Martín Kohan realiza en esta nota una lectura sobre el conflicto Palestina-Israel, atravesado en estos días por el atentado terrorista perpetrado por el grupo fundamentalista Hamas.
Por Martín Kohan*
(para La Tecl@ Eñe)
La lucha del pueblo palestino, en lo que tiene de necesaria y legítima, no puede sino verse perjudicada bajo una identificación lisa y llana con la violencia criminal del grupo terrorista Hamas. Como si una cosa implicara necesariamente la otra; como si no existiera entre muchos palestinos una disposición de resistencia para nada emparentada con las formas bestiales del terror a mansalva, o como si no existiera entre muchos palestinos una disposición comprobable a la convivencia y a la integración social, o como si el rechazo visceral a Hamas no incluyera de hecho a muchos palestinos.
¿A qué factor atribuir una homologación de esa índole: al desgano de elaboración, al hábito mecánico de repetir consignas ya hechas, a la mala fe o a un gusto latente por la ferocidad del accionar terrorista? No lo sé, pero esa clase de formulaciones no escasearon en estos días tan aflictivos, tanto en el gesto de condenar la causa palestina como un todo al condenar el deplorable accionar de Hamas, como en el gesto de respaldar la causa palestina pero absteniéndose de condenar las aberraciones cometidas por Hamas, o haciéndolo de una manera tan tenue y tan ambigua que no quedó para nada lejos de una mera complicidad ominosa.
El trazo grueso arrasó también con la posibilidad de encuadrar y ajustar el foco en las críticas a determinadas políticas impulsadas por el Estado de Israel, sin apuntar a su existencia misma y sin generalizarlas a todos los israelíes y a todos los judíos, como si no hubiese entre ellos quienes se oponen a dichas políticas y las critican (tales críticas suelen verse retomadas con regocijo por activistas del odio antijudío, pero la diferencia entre una cosa y la otra salta a la vista para cualquiera que preste un poco de atención).
Los conflictos no son siempre los mismos. O, si se prefiere, un solo y mismo conflicto no se activa siempre de igual manera. En este caso se trató del accionar terrorista de un grupo fundamentalista fuertemente reaccionario, que declara expresamente sus propósitos de aniquilación total. No es un aspecto menor a la hora de pronunciar un repudio concreto, en lugar de repetir formulitas.
A las paredes del cementerio de La Tablada hubo que adosarles líneas de alambres electrificados, para evitar incursiones de profanación de tumbas con leyendas ofensivas. Ante cada institución judía del país, después de julio de 1994, hubo que montar bloques defensivos de cemento, disfrazados de canteros. El antisemitismo existe. Y a veces, dolorosamente, viene de cerca.
Buenos Aires, 10 de octubre de 2023.
*Escritor. Licenciado y doctor en Letras por la Universidad Nacional de Buenos Aires.
16 Comments
Mucho respeto por vos, Martin. Lo que decis, sin embargo, es una ofensa brutal. «Determinadas politicas» es la existencia misma de un estado que se formó y desarrollo bajo la forma de una «colonia de colonos», que desplazo a miles de palestinos y asesino a otros tantos bajo el amparo de la principal potencia imperialista del mundo. Los cercaron, presos en su tierra los corrompieron hasta que germinó el pus del terrorismo islámico (la contracara del supremacismo judío que inoculan del otro lado de los muros del campo de concentración). Es responsabilidad absoluta del Estado de Israel. Del Estado, Martin, no de los judíos, ni de los ciudadanos arabes de segunda con los que se maquilla de «democracia» el Estado de Israel. Una vergüenza que denota la base sionista de tu postura es que no te hayas pronunciado por la masacre que está llevando adelante en este momento el Estado de Israel sobre la población civil en Gaza. Vamos, lo que hace habitualmente hace 70 años pero a una escala muy superior. El Hamas no nació ayer (ayer, cuando el Estado israelí los financió contra la autoridad palestina), no ganó adeptos porque los palestinos sean «animales» (así los cataloga la dirección política del estado de israel) sino por una situación realmente escandalosa, sin precedentes en nuestro siglo: una limpieza étnica que hoy troca en genocidio.
Hareetz, hoy, pudo decir más por la lucha de todos los oprimidos que un intelectual que se dice trotskista. Eso es una vergüenza.
No veo, Axel, una «ofensa brutal» en lo que planteo. Sostengo efectivamente el derecho del pueblo judío a tener su tierra y su Estado, y me remito en este sentido al contexto de la fundación del Estado de Israel en 1948, para ya no ser parias en el mundo nunca más. En esa misma resolución se estableció la fundación de un Estado Palestino, que no se concretó. Por ende, sí: me opongo a determinadas políticas del Estado de Israel, y no a su existencia misma . Y creo en la posibilidad de una convivencia armónica de judíos y palestinos, que encuentra su principal escollo en los sectores más reaccionarios entre unos y entre otros (y por lo visto, en algunos izquierdimos también, que se pliegan a ellos).
Hola Axel, vos negás el derecho mismo a la existencia de Israel y desde ese lugar es imposible cualquier diálogo. Yo, como judío, en lo personal jamás viviría en Israel ni tengo ninguna lealtad particular por ese país, pero creo que no solo hay muchas razones de todo tipo para que exista, sino que básicamente EXISTE. Como también EXISTEN los palestinos. Y así como Israel TIENE que modificar “determinadas políticas” para permitir la existencia de un Estado Palestino con unidad territorial clara y soberanía efectiva, es necesario que los palestinos y las naciones vecinas ACEPTEN finalmente la realidad. Israel tiene mucho por hacer, pero el resto también. Lo que no se puede hacer más es ni seguir revoleando en la cara del otro el pasado (incluyó la Shoah), ni hacer una competencia acerca de quien ha sido más víctima, ni negar las realidades (todas) ni, menos que menos, odiar al otro por su propio ser. Creo que lamentablemente tu mirada cumple con algunas de estas últimas categorías.
Me alegra, finalmente, encontrar una posición justa, lúcida y humanista frente a tanta des-orientación
Muchas gracias. Un abrazo.
Que texto tan realista y acertado a mi parecer, sobre la situación actual. Abrazo.
Gracias, Valentina. Un abrazo.
Hola,Martín. Encuentro interesante tu postura y, al mismo tiempo, doy cuenta explícitamente de la ausencia de profundidad en análisis que obligan a hacerlo porque, de otro modo, el resultado no es más que un maniquísmo galopante y enfermizo. Mientras leía tus reflexiones volvía a interrogarme sobre la postura de la candidata Bregman en el último debate y sentí que a ella también la había embestido el huracán de la campaña electoral. Parece que la «cuestión del índice», aquel uso que León Rozitchner usaba para explicar su inserción en el mundo, se ha disuelto en los ríos de inhumanidad que siçon los únicos que no se secan en este mundo. Un abrazo. David
Gracias por el comentario, David. Un abrazo.
Ascendieron al taxi dos señoras que habían participado de algún evento reivindicatorio el lunes 9/10 en Palermo. Viaje corto para una señora, y la otra señora, que continúa pocas cuadras, pregunta mí opinión sobre lo ocurrido en Israel. Aclarándole que mí respuesta es a partir de mí postura política y religiosa, le contesté lo obvio. Desde 1948 objetivamente se conformo un solo Estado, que ya venía cocinandose, y el otro,que debía emerger,nunca fue. Además, y con impunidad absoluta se consolidó hace décadas. Mientras tanto no solamente se consolidó sino que creció, amplío sus objetivos y fronteras. Pregunto: y la ONU? Pasaron 75 años e Israel ya es una potencia militar, tecnológica, científica, artística, financiera. Por supuesto que siento una profunda admiración por tantos y tantas personas de origen judío que me hicieron y me hacen pensar. Incluso vos Martín. Pero es indispensable que se saquen la camiseta y cuestionen este orden decadente mundial. Está cambiando el mundo y la historia y los necesitamos. El poder de fuego mediático del sionismo es extraordinario. Las explosiónes en la embajada y en la amia
ocurrieron hace más de 20 años y la reivindicación de un tipo como nisman son insostenibles pero la amia y la otra entidad no aflojan en su campaña de distracción encarajinando todas las variantes políticas para que nada cambie en un país como el nuestro. PAZ Martín. La señora se ofusco y utilizó palabras groseras antes de descender.
Parecen incuestionables y nadie lo es.
Sinceramente, Tachero cookista, no veo relación alguna entre su comentario y mi nota. El asunto que he planteado es otro: un grupo terrorista de extrema derecha perpetró un ataque en el que no faltaron asesinatos directos, toma de rehenes civiles, mujeres violadas, niños mutilados. Y hubo quienes no lo repudiaron. Cómo explicar semejante abstención, a qué responde, qué significa ese no repudio.La columna aquí publicada es sobre eso. Saludos.
Es muy importante encontrar un planteo como el tuyo, Martín, en el campo popular, y especialmente en el trotskismo, al que adhiero. No es demasiado frecuente.
[12:05, 11/10/2023] Rosa Perel: EN LA CUERDA FLOJA
Volvía del acto en apoyo a Israel, todavía estremecida por el clima que allí se había vivido, por la solidaridad que se palpaba en el aire, por la música del himno, por la sensación de comunidad que me ligaba a los presentes pero también a tantos ausentes… Caminaba despacio, como si no quisiera alejarme del todo, y resonaban en mi cabeza las palabras de los discursos -breves, ajustados, contundentes- y de los rezos para honrar a los muertos y pedir por el fin de la masacre… Y de pronto se me cruzó por la cabeza un pensamiento: ¿cómo puede ser que todavía, sí, todavía debamos explicar y justificar la existencia de Israel y de los judíos? ¿Es que acaso nunca será suficiente? ¿Debemos seguir pidiendo permiso para existir, perdón por existir, argumentar nuestro derecho a defendernos, fundamentar nuestra vida con lógicas y razones? ¿Qué otro pueblo experimenta esa necesidad, esa imposición, esa urgencia?
¿Cómo es posible que la confusión dure tantos siglos? Israelita, israelí, hebreo, judío… Ah, se creen el pueblo elegido, hay que bajarlos de un hondazo! O bien (lo que es lo mismo pero a la inversa), deben ser perfectos, mejores que todos los demás, y si no lo son, no merecen ser considerados! Ah, es una religión y se apartan del mundo por sus raros rituales…”De Israel viene la fe y de Grecia la razón (Hegel dixit) , así que son irracionales”… Son deicidas y encima filicidas (le cortan el pito a sus hijos, horror!) …. Ah, tienen un gobierno de derecha, entonces el país debe ser eliminado…Ah no, perdonémoslos, tienen varios premios Nobel, han hecho aportes a la ciencia y a la cultura, tan malos no deben ser… Ah, sobrevivieron miles de años sin tierra propia, son extranjeros perpetuos, desarraigados y, por ende, peligrosos (Heidegger dixit)… Ah, de golpe quieren una tierra propia y ocupan un territorio que ya estaba habitado, ¿quién se creen que son? (Uh, cuántos países modernos deberían desaparecer en base a ese argumento!)
…Y así sucesivamente. Por milenios.
Y ahí estamos, una y otra vez tratando de aclarar. Que nadie quiso eliminar a la Argentina en la época de la dictadura militar, porque no es tan difícil distinguir un país de su eventual gobierno (trasládese el ejemplo a cualquier otra nación gobernada por dictadores o tiranos). Que el territorio que ocupa Israel es ridículamente ínfimo en medio de la inabarcable extensión del mundo árabe que lo rodea: si no fuera espantoso, se trataría de un chiste. Que aunque no tuviéramos premios Nobel ni grandes científicos, igual somos personas con derecho a la existencia. Que el judaísmo no es una religión -hay millones de judíos “laicos”- sino un pueblo, parte del cual tiene prácticas religiosas. Que Israel es la única democracia del Medio Oriente, con las virtudes y los defectos de cualquier democracia. Y no hace falta enumerar la cantidad de países en situación semejante… Que la tan mentada solución de los dos Estados es una hermosa expresión de deseos, pero que tal opción es rechazada sin vueltas por los palestinos de Hamas, que ostentan el poder real en su país y someten a su propia población, porque lisa y llanamente no reconocen la existencia de Israel y tienen como único objetivo eliminarlo, borrarlo del mapa (lean si no la carta fundacional de esa organización, creada solo a tal efecto). Que Israel no tiene ningún interés de conquistar el mundo n…
[12:06, 11/10/2023] Rosa Perel: De Diana Sperling.
Tómense el tiempo para leer esto!!! Por favor
Ya lo había leído, gracias por acercarlo acá. Saludos.
Cuando un pueblo se siente oprimido,sin derechos y parias en sus tierras en algún momento explota,y lo hace de la peor pero única manera de rebelarse.
Izrael podría poner termino a esta situacion como indica la resolución de la ONU, pero no lo hace porque en este juego cruel de ataques y contraataques cada vez se queda con mas tierras que pertenecen a los palestinos.
Me pareció terrible que no se condenara drásticamente el accionar criminal del ataque terrorista de Hamas el sábado pasado. Usted agrega un ejemplo más al respecto: me vuelve a parecer terrible.