Hugo Presman recuerda los orígenes del peronismo, del kirchnerismo, del PRO y de La Libertad Avanza. El papel fundamental de la pandemia. Vuelve a advertir sobre el peligro que significaría que Javier Milei acceda a la Presidencia y desarrolla un tema que ha pasado casi inadvertido por los analistas: ¿Por qué el autoproclamado Libertario ubica la fecha de la decadencia argentina en las elecciones ganadas por Hipólito Yrigoyen en 1916?
Por Hugo Presman*
(para La Tecl@ Eñe)
Cada movimiento político con cierta perdurabilidad, tiene su partida de nacimiento que es la cristalización de un proceso anterior que emerge en un momento determinado. El peronismo se incubó de 1943 a 1945, con la gigantesca tarea desarrollada desde la Secretaria de Trabajo y Previsión por el Coronel Perón y tiene su acta bautismal el 17 de octubre de 1945. El Yrigoyenismo tuvo muchos años de abstenciones y sublevaciones armadas hasta que la Ley Sáenz Peña con el voto obligatorio y secreto le dio la oportunidad de acceder al gobierno y constituirse en la corriente más representativa y popular del partido radical. El Kirchnerismo y el PRO nacieron de la crisis del 2001. Una fracción dentro del Partido Justicialista, encabezada por Néstor Kirchner, sorprendió con medidas que despertaron entusiasmo y esperanza, volvió a recuperar fuertemente el valor de la política y la imagen presidencial a partir de un triunfo con una cantidad de votos (22,25%) menor al número de pobres. Lo definió impecablemente el periodista Luis Bruschtein: “A diferencia de sus antecesores, en vez de poner el oído en los reclamos de los grupos dominantes, Néstor Kirchner lo puso en la sociedad y recogió ese reclamo para convertirlo en conquista. Es la forma como se construyen los liderazgos verdaderos: escuchar al pueblo y convertir sus reclamos en conquistas”. Pero simultáneamente un posicionamiento muy conservador expresado en la suma de votos de Carlos Menem, Ricardo López Murphy (40,82%), sería el embrión del PRO. Ahí ya existía una plataforma electoral sobre la cual se iría constituyendo el partido de Mauricio Macri, fundamentalmente capitalino y recibiendo una progresiva transfusión electoral del radicalismo.
Milei viene fundamentalmente de los dolores y limitaciones de la pandemia, regado con el fracaso de los dos últimos gobiernos y potenciado por la inflación, el descrédito de la política y los políticos, la extrema incertidumbre del presente, más lo nebuloso y cerrado que se presenta el futuro. Aunque si se ahonda el análisis, las convocatorias por internet contra el segundo gobierno de Cristina Fernández, puede encontrarse la protohistoria no sólo del triunfo de Cambiemos en el 2015, sino de algunas semillas de La Libertad Avanza.
LAS MANIFESTACIONES QUE ADELANTABAN EL FUTURO
Cristina Fernández había tenido un triunfo aplastante en el 2011 con el 54,11% de los votos, con el kirchnerismo consolidado como una corriente arrasadora a partir de su fundación real que fue el conflicto con las patronales del campo, donde no se discutía lo aparente, el aumento de las retenciones, sino lo real: quién tenía el poder. El segundo hito fundante fue la muerte de Néstor Kirchner y la presencia multitudinaria de las huestes juveniles. Aquel 23 de octubre, Cristina Fernández le sacó al segundo Hermes Binner, 37 puntos y al tercero Ricardo Alfonsín, 43. Visto desde otro ángulo: la suma del segundo y el tercero alcanzó el 27,95%, un poquito más de la mitad de lo obtenido por la triunfadora. Sin embargo, el 8 de noviembre del 2012, convocado por las redes sociales, se congregaron multitudes con la movilización masiva contra la Presidenta, en Capital Federal, en Córdoba, Mendoza, Tucumán, Mar del Plata y algunas pequeñas localidades de argentinos en el exterior. Las consignas: Contra la corrupción, contra una posible reforma constitucional, contra el impuesto a las ganancias que pagaban los trabajadores, contra la inflación, por una justicia independiente, por la libertad de prensa, contra la inseguridad, contra las restricciones para la compra de dólares, y reclamando libertad y educación. Fue una de las varias manifestaciones de diferente magnitud, convocadas posteriormente.
Durante la pandemia, los libertarios y el PRO, participaron o convocaron a marchas anticuarentena. Una de las primeras, muy reducida, fue el 25 de mayo del 2020 reclamando por la libertad, negando la existencia de la pandemia. Se repitió el 6 de junio pidiendo protocolos para la reapertura de comercios y gimnasios, con pancartas que hablaban de “un nuevo orden mundial” y “reclamando libertad”.
El 20 de junio fue la oposición la que a través de las redes sociales hizo la convocatoria para “promover la República”; para que el país “no se convierta en Argenzuela”. Al mismo tiempo empezó a caracterizarse al gobierno como infectadura, adjetivo que surgió del frustrado primer candidato a diputado del Pro por la Capital en el 2023, desplazado por sus dichos profundamente discriminatorios. Tras esa descalificación de infectadura, el consultor aeronáutico sostenía en junio del 2020: “El gobierno avasalla derechos con argumentos infectológicos”
El 9 de julio una nueva convocatoria, que a todas las consignas anteriores se agregaron reclamos por “la libertad de expresión” y en “defensa de la propiedad privada”. Los manifestantes se mostraron sumamente agresivos con los periodistas de C5N.
Son algunas de las muchas marchas que se prolongaron en el 2021, ya con vacunas, en donde se ponían en duda la eficacia de las mismas, participaban sin barbijos; y en otras se los quemaban o se instaba a no vacunarse. Se agregaron otras consignas: “Por la libertad, por las escuelas abiertas y presenciales. Con mis hijos, no. Por la República. Las calles son nuestras”, y diferentes denuestos de gruesos calibres hacia Cristina Fernández.
Si uno observa los referentes importantes que se manifestaban y bregaban a favor de la cuarentena como Alberto Fernández, Cristina Fernández, Horacio Rodríguez Larreta, Fernán Quirós, Diego Santilli, no pudieron presentarse a elecciones o fueron derrotados.
En cambio, los que convocaron a marchas anticuarentena, y algunos contra los barbijos, contra las vacunas, son candidatos a presidente como Javier Milei o Patricia Bullrich, o candidata a gobernadora como Carolina Píparo.
El que mejor catalizó la tragedia de la pandemia fue Javier Milei quien con su consigna central ¡Viva la libertad, carajo!, sedujo a franjas importantes de jóvenes que visualizaron lo que el Estado les privó en cuanto a amistades, fiestas, encuentros, reuniones y no reconocen cuanto el Estado hizo en su protección.
LOS PROPAGADORES DE LA VIOLENCIA
Milei es un intemperante con un discurso que transpira violencia y reduce a sus opositores a ratas, cucarachas o excrementos humanos. No es menor el discurso pirotécnico del PRO, en especial Patricia Bullrich, que llama a “Librar la última batalla para librarnos del kirchnerismo”, «Es ahora el momento para terminar con el kirchnerismo. Y para siempre”. “El kirchnerismo construyó el peor sistema de gobierno y de poder que nos podemos imaginar, no llegamos a ser Venezuela por un piquito”. Después del triunfo de Juntos por el Cambio en las elecciones para gobernador en Santa Fe, exultante y sin inhibiciones dijo: “Es el momento de destruir el kirchnerismo, para que no vuelva más una ideología que ha generado un mal terrible en el país. Es el momento histórico de cambiar para siempre”. Todo ello ampliado por periodistas donde el insulto reemplaza al pensamiento como Baby Echecopar; o Viviana Canosa, que repetía las consignas del grupo terrorista “Revolución Federal” como: “No van a poder salir a la calle” o “Van a correr”, entre otros tantos, que son ultramilitantes, pero se autodefinen independientes. Por eso no extraña que, ante el intento de magnicidio de la vicepresidente, la ruptura de un acuerdo que se mantuvo vigente desde 1983 de no usar la violencia física contra el adversario, tanto Javier Milei y Patricia Bullrich, candidatos presidenciales, permanecieran mudos ante un hecho de semejante magnitud. Todo ello coloca a la sociedad en un desfiladero donde la violencia política asoma su rostro deforme.Si a eso se suma que la investigación del atentado tiene todas las características de un encubrimiento con errores tan groseros que son horrores, que está altamente sospechado el por entonces jefe de campaña de Bullrich, el diputado Gerardo Milman, que cuando Bullrich fue Ministra de Justicia fue su Secretario de Seguridad Interior. Si a eso se suma irregularidades más que sospechosas en el financiamiento de una carpintería casi inexistente de Jonathan Morel, jefe de la banda terrorista Revolución Federal realizada por Caputo Hermanos, precisamente hermanos de Luis “Toto ”Caputo, ex Ministro de Finanzas de Mauricio Macri, con procedimientos de pagos millonarios alejados de los realizados a otros proveedores, todo lo cual lleva a exigir una investigación seria que no se cierre como se pretende en “los loquitos” de la banda de los copitos .
EL CRUZADO LIBERTARIO
Si las nueve Cruzadas entre 1095 y 1272 tenían por objetivo la recuperación del Santo Sepulcro en Jerusalén de la dominación musulmana, Milei es un cruzado del anarcocapitalismo que levanta tres banderas de la cual la primera es la propiedad privada, seguida por la libertad y la vida. Su Dios es el mercado y la libertad que reconoce es la que ahí generalmente no rige. La mano invisible del mercado generalmente hace la transferencia de riqueza de abajo hacia arriba. Es enemigo de la ley de la despenalización del aborto, simpatizante del Partido Republicano que considera que la única vida a proteger es desde la concepción hasta el nacimiento.
Han sido largamente divulgadas sus propuestas, ninguna de las cuales pasa por el colador de la más elemental racionalidad y que no han sido aplicadas en ningún lugar del planeta desde privatizar las calles de las ciudades a la venta de órganos o contaminar libremente los ríos por las empresas, hasta que las vías fluviales sean propiedad privada. La dolarización y la eliminación del Banco Central sólo fue practicado por tres países pequeños o islitas del Océano Indico. Expresiones como “El Estado es una organización criminal violenta porque vive de una fuente coactiva de ingresos y los impuestos son un robo, una rémora de la esclavitud y bajarlos es devolver libertad a los ciudadanos”. O subordinar las relaciones comerciales a posicionamientos ideológicos.
Hay una consideración que ha sido poco estudiada y pasada por alto por los analistas que ingenuamente consideran que sus propuestas no pasarán porque no tiene los votos en el Congreso o necesita reformar la Constitución. Un aventurero que es capaz de decir por televisión el día de su triunfo en las primarias, una frase que ni siquiera el Almirante Rojas se animó renunciar: “No hay nada más injusto que la justicia social”, no va a tener escrúpulos para ir por el Congreso y la Constitución.
A diferencia del PRO que ubica la decadencia argentina en 80 años, aproximadamente desde el surgimiento del peronismo, Milei lo fija con la presidencia de Yrigoyen, es decir, el primer presidente el cual pudo acceder a la presidencia con la aplicación del voto secreto y obligatorio.
Para entender esta boutade es preciso recurrir a Diego Giacomini, el mejor o tal vez único amigo que tuvo Milei y socio en varios libros hasta que la alianza del actual candidato presidencial con José Luis Espert hace unos años, terminó con esa amistad.
¿Qué dicen los libertarios acerca del voto obligatorio? Sigamos a Giacomini entrevistado por Jorge Fontevecchia (Perfil 10-09-2023): “…ahora el presidente, el gobernador, el intendente, el diputado y el senador dicen que nosotros, el pueblo, tenemos el poder y nosotros delegamos en ellos, que son nuestros representantes. Si ellos fueran nuestros representantes debería haber un contrato de representación. Primero y ante todo es voluntario, cualquier contrato firmado a punta de pistola es inválido, está viciado de nulidad, tenemos voto obligatorio. Segundo, cualquier contrato de representación se firma con nombre y apellido. Porque la firma con nombre y apellido es lo que da lugar a la existencia del contrato y uno se convierte en representante y otro en representado. La firma con nombre y apellido da lugar a obligaciones y a derechos, tanto del representante como del representado” Está claro entonces que la decadencia empieza con el yrigoyenismo porque el voto es secreto y por lo tanto no es válido y además no lleva la firma del votante por lo que no hay posibilidad de que exista un contrato de representación. Añoran el voto cantado anterior a 1912. Y con la Constitución que los ingenuos piensan que los libertarios van a respetar, sostiene Giacomini: “Las constituciones que nacieron con las mejores intenciones a partir del liberalismo clásico, tienen un grave problema: hablan de contrato social. De nuevo el mismo problema, porque nadie lo ha firmado nunca pero el problema es peor que con el voto. Se potencia, porque pretenden que sea hereditario y que sea un contrato eterno. Si mi padre firmó un contrato, el contrato muere con mi padre. Yo no me tengo que hacer cargo del contrato que hizo mi padre y es así en todo el marco del derecho privado de las personas, cualquier otra cosa sería injusta. Las constituciones cometen un error garrafal, le dan el monopolio de la ley, el monopolio de la seguridad, de la defensa, el monopolio de la administración de justicia al Estado. Esto es realmente muy fuerte, porque primero hay que saber qué es la definición de monopolio. La definición neoclásica, dice que hay monopolio cuando hay un solo oferente, un solo productor. Esta es una definición miope. Primero porque no va a las causas, parece que el monopolio cayó del cielo…La definición de la escuela austríaca es, hay monopolio cuando está prohibida por la fuerza entrar en libertad al mercado para poder producir u ofertar un determinado bien o servicio libremente. Las constituciones liberales prohíben por la fuerza que alguien venga a producir y ofertar leyes solamente, y el Estado lo puede hacer. O sea, es el Estado el que dice qué está bien y qué está mal. Qué podés hacer, qué tenés que obedecer y qué no podés desobedecer. Después le da el monopolio de la seguridad, que implica que el Estado tiene el poder monopólico de ser el único que puede utilizar la fuerza para ir a buscarte de los pelos, y sancionarte si desobedeciste… El Estado es juez y parte de la misma cuestión. Ahora las constituciones han creado el monopolio más violento de toda la historia de la humanidad… Y el Estado al ser un monopolio, termina siendo intrínsecamente una estructura que lleva al socialismo”
Los libertarios tienen una sola virtud: dicen brutalmente lo que piensan. La ingenuidad de pararlos con el Congreso y la Constitución es como dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Bonaparte, Charles Maurice de Talleyrand, al conocer el asesinato del duque de Enghien, ejecutado por un pelotón de fusilamiento del ejército napoleónico: “Es peor que un crimen, es un error”. Un crimen, a juicio de Talleyrand, es un delito cuya sanción recaerá sobre el criminal, y allí concluye la acción sancionatoria. El error cuando es mayúsculo cae sobre todo el pueblo con consecuencias perdurables y a veces irreversibles.
MILEI CITA MAL A ALBERDI
La única referencia histórica al siglo XIX que suele invocar Milei, lo hace con relación a Alberdi, que durante su trayectoria fue una de las fuentes de la Constitución de 1853, sancionada conforme a las necesidades de los ganadores de las guerras civiles argentinas. Pero era un Alberdi liberal que sostenía, a diferencia de Milei que lo omite o lo ignora, que sin igualdad no hay libertad. Como dice Juan Pablo Lichtmajer, biógrafo de Alberdi: “es un liberal que se oponía al liberalismo porteño. Y es un liberal que defiende derechos colectivos.” Y en su libro “El crimen de la guerra” fue un crítico durísimo de la Guerra de la Triple Infamia, donde los comerciantes importadores de Buenos Aires, Montevideo y el Imperio del Brasil, alentados por Inglaterra, en larguísimos y crueles cinco años destruyeron el país más desarrollado de América Latina en el siglo XIX, que practicó un férreo proteccionismo y un poderoso estatismo. Paraguay, en la mitad de ese siglo, tenía ferrocarril, fundiciones de hierro y altos hornos, telégrafo. No tenía deuda externa y era una amenaza por su “mal ejemplo”
Bartolomé Mitre comando el ejército que terminó enfrentando a niños. Alberdi responsabiliza al entonces presidente Bartolomé Mitre y a su sucesor Domingo Sarmiento por “hacer guerras de despoblación y de empobrecimiento» que hicieron desaparecer a cincuenta mil argentinos y devastaron al Paraguay. Alberdi, como el caudillo federal Felipe Varela y José Hernández, fueron algunas de las voces que denunciaron aquel terrible crimen contra el pueblo paraguayo.
Joaquín Sabina en una canción, dice sobre el magnate griego Onassis: “Era muy pobre, sólo tenía dinero” Parafraseando al canta autor español se puede decir de Milei: “Era muy pobre, solo sabía un poquito de economía austríaca y encima, según Giacomini, mal”
El PELIGRO ES ENORME
Estamos en un momento bisagra de la historia argentina en que la justificada bronca, el permanente balanceo en el borde del abismo puede producir la decisión mayoritaria de arrojarse al precipicio. “Que reviente todo y empezamos de nuevo” se contradice con otra frase escéptica: “Estamos cansados de sufrir” Todas las alternativas van al ajuste, pero dos de las mismas prometen sufrimiento extremo porque desconocen la anestesia, al cabo de las cuales se tendrá una sociedad más desigual e injusta. Hay que realizar cambios profundos, pero en sentido contrario a los que prometen Milei y Bullrich. Massa debería cambiar mucho de su historia conocida para afrontarlos. Todo indica que está más cerca de administrar la crisis y concretar algunas reformas menores necesarias, que al lado de las propuestas de la oposición parecen de una notable cordura. Que esa sea la mejor alternativa para no caer a un vacío de profundidad incalculable, demuestra cómo el país ha sido conducido a un callejón cuya posible verdadera salida no está hoy en el horizonte. Sólo el nihilismo de las almas bellas puede considerar que el voto en blanco al tiempo que adormece y tranquiliza la conciencia individual, los coloca por encima de votar al mal menor mientras cargan las balas del arma ganador que preanuncia una derrota catastrófica para el país.
Hay una incipiente pero promisoria reacción. La anestesia social empieza a disiparse. El peligro es un buen acicate para alejar la somnolencia. El autor de esta nota es la séptima que le dedica a Javier Milei, empezando con la primera, ya lejana, del 2018. El copete de la última el 1-09-2023, como las anteriores publicada por La Tecl@ Eñe, decía: “El país se encuentra en estado de shock ante el triunfo en las PASO de Javier Milei. Su prédica concita una adhesión que atraviesa a las clases sociales y se distribuye homogéneamente en todo el territorio nacional. Enarbolando a la casta política como enemigo y una ilusionaría libertad que muere asesinada por el fundamentalismo de la mano invisible de mercado, la sola posibilidad de que Javier Milei pueda acceder a la presidencia es una hecatombe de proporciones inimaginables”
El sociólogo Eduardo Fidanza, socio de Poliarquía viene señalando desde hace mucho tiempo el peligro que se cierne. En Perfil del 19 de septiembre bajo el título “Sombrías perspectivas” escribió: “No es necesario ser perspicaz ni original para darse cuenta: la Argentina avanza hacia un conflicto político de dimensiones y consecuencias incalculables. Si se efectúa una comparación histórica, se verá cómo convergen los factores que condujeron a otros países a este tipo de crisis: situación económica extremadamente precaria, amplias franjas de la población empobrecidas y humilladas, sentimiento generalizado de angustia e incertidumbre, desconfianza en la mayoría de las instituciones, élites desprestigiadas e impotentes para resolver los problemas. En ese contexto, antes y ahora, el surgimiento de liderazgos anti sistémicos, de impronta redentora, fue la respuesta que las sociedades encontraron a sus desgracias.”
Siempre es aconsejable tener a mano aquella frase memorable de Rodolfo Walsh, aparecida en el primer número del diario de la CGT de los Argentinos un Primero de Mayo de 1968: “El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto, pero no en la historia viva de su tierra.”.
EL CRUZADO QUE NACIÓ DE LA PANDEMIA
Estamos frente a una democracia capturada por el poder económico, una justicia impúdicamente arrodillada e integrante del establishment,(1) un sistema económico debilitado, políticas que no dan respuestas suficientes o caminan en sentido contario como en los últimos ocho años, un país supeditado a las políticas destructivas del FMI, políticos que son todavía beneficiarios de la Argentina de la movilidad social ascendente, una dirigencia empresarial sin visión política y al mismo tiempo brutal,(2) una sociedad transformada, con una clase obrera que adelgaza cuantitativamente y disminuye su presencia política, con crecimiento enorme del trabajo informal, con nuevos actores sociales como los monotributistas y los movimientos sociales, con una clase media crecientemente segmentada y desconcertada y una pobreza juvenil aplastante. Se puede seguir con la deuda monstruosa de Macri, la pandemia, la guerra y la sequía. La deuda grande que deja Alberto Fernández. La falta de horizontes y la desesperación de muchos jóvenes. La pobreza es creciente y se la administra sin solucionarla. Sobre ese terreno barroso, el cruzado que nació de la pandemia, que descree del cambio climático, con propuestas extravagantes, con una candidata a diputada terraplanista, antivacunas, cierto regreso a la Edad Media, que encarna un cambio que es algo así como una pandemia política prolongación de la sanitaria y para la cual sólo se avizora como vacuna su previsible fracaso y una frustración enorme para sus votantes. Lo que lo separa de Juntos por el Cambio es sólo una cuestión de grados.
Sus mentiras constituyen la fe de muchos de sus seguidores. Como dice Luis Bruschtein: “Milei está contra los que viven de la política, pero el padre de su legisladora en CABA, Lucia Montenegro está asociado con otra persona que tiene inscriptos más de cien agrupaciones políticas que ofrecen a candidatos sin partido. Dice que acabará con la inflación y su intendente en CABA, Ramiro Marra, es propietario de una casa de cambio, que son lugares donde se cocina el valor del dólar. La gente votó al dueño de una casa de cambio para que termine con la especulación del dólar y votó a la hija de alguien que ofrece siglas partidarias, para que termine con el negocio de la política”
Si finalmente triunfa, lo primero que se autodinamita es Juntos por el Cambio y se balcaniza Unión por la Patria. Sería algo así como barajar y dar de nuevo.
El peronismo, aunque entre al balotaje, hará la peor elección de su historia. Si finalmente gana, pero no reacciona; si no afronta las transformaciones profundas que el país necesita para satisfacer al pueblo, transitará penosamente su eclipse. Es una salida de emergencia en medio de un aterrizaje dramático. Es posible que estemos asistiendo al fin del ciclo iniciado sobre los escombros de la convertibilidad.
Como decía Arthur Conan Doyle hablando a través de su detective Sherlock Holmes: “Cuando aparten lo imposible, lo que resta por improbable que parezca, es la verdad”.
Referencias:
3 Comments
Es increíble que en un texto como el presente, se vislumbre sentido y sin sentido de la política argentina. Lo poco construido por gobiernos populares, destruido en horas, y para que no insistamos, la oligarquía nos entierra vivos.
Pero, somos como la cigarra.
El libertino mislei un inmoral.
Gracias Hugo por estos cachetazos de consciencia. Nos ayuda a no olvidarnos dónde estamos parados y seguir resistiendo la embestida de la extrema violencia social.
El principio constitucional de que «el pueblo argentino no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes» está cuestionado desde hace muchos años y no solamente por Giacomini. Es necesario que la ciudadanía vuelva a confiar en sus representantes, para lo cual es indispensable que una Nueva Constitución Nacional defina y legisle nuevas formas de participación popular no delegativas. Es imprescindible revisar y reformular, con serenidad y cordura, todo el sistema de representatividades vigente en la Argentina. O sea: democracia participativa en lugar de representativa.