sangre y astados. El que venía le pide autorización para pasar. Le dicen que sí, que pasen. Tenían hambre. Ellos justo estaban matando un animal. Los que venían entregan un pescado y los otros se lo intercambian por otro animal. Hacen intercambio. El hijo del jefe de esta comunidad lo mira al otro que está todo con sangre, lastimado, y está asustado. El padre le dice que el miedo que tiene no lo tiene que llevar a la comunidad porque si no, va a desgraciar. Eso es parte de nosotros. A nosotros nos enseñan que no tenemos que tener miedo. “Sacá el miedo”, nos dicen. ¿Y qué significa? Significa sacar el odio, el rencor.
Si vos hablás con un karai, con los gringos, con los empresarios mineros, te dicen que uno está loco. Que uno se ha quedado con la historia pasada. No es que nosotros nos quedamos con la historia pasada. Nosotros queremos que se nos respete como somos como nosotros los respetamos a ellos. Ellos están europeizados. Si ellos pretenden que los respetemos, ¿por qué no nos respetan a nosotros, a nuestra historia, a nuestra cultura? Me vienen con esa fiesta de Halloween. Y vos decís, ¿qué Halloween? ¿Por qué no enseñamos que tenemos que valorar nuestra tierra y hacer nuestras ceremonias? El año nuevo de los pueblos originarios, por ejemplo.
-HS: Ustedes lo trabajaban en la Tupac.
-MS: Nosotros sí, lo inculcábamos y hacíamos ceremonias. Demostrábamos que eran importantes las ceremonias. Por ejemplo, ahora viene el carnaval y todo el mundo dice: “Carnaval, carnaval, que sale el diablo”. Eso es lo que nos han hecho creer los karai, los gringos. Para nosotros el carnaval no es carnaval. Es un momento en que salen todos los hermanos de los pueblos originarios y festejan lo que han logrado durante todo el año, su cosecha. Entonces hay que rezar y hacer fiestas. Hay que agradecerlo por la chicha, por la fruta. Hay que ser agradecido a la tierra, a la vida, al aire, al agua que corre todos los días. A eso hay que ser agradecido.
Te vuelvo a insistir, los paganos, los españoles, los conquistadores, los que nos han venido a imponer la cruz matado a miles y miles de hermanos nuestros, nos han robado todas las riquezas, las tierras. Vos te vas a Perú y en Cuzco vos ves en cada esquina hay una iglesia. Y vos preguntás, ¿por qué en cada esquina hay una iglesia? No porque son recontracatólicos sino porque encima de nuestras casas donde hacíamos ceremonias plantaron una iglesia para que desaparezcan las ceremonias. Eran nuestros templos. El de la Mamita Quilla, el de la luna, el del Tata Inti. Cada lugar tenía su templo para hacer ceremonias. Eso somos nosotros. No son ellos. Somos nosotros.
-Guadalupe Marando: Vos no decís “yo”, decís “nosotros”. ¿Qué circunstancias de tu vida te llevaron a hablar así?
-MS: Porque así nos formaron a nosotros. Eso somos nosotros. Porque no soy yo, somos todos. Porque nosotros hemos trabajado siempre en comunidad y nos cuidamos en comunidad.
-GM: ¿Pero cuándo te diste cuenta?
-MS: Por lo que hacía mi abuela. Mi abuela practicaba esas ceremonias. Yo soy descendiente de bolivianos y en Bolivia quizá es más fuerte implementar las ceremonias. Perú es mucho más fuerte. La Argentina es más colonizada. Es distinto. Para nosotros volver a desafiar de que nosotros vivimos y existimos es volver a resaltar nuestras ceremonias.
-HS: Es entendible que vos seas un referente difícil de asimilar para distintos sectores de la sociedad. Para cierto sector de la política que viene con prácticas clientelísticas, vos sos problemática. Lo sos también para el “poder real”, Blaquier y compañía. Pero, ¿lo sos también para otros miembros de la comunidad de pueblos originarios? Te pregunto porque no escuché a algún referente pronunciarse sobre tu situación, solidarizándose con vos. Me preguntaba si también sos problemática justo para tus hermanos.
-MS: Si estoy viva es gracias a los hermanos de los pueblos originarios. Más vale que hay sectores que responden a los gobiernos de turno, en este caso, a Gerardo Morales, que van a decir que yo saqué tierras y qué sé cuánto. Pero yo nunca pasaría por encima de los abuelos. A los abuelos les tengo mucho respeto. A pesar de que yo tengo cincuenta y seis años, si mañana viene un abuelo y me reta porque estoy haciendo mal las cosas, seguramente que agacharé la cabeza y sabré escuchar. Porque es lo que nos enseñaron a nosotros. Ahora en Jujuy volvieron a hacer comunidades donde esas comunidades no respetan a los abuelos. Son comunidades que te hacen la contra dentro del gobierno de la provincia para decir que nosotros estamos de acuerdo con el litio o con la explotación de la tierra. Cuando los abuelos no están de acuerdo.
–G.M: ¿Los abuelos quiénes son?
-MS: Los más viejos, los que han vivido toda una vida en comunidad. Por ahí vienen a un joven y le dicen: “Te voy a dar un subsidio para que puedas ir a la universidad” y los compran. A los abuelos no. Ellos dicen: “Yo he nacido acá, me quedo acá y acá voy a morir”. Ellos no se van del territorio. Pertenecen ahí y están ahí. Yo creo que la coherencia de los hermanos pasa por decir “Yo soy esto”, “Esto es lo que a mí me representa” y “De acá no me muevo”.
Mirá, nosotros nos sentamos alrededor del fuego. Nosotros tenemos el abuelo fuego y cada uno se sienta y dice lo que siente, dice lo que piensa. El abuelo fuego te hace hablar. Y a veces cuando vos sos falso en algo, el abuelo fuego te hace dar cuenta de que te estás equivocando y los abuelos que te rodean te hacen ver que te estás equivocando.
Una vuelta yo renegaba y renegaba porque no veía cómo podíamos sacar de unas tierras nuestras de la comunidad de El Talar a los terratenientes que nos habían robado la tierra. Entonces ellos [los abuelos] me decían: “Hermana, ellos, los que están ocupando las tierras nuestras, son inquilinos. En algún momento se tienen que ir. ¿Cuándo ellos se van? Cuando nosotros queramos. Cuando nosotros nos organicemos”. Con eso me dijo todo. Y por supuesto que a la semana organicé a muchísimos compañeros, fuimos y los sacamos.
–GM: A la semana.
Porque me cayó la ficha que dependía de la lucha nuestra. Y no dependía de un Papá Noel como dicen los europeos u otros de afuera que vengan a decirnos cómo los tenemos que sacar.
-HS: El europeo también está en cada uno.
-MS: Los gringos tienen que aprender a respetar nuestras ceremonias como nosotros los respetamos a ellos. El gringo siempre te pide respeto. Viene, te avasalla y te pide respeto. Siempre se cree que son más sabios que los hermanos que viven en las comunidades. Miralo a él [con la cabeza señala a un joven que vino a visitarla y no abrió la boca en toda la conversación sino solo para mascar hojas de coca], él no te habla. ¿Y sabés por qué no te habla? No porque sea un ignorante, no porque sea un zonzo que no sabe. Sino porque el silencio es parte de la sabiduría de los pueblos originarios. Escucharlo, mirarlo al otro. Y decir lo justo y lo necesario. Y no más.
Vuelvo a insistir. Muchos te dicen: “Yo te voy a ayudar a que puedas vender tu artesanía o tu tejido. Pero a este tejido le tenés que poner dos botones”. ¿Por qué? Si ese tejido lo han hecho los hermanos, tenés que aceptar como es. No tenés que aceptar que te impongan. Si no, estamos repitiendo la historia de los colonizadores.
*Dra. y Prof. en Letras, traductora, docente universitaria y de escuela media, miembro de la institución Centro de Lecturas: debate y transmisión, dedicada al psicoanálisis.
**Prof. y Dr. en Letras, y Mag. en Comunic. y Cult., es docente en profesorados del Conurbano, ensayista y crítico de cine. Publicó Hoteles. Estudio crítico (2007), Cambiemos o la banalidad del bien (2019), La invención de la literatura. Una historia del cine (2021). Estuvo a cargo de El Nuevo Cine murió (2021) y prologó Escritos corsarios de P. P. Pasolini (2022).