La principal líder opositora a la versión más cruel y perversa de las clases dominantes, Cristina Fernández de Kirchner, lanza su libro titulado Sinceramente y dice cosas en un tono agudo y grave al mismo tiempo, y emerge del silencio con un libro, no con la blasfemia de los que nada bueno ni bello tienen por decir.
Por Jorge Giles*
(para La Tecl@ Eñe)
La historia sigue gustando de las paradojas y de los contrastes nítidos y de los tonos fuertes sobre una paleta multicolor, cuando se trata de ordenar la vida. Cada cosa en su lugar, diría mi madre en la sobremesa familiar.
Y para saber dónde queda el lugar que corresponde a cada cosa, hay que nombrarlas y mostrarlas cómo son y quiénes son las personas que las portan y los colores que identifican a esas cosas.
Estoy hablando del escenario político desde la piel del día, de este día y de cada día de este bendito país al que la guadaña de Macri y el mejor equipo de los CEOs del poder dominante, pretendió borrarle con un decretazo, 80 años de historia.
Estoy hablando de la represión policial sobre los trabajadores y trabajadoras que apenas fueron a pedir por sus empleos y salarios de hambre frente al ministerio de la señora Stanley. Cada cosa en su lugar, la cabeza y la espalda del compañero se corresponde con ese garrote del señor policía de la ciudad. Y los panes caseros y el mate cocido que repartía subversivamente la compañera del comedor popular, se corresponden con el furgón blindado de la autoridad pertinente, según manda el protocolo de buenas conductas y costumbres del palacio de gobierno que ordena el tránsito en las calles aseadas para que la doña pasee al perrito por las tardes, antes que la chusma acomode su osamenta para pasar la noche a la intemperie.
Estoy hablando del presidente que descarga su odio de clase acaranchada contra los trabajadores y las trabajadoras de Aerolíneas Argentinas, nuestra línea de bandera, total qué te voy a cobrar, apenas un aviso publicitario en favor de las empresas piratas que vuelan a bajo precio, a baja altura, a baja garantía de resguardar tu vida.
Para ellos, vale todo a la hora de trazar la línea que separa a los que se creen hijos putativos de la década infame, con la plebe peronista y mugrienta que vino después; como cuando la misma tierra que sobre el final de la era Mesozoica hizo brotar el cordón de los Andes y acomodó los ríos y los mares sobre la superficie, así hizo brotar miles de siglos después el cordón industrial y el consumo popular y la soberanía como manda la genética de esta nación cuando se formó como tal. Recuerden que la industria nacional nació en Santiago del Estero, no en Puerto Madero. Brotando desde abajo, siempre brotando.
Y fue desde ese cordón de industrias que la plebe, cabecita negra, quiso que se fundara a Perón, Evita y al peronismo.
En la vereda opuesta de esa grieta que delimita el sentido de los vientos de la redistribución de la riqueza, demostró Carrió que para ellos vale todo. “Gracias a dios, la muerte”, dijo en Córdoba, masticando cada sílaba y remachando cada palabra, la co-fundadora de Cambiemos, la patroncita de la República, la odiadora serial de la Argentina pre-peronista.
En este cuadro de situación conceptual y social, donde los argentinitos y las argentinitas de nuestros barrios humildes se mueren de pan y de tristezas y porque en lugar de juguetes tienen un carro para acumular cartones, en este cuadro de tanto odio cayendo desde las alturas del poder como lluvia ácida y como glifosato quemando la flor y la hierba y la liebre y el patio de la escuela, en este cuadro desolador, de pronto se anuncia y es un rumor que crece desde el pie para convertirse en un viento suave y sanador, que Cristina Fernández de Kirchner, lanza su libro titulado Sinceramente y dice cosas en un tono agudo y grave al mismo tiempo y vos te preguntas: ¿justo ahora saca un libro?.
He allí la magia de vivir aquí, donde hasta la sorpresa es peronista.
Está por suceder en esta Argentina que niega la oligarquía violenta: la principal líder opositora a la versión más cruel y perversa de las clases dominantes, la militante injuriada, la humillada, la que tendría que morir en la hoguera como las brujas que sólo dicen verdades y descreen de las mentiras de los caballeros y las caballeras, la que tendría que pasar en prisión los años de abuela que le quedan, la que fue asaltada en su casa patagónica y en su domicilio de ocasión, la que perdió al marido, a su compañero de vida, a su amigo y amante, a su mitad y todo, la que lloró a quien le mostró que primero estaba la vida de la patria y después, sólo después su propia vida, la que vio enfermar a su hija perseguida y mutilada en las pantallas de los indecentes, la que abrazó a su madre muerta y le juró seguir en pie hasta que no le den los huesos, esa mujer, esa misma, emerge del silencio con un libro, no con la blasfemia de los que nada bueno ni bello tienen por decir.
Que Octubre siga siendo una cuna de libros, dependerá de nosotros todos, los argentinos y argentinas. Pero si se elige que el odio siga gobernando en nombre del caos refundador de un país vacío de trabajo y chimeneas pujantes, no hay que cambiar nada de nada. Ya están ellos, los odiadores, en la Casa Rosada.
Ojalá el amor nos alumbre, como el faro que es, para llegar a la costa y no encallar.
Ojalá este libro sirva para eso, para seguir navegando, libres como el viento.
Buenos Aires, 24 de abril de 2019
*Poeta, escritor y periodista. Ex director del museo Malvinas
3 Comments
MUY bueno !! Sólo un detalle: ¿ Por qué Santiago del Estero fue la cuna de la industria nacional? Tenía entendido que la primera industria (entendida como resultado de la revolución industrial, es decir con máquinas modernas) fue la azucarera instalada en Tucumán en simultáneo con la llegada del ferrocarril (1876), con maquinaria importades de Francia.
Hermoso aire fresco q baña mi triste Alma, triste un poco, pero no del Todo, xq mi luz es Argentina – CFK. Abrazo Fuerte y Tierno
Falta autocrítica