La Casa de Gobierno de San Salvador de Jujuy está rodeada por cuatro estatuas de Lola Mora: una de ellas, la Justicia sin la venda en los ojos; Lola, dijo que la Justicia debe ver a quiénes juzga. El caso de Milagro Sala en Jujuy es un claro ejemplo de la criminalización de la protesta social y del abuso de prisiones preventivas para perseguir a militantes políticos. La venda para Lola es el símbolo de la ceguera que debe evitar la justicia, pero para el Poder Judicial de Jujuy, el inexistente velo de la ignorancia garantiza la desigualdad ante la ley.
Por Angelina Uzín Olleros*
(para La Tecl@ Eñe)
Señora de ojos vendados
que estás en los tribunales
sin ver a los abogados,
baja de tus pedestales.
Quítate la venda y mira
cuánta mentira…
María Elena Walsh
La Casa de Gobierno de San Salvador de Jujuy está rodeada por cuatro estatuas de Lola Mora: la Libertad, el Progreso, la Justicia y la Paz; hasta hoy perdura el debate entre algunos historiadores y comentaristas locales sobre la Justicia sin la venda en los ojos en la versión que ella esculpió en mármol de carrara. La doxografía ofrece constancia de la respuesta que dio en su momento Lola, dijo que la Justicia debe ver a quiénes juzga.
La venda es un símbolo de imparcialidad, de docta ignorancia, los jueces no deben saber quiénes son los destinatarios de sus sentencias.
En su debate con los pensadores utilitaristas John Rawls retoma desde la izquierda liberal la tradición platónica y se define heredero de la concepción contractualista. Hace un rodeo para proponer un estado originario en el que la justicia se cubre con el velo de la ignorancia para dar una teoría imparcial de cómo nos debemos organizar en ese momento inaugural del contrato social. Al decir de Jorge Dotti, Rawls no propone nada nuevo, retoma a los filósofos contractualistas e intenta esbozar una nueva teoría de la justicia en la que, en definitiva, los más favorecidos deben ayudar a los desfavorecidos; agregamos en el actual sistema capitalista.
Un sistema que se caracteriza por la acumulación por parte de unos pocos, que genera deuda a los que no tienen propiedad privada y que a enormes poblaciones del planeta les exige vender su fuerza de trabajo. Resignificamos una y otra vez la perspectiva marxiana pero el núcleo duro permanece, ante la Justicia estamos todas y todos en situación de desigualdad, quién más tiene menos teme, porque sabemos que las cárceles están habitadas por los pobres o en terminología rawlsiana los desfavorecidos o menos favorecidos. La Justicia es un concepto, otra cuestión es el Poder Judicial, que como su nombre lo indica es un Poder y por lo tanto decide la culpabilidad o la inocencia de las y los acusados, impone un castigo, absuelve, determina…
Cierta vez le pregunté a un juez en ejercicio cómo definía la justicia y respondió “hacer cumplir la ley” acto seguido le pregunté por la exégesis, es decir, la interpretación de la letra de la ley y me dijo que habían muchas posturas al respecto. El conflicto de interpretaciones no es solamente una propiedad de la Filosofía del Derecho, en su contexto de aplicación las leyes están sujetas a distintas lecturas y apreciaciones. Aún cuando la Justicia esté personificada con sus ojos vendados, los jueces y fiscales ven a quiénes juzgan.
Para el liberalismo en general las desigualdades son inevitables, el precio de la libertad es ése, cada una es propietaria de sí misma, cada uno es propietario de sí mismo. Abandonadas y abandonados a nuestra suerte la libertad aparece como una decisión individual; pero sabemos que no todas ni todos tenemos las mismas posibilidades de libertad material. El liberalismo anudado al republicanismo propone la independencia de los poderes, en Argentina un grupo político partidario insiste en oponer republicanismo a populismo, astucia de la razón o astucia de la conveniencia; populismo es un concepto demonizado, por lo tanto es preferible la libertad de la desigualdad a la igualdad de oportunidades bajo la protección de un Estado de derecho presente.
Las organizaciones y los movimientos sociales también han sido desprestigiados en algunos medios de comunicación, como los gremios y los sindicatos, bajo el lema de la mala administración, el permanente latiguillo de la corrupción, siempre es preferible pensar que los pobres son autoculpables de su desdichada situación y que quienes gozan de derechos merecen su bienestar porque se han esforzado. Entre el sujeto real y el imaginario se abre una brecha y ésta posibilita la construcción de una otra o de un otro que es responsable de los males de la sociedad.
Muchos casos de criminalización de la protesta social y del abuso de prisiones preventivas han sido protagonistas en los cuatro años de gobierno de Juntos por el Cambio, que demuestran la fragilidad del argumento liberal republicano. El caso de Milagro Sala en Jujuy es un claro ejemplo: en el mes de enero de 2016 fue detenida en San Salvador de Jujuy, acusada por el Gobierno de esa provincia de instigación a cometer delitos y sedición, debido a un acampe de protesta contra el gobernador de la provincia Gerardo Morales. A los pocos días de su detención, el fiscal del Estado provincial amplió la denuncia a Sala para incluir asociación ilícita, fraude y extorsión. Luego, fue liberada por la primera causa, pero en el mismo acto ordenaron su prisión preventiva por la nueva acusación.
La forma y el motivo de la detención han sido criticados por personalidades nacionales e internacionales calificados como una detención arbitraria. En concordancia, la Procuraduría de Violencia Institucional resolvió que efectivamente Sala ha sido privada de manera ilegal de su libertad. Amnistía Internacional exigió su inmediata liberación y en el mismo sentido se expresó la Organización de los Estados Americanos.
En octubre de 2016 el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas emitió una opinión que solicita al Gobierno de la República Argentina liberar de inmediato a la señora Milagro Sala, y conceder una reparación adecuada, incluida una compensación. En 2017 se conocieron correos electrónicos que dan cuenta de la coordinación entre el gobernador, el fiscal del Estado provincial, el representante de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, y la presidenta del Superior Tribunal de Jujuy con el objetivo de justificar el mantenimiento de la prisión preventiva de Milagro Sala.
Como la estatua de Lola la justicia en manos de algunas juezas y algunos jueces ve en Milagro el estigma de una militante social y política que debe ser expulsada del sistema de reparto, porque ella encarna el peligro para una estructura que quiere conservar la pirámide de poder en la que muy pocos deciden el destino, la culpabilidad y la inocencia de las ciudadanas y ciudadanos. La venda para Lola es el símbolo de la ceguera que debe evitar la justicia, pero para el Poder Judicial de Jujuy el inexistente velo de la ignorancia garantiza la desigualdad ante la ley.
Paraná, 16 de enero de 2021.
*Dra en Ciencias Sociales. Máster en Filosofía. Docente en UADER y UNR. Escritora.