Una frase de Jorge Luis Borges, o por lo menos que se le atribuye, dice: “Lo propio del infierno no son los tormentos sino su irrealidad”. Tanto en la dictadura establishment-militar como en la presidencia de Javier Milei, la irrealidad crea un escenario fantasmagórico e inverosímil donde lo absurdo se naturaliza, y el disparate y la mentira envueltas en la crueldad, extienden sus largas sombras oscureciendo la visión, algo que en la literatura se encarnó en el realismo mágico.
Por Hugo Presman*
(para La Tecl@ Eñe)
ARGENTINA 2024-2025
Javier Milei es el primer presidente en el mundo que se autopercibe libertario. Es una mezcla de mesianismo religioso, fundamentalismo económico de una escuela marginal como la austríaca, protagonizada por un individuo, apoyado entusiastamente por el establishment nacional e internacional, de una insensibilidad extrema hacia los seres humanos. Sólo exterioriza emociones humanas hacia sus perros (a los que los considera hijos), hacia su hermana, y al Muro de los Lamentos. Sólo así puede llevar adelante un plan encarnado en la motosierra por el cual se le quita remedios a los enfermos oncológicos, se somete a vejámenes a los discapacitados, se hambrea y se apalea a los jubilados, se quita o se reduce los alimentos a los comedores, se asfixia presupuestariamente y se despide profesionales en salud publica cuyo mayor símbolo es el Hospital Garrahan. Sólo un canalla, un desalmado, puede ir contra los bebés y niños que padecen enfermedades oncológicas. A partir de ahí, la irrealidad lo cubre todo y avanza contra los científicos, las universidades públicas, el INVAP, el INTA, el INTI; lo perpetra con un endeudamiento astronómico; con la entrega de los recursos naturales y genera una distribución muy regresiva del ingreso; destruye masivamente a la industria; ejerce una política exterior de genuflexión colonial hacia EE.UU. e Israel, renunciando en los hechos a los reclamos reales sobre las Islas Malvinas. Nos excluye voluntariamente de los BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) al que desde 2024 se han incorporado Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos), representando el 40% del PBI mundial. Todo ello con una propaganda y un discurso demenciales para ganar una guerra que denomina batalla cultural, cuyo objetivo es apoderarse del sentido común dominante.
ARGENTINA 1976-1983
La irrealidad de lo que iba trascendiendo que ocurría en los campos de concentración, por lo absurdo y monstruoso, la tornaba en increíble: seres humanos vivos y adormecidos eran arrojados desde los aviones al rio o al mar: embarazadas torturadas debían parir a sus hijos en los camastros de las salas de torturas; mujeres secuestradas eran sacadas del campo de concentración para ser violadas en un hotel o en el domicilio del torturador. Hasta casos que escapan a toda imaginación y entra en las zonas inimaginables, irreales, y por lo tanto difíciles de considerarlas verdaderas, aunque lo sean, es la de Silvia Labayru, narrado en la página 170 del excelente libro de Leila Guerriero “La llamada”: “Al cabo del segundo o cuarta vez (que la había violado), (Alberto González) me dijo que me iba a llevar a su casa a tener sexo con él y su esposa. Me llevó abierta, o sea, viendo la dirección donde vivía, y nos recibió su bellísima mujer. Me llevaba con Vera (mi hija) porque le hacía la ilusión que Vera y su hija durmieran mientras me obligaban a tener sexo con la parejita…”. Hay que ir muy lejos, incluso en la lógica represiva, para utilizar una secuestrada para satisfacer las fantasías sexuales del matrimonio. “Una noche sacaron un cajón que tenían debajo de la cama, lleno de objetos sexuales. Una caja de este porte. Con todo tipo de cosas que yo no sabía para qué eran…”.
Un hilo de Ariadna que une una época con otra. Alberto González, preso en Ezeiza, es el mentor de la vicepresidenta Victoria Eugenia Villarruel y se sostiene que participó en los libros firmados por la defensora del terrorismo de estado y sus ejecutores como “Los llaman “jóvenes idealistas”” y con Carlos Manfroni “Los otros muertos: las víctimas civiles del terrorismo guerrillero en los 70”.
Un presidente que considera que el Estado es el principal enemigo, que es una asociación ilícita, mucho peor que la mafia, que él es un topo que viene a destruirlo desde adentro. Que reivindica a Al Capone y sus referencias históricas son Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Que considera legítimas las ventas de órganos; y que la mejor salud es aquella que cada argentino pueda pagarse. Que cada persona tiene la libertad de elegir morirse de hambre o que como presidente dijo que “Si la gente se va a morir de hambre, va a hacer algo para no morirse. No necesito intervenir. Alguien lo va a resolver”. Siendo Presidente, ante las catástrofes naturales como la primera ocurrida en Bahía Blanca, visitó la ciudad, cosa que es absolutamente inusual en él, diciendo: “Confío en que van a resolver esta situación con los recursos existentes”. Siendo diputado votó en contra del proyecto de ley para ampliar el Programa de Cardiopatías Congénitas en bebés que buscaba mejorar la detección y el tratamiento de una afección cardíaca en recién nacidos que se convirtió en la principal causa de muerte en menores de un año. Cuando se le preguntó por qué votó en contra, impasible contestó: “Implica más presencia del Estado interfiriendo en la vida de los individuos e implica más gastos. Eso no funciona así”. Es el mismo que dijo en Davos 2025: “Cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos…” Fijación con la que ejemplifica a todo lo que detesta: “El Estado es un pedófilo en el jardín de infantes con los niños encadenados y bañados en vaselina”.
Que considera héroes a los evasores, y cobardes a los buenos contribuyentes, que son héroes los 87 diputados que votaron en contra de un aumento a los jubilados y a los que agasajó con un asado en Olivos; que considera una aberración a la justicia social y que afirma que donde hay una necesidad no hay un derecho sino a lo sumo si es posible un negocio para el mercado.
Convivir con este catálogo ejemplificativo de absurdos, muestra pequeñísima de muchos otros, crea un clima de irrealidad donde toda estupidez puede ser dicha como una verdad irrefutable. Un descenso al infierno, una pesadilla en el territorio de la irrealidad.
ARGENTINA 1976-1983
Sucedió en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), uno de los principales Campos de Concentración: “El 24 de diciembre 1977 a la noche los presos del staff pudieron cenar con los del sótano en la Pecera. Los del mini staff ya no estaban porque se habían ido a pasar las fiestas con sus familias. En la mesa, frente a Graciela (Daleo) se había sentado Norma Arrostito: estaba flaca y tenía la mirada triste, pero trataba de corresponder a todas las sonrisas. Su presencia tenía algo de imponente: un símbolo de dignidad y resistencia en medio del desastre. Cuando dieron las doce, los presos se pararon y empezaron a brindar entrechocando sus vasitos de plástico. La situación era espantosamente irreal: un grupo de gente, que para el mundo exterior, estaba muerta, celebraba la Nochebuena; a treinta metros, sus compañeros en la Capucha seguían esperando el próximo traslado; en el sótano había prisioneros recién capturados que pronto pasarían a la mesa de tortura; ellos mismos no sabían si vivirían cuatro días más y sin embargo, ahí estaban, brindando como brindaban los compañeros de una oficina cualquiera, en esos días, allá afuera… Unos minutos después llegaron los oficiales de guardia, los tenientes González Menotti y Astiz, y les dieron la mano uno por uno.
-Si no la hubiéramos traído acá, no nos hubiera conocido, ni a toda esta gente.
Lo dijo el teniente Astiz y Graciela no pudo contenerse:
–Hubiera preferido no conocerlos nunca.
“La voluntad Tomo III Página 392 de Eduardo Anguita y Martin Caparrós.
ARGENTINA 2024-2025
El presidente Javier Milei derrama violencia con un lenguaje poblado de amenazas y descalificaciones, una invocación permanente al odio y al bullying, atravesado de referencias escatológicas. Una mezcla explosiva de surrealismo y realismo mágico en modo superlativamente chabacano. El discurso presidencial tan rico en insultos, descalificaciones, imágenes sexuales y obsesión por el culo, tiene una estrechez pavorosa. Nunca aparecerá entre sus preocupaciones el trabajo, las jubilaciones, la producción; desecha las obras públicas, y descarta la educación y la salud públicas, la ciencia y la cultura. Quien no comparte sus extravagancias, sus dislates, sus insuperables disparates, caerá bajo el diccionario de insultos que el presidente arroja por su incapacidad para debatir (falacia ad hominem), que aviesamente atribuye a sus interlocutores: “kuka”, “zurdo” “ensobrado” “casta”, “mentiroso”, “econochanta”, “violento” “siniestro”. “basura”, “woke”, “mandril”, “impresentable”, “rata”, “esbirro”, “puta”, “repugnante”, “mierda”, “pautero”, “pedazo de mogólico”, “zurdo de mierda”, “hijos de puta”, “extorsionador”, “liliputiense”, “siniestro”, “estúpido” “excremento”, “repugnante”, “cucarachas”, “delincuentes”, “degenerados fiscales” …
Su discurso es tan claro como elemental: “Nosotros somos escépticos del consenso, somos escépticos del diálogo… La izquierda prefiere reinar en el Infierno que servir en el Cielo. Y si tienen que transformar el Cielo en el infierno, para mantenerse en el poder lo van a hacer. La única forma de combatir el mal organizado es con el bien organizado. No hay que ceder contra el mal, contra el socialismo. Hay que combatirlo, sacarlo a patadas en el culo”
El desborde por el lado del odio tiene un largo recorrido. Desde “Zurdos hijos de puta ¡tiemblen!, “los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta” su ministro del Interior, Guillermo Francos, un conspicuo integrante de la casta política, encargado de desactivar los exabruptos presidenciales interpretó que se “los buscaría para dialogar”.
Otro de sus hits es “No odiamos lo suficiente a los periodistas” que descarnadamente significa “No odiamos lo suficiente”. Otra de sus expresiones desalmadas fue: “Muerte al socialismo”.
Después están las destinadas al bullying, cambiando los apellidos de los destinatarios de sus burlas: Lali Espósito pasa a ser Lali Depósito, María Becerra en el lenguaje presidencial es María BCRA, Paulino Rodrigues de La Nación+, un periodista que acuerda en el plan económico del gobierno lo denomina Pautino Rodrigues y lo caracteriza “como el peor de los kukas”. A Maria Laura Santillán la menciona como María Pauta Santillán. A Jorge Fontevecchia lo llama Tintorelli y a los periodistas en general los considera peor que los políticos, como prostitutas de ellos, porque llegan a hacer hasta los que los políticos no se animan a hacer. A Axel Kicillof lo descalifica desde “el soviético, “el enano diabólico”.
ARGENTINA 1976-1983
Roberto Carri fue sociólogo y periodista. Autor de “Sindicatos y Poder en la Argentina” “Isidro Velázquez. Formas prerrevolucionarias de la violencia” y “Poder imperialista y liberación nacional”. Militó en el peronismo. Su último trabajo fue “Las luchas del peronismo contra la dependencia”. Ana María Caruso, su compañera, era Licenciada en Letras. Tenían tres hijas: Andrea, Paula y Albertina. Cuando fueron secuestrados, la mayor tenía trece años y la menor Albertina, apenas cuatro. El 24 de febrero de 1977, cuando se cumplían treinta años del primer triunfo electoral de Perón, fueron secuestrados en su casa de Hurlingham. Esa misma casa a la que volvería muchos años más tarde la menor de las hijas, la talentosa directora de cine Albertina Carri, para la filmación de “Los Rubios” donde recrea ficcionalmente la historia del rapto de sus padres. Si, a ellos, a los que los vecinos llamaban los rubios, y que terminó siendo el título de la película. De ahí fueron llevados a la Comisaría de Villa Insuperable donde funcionaba el campo conocido como Sheraton o el Embudo, situado en la esquina de Tapalqué y Quintana, en el Partido de la Matanza. Algunos testimonios afirman que su denominación igual que el conocido hotel obedecía a la existencia en el mismo de un televisor. La pareja Caruso-Carri permaneció detenida-desaparecida en ese lugar hasta diciembre de 1977, en que se perdió toda huella.
En esos diez meses, sorprendentemente o no, dada la perversidad de sus captores, pudieron comunicarse mediante cartas o llamadas telefónicas con sus hijas a través de un personaje llamado “Negro” o Raúl, según puede leerse en el Informe de la Conadep. Incluso hubo una reunión con las tres hijas en una Plaza de San Justo. En un Posfacio al libro de Carri Isidro Velázquez, de Editorial Colihue de octubre del 2001, el entonces secretario de Derechos Humanos Eduardo Luis Duhalde escribió: “¿Que pretendían los represores, permitiendo estos contactos con los familiares? Es difícil saberlo, pero por vía de hipótesis, cabe pensar que, con ellos, ilusionaban perversamente a los secuestrados con la posibilidad de su futura libertad, de modo que se rindieran intelectualmente. La perversión llegó al punto de que, tras casi un año de cautiverio, los hicieron partícipes de la discusión sobre si los mataban o los dejaban vivos.”.
Sólo así puede entenderse la última carta que Ana María le escribe a sus hijas transcripta en el libro de Franco Salomone “Maten al mensajero”: “Luego de hacer referencia a una oficina a la que vamos a trabajar casi todos los días dice que …el otro día estuvieron de visita seis generales, entre los que se encontraban Vaquero, Sasiain, Jáuregui y Martínez. Los que estábamos allí no éramos todos (los detenidos) sino un seleccionado de cuatro solamente, entre los que estábamos papá y yo… De todos modos, hay algunas cosas que nos preocupan. En primer lugar, lo nuestro no sé cómo va a terminar. Este fin de año, antes que se concreten los pases, estuvieron hablando de ver que hacían con nosotros; supongo que la discusión debe haber terminado en la Brigada. Allí hubo tres posiciones: unos decían que la guerra estaba casi terminada y nosotros no prestábamos ninguna utilidad, por lo tanto, había que matarnos; otros decían que ya no éramos útiles y que había que pasarnos a disposición del PEN y otros decían que seguíamos siendo útiles y que lo íbamos a ser por un tiempo largo y, por lo tanto, no podíamos seguir viviendo en esta situación tanto tiempo. Como no hubo acuerdo, la discusión se postergó, lo cual es favorable, creo yo, porque a medida que pasa el tiempo la cosa se ablanda y es más difícil matarnos”.
Cuando Ana María se refiere “a la oficina a la que vamos a trabajar casi todos los días” está mencionando al Cuartel de Ciudadela donde según Duhalde “los obligaban a realizar trabajos forzados administrativos o ensayos o análisis de coyuntura”.
Días después de enviarle esta carta a sus tres hijas, Roberto Carri y Ana María Caruso fueron trasladados, eufemismo que en el argot de los asesinos significaba la muerte.
Albertina publicó algunas de las cartas escritas por su madre desde el Campo de Detención, donde se traducen la angustia de la situación “y la culpa es que esas niñas se harán mujeres sin ella”. Albertina le cuenta a María Moreno en un reportaje de “Las 12”: “A mi gusta la frase “hagan una vida lo más normal posible dentro de la anormalidad”. Ana María pregunta desde su cautiverio de las cosas cotidianas: ¿Por qué Albertina ya no ve a Vanesa? ¿Cómo le fue en la fiesta del colegio con el disfraz de polilla? Y desde la incertidumbre y la angustia de su condición de desaparecida les escribe a sus hijas: “Ahora que vienen las vacaciones y van a tener más tiempo para leer, Andrea, deciles que te compren los cuentos de Cortázar y su novela “Los Premios”. Esa novela yo la leí cuando estaba embarazada de Paula, allí había un personaje que se llamaba Paula Lavalle que me gustó y por eso le puse Paula a Paulita”. Y luego sigue detallando el orden en que se deben leer los cuentos. Y nunca deja de ser la madre de sus tres hijas a pesar de la situación. Aconseja fortificar las amistades, no descuidar la parte física practicando natación y leer, leer mucho.
Las cartas de Roberto, en cambio, reflejan el rol que se le asignaba al padre. Le preocupaba el aspecto económico que permitiera el mantenimiento de sus hijas. Junto a la pareja estuvo detenido y también desapareció en el Sheraton el notable guionista de historietas Héctor Oesterheld, el creador entre otros del Sargento Kirk y El Eternauta. Ana María, a quien conocí cuando militamos juntos en el PSIN (Partido Socialista de la Izquierda Nacional) escribe según el relato de Guillermo Saccomanno en RADAR: “Ahora está con nosotros el Viejo. Se pasa el día escribiendo historietas que hasta ahora nadie tiene intenciones de publicarle”. Las cuatro hijas de Oesterheld y sus compañeros, junto al excepcional guionista fueron asesinados.
A partir de diciembre de 1977, las cartas cesaron. Andrea, Paula y Albertina no lo supieron entonces sino más adelante, que cuando concluía aquel macabro 1977, habían quedado huérfanas. Al cumplirse 30 años del secuestro de estos dos jóvenes, sus hijas recordaron a sus padres, en los tradicionales recuadros de Página 12. Y para ello recurrieron a los versos que Oscar Valle le dedicó a Velázquez –Gauna, a los que estudió Roberto Carri y que tres décadas después parecían escritos para el sociólogo y la licenciada en letras: “Sin una vela encendida/sin una flor a su lado/sin una cruz en la tierra/ hay dos sueños sepultados”.
ARGENTINA 2024-2025
Es difícil no entrar en la irrealidad si se acumulan las frases presidenciales como lo hace Juan Luis González en su segundo libro sobre Milei con el título “Las fuerzas del cielo”: “Es el mayor ajuste de la historia de la humanidad. Soy el máximo exponente y defensor de la libertad en el mundo. Me hicieron la campaña negativa más grande de la historia de la humanidad. Hicimos la campaña más austera de la historia de la humanidad. Heredamos la peor crisis de la historia. El 85% de los medios mienten todo el tiempo. Los empresarios más importantes del mundo se quieren reunir conmigo. Soy el presidente más popular del mundo. Somos modelo mundial y el mundo no puede entender lo que hicimos. Nadie puede entender lo que hemos logrado. Nadie puede comprender lo que hicimos en la política social para que no estalle. Hicimos la mayor reforma del Estado de la historia. Los periodistas están sorprendidos por las cosas maravillosas que se dicen de mí en el mundo. Si esto sale bien, somos candidatos al Premio Nobel de Economía. Caputo es el mejor ministro de Economía del mundo y su equipo es el mejor equipo económico de la historia. Es el programa de estabilización más exitoso de la historia, el mejor. Es inédito en la historia lo que hicimos, único en la historia de la democracia moderna. Es el mejor momento del país de los últimos cien años, la transformación más grande de toda su historia. Argentina va a convertirse en el caso más brillante en la historia de la humanidad. Por eso no tengo ningún pudor en decir que este es el mejor gobierno de la historia.” Le faltó afirmar que es “el presidente más modesto de la historia”.
Sus colaboradores son en general terraplanistas, antivacunas, contrarios al calentamiento global, con propuestas tan insostenibles como la privatización de los océanos a que la educación primaria y secundaria no sea obligatoria (Benegas Lynch) o que los médicos del Garrahan sabían que ganarían poco cuando estudiaron y que si quieren ganar más se dediquen a otra cosa (diputada Lilia Lemoine) mientras reivindica a Joseph McCarthy o Diego Spagnuolo, el director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), abogado personal del Presidente que califica a los discapacitados como idiota, retardado, imbécil y que les dijo a la madre y a su hijo autista: “Su discapacidad no es un problema del Estado sino de la familia”.
El mentor argentino de Milei es Agustín Laje, autor “La batalla cultural”, “Generación idiota”, “El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural”, (en coautoría con Nicolás Márquez, biógrafo de Milei) “Los mitos setentistas”, denostador empedernido de las políticas de Derechos Humanos, antifeminista recalcitrante, reivindicador del Terrorismo de Estado, cruzado contra la agenda del wokismo “para recuperar la cultura de la libertad”. Violento, es capaz de afirmar: “Una bala de goma que reprima a los zurdos es un motivo de regocijo para muchos”; “No contrataría a una persona de izquierda en una empresa” ni tendría una pareja con dicha orientación política. “Puedo tomar la decisión individual de no convivir con zurdos, es una decisión individual que no me podés prohibir. Yo estoy completamente facultado para tomar la decisión de no tener empleados zurdos, de no aceptar tener un patrón zurdo, de no tener una pareja zurda, de no tener amigos zurdos y así es como he vivido y creeme que soy muy feliz”; “Encuentro que las ideologías de izquierda han sido siempre, en todo momento y lugar, violentas. …. Quienes adhieren a las políticas de izquierda “no son adversarios, son enemigos … Una persona que se mete en tu casa para expropiarte no es un adversario simplemente, es una persona que violenta los derechos de propiedad. Cada gobierno que aumenta impuestos se mete con lo que uno produce y equivale, e incluso es peor, que un ladrón que se mete en tu casa”.
El máximo referente de Milei a nivel internacional es Murray Rothbard, nombre que dio a uno de sus perros, planteó que los padres no deberían tener la obligación legal de alimentar, vestir y educar a sus hijos y que podrían incluso, dejarlos morir. Rothbard, de origen judío, reivindicó el trabajo de Harry Elmer Barnes, historiador estadounidense negacionista del holocausto. Adhirió además a las propuestas ideológicas de David Duke, ex Gran Mago del Ku Klux Klan (1)
Para completar aspectos de su biografía fue admirador de Joseph McCarthy.
En cuanto al misticismo de Milei nada más ilustrativo que la anécdota de un empresario amigo del Presidente que concreta una reunión de colegas, dueños de las empresas más poderosas, días antes de su asunción para conocer los proyectos. A cada pregunta Milei contestaba: “Está bien eso, está bueno, pero hay que hablarlo con el Jefe; “De eso se encarga el Jefe”; “Ese es un tema del Jefe”. Los empresarios dueños de grandes compañías se retiraron confundidos. El empresario que organizó la reunión, al finalizar la misma le sugirió que ahora era Presidente y no podía derivar todas las respuestas.
Textualmente cuenta Juan Luis Gonzalez en el libro citado página 88: “El hombre que en pocos días asumiría la jefatura formal del país, lo miró a los ojos y le respondió muy serio que el problema no lo tenía él, sino ellos”
-Son ustedes los que no entienden. Ella (su hermana Karina) es Moisés.”
“Karina fue el primer ser humano, tal vez el único en tratarlo con verdadero cariño. Para un niño golpeado por el padre, dejado de lado por la madre, humillado por sus compañeros de colegio, y rechazado por las mujeres en sus intentos de conquista, Karina representó el único recoveco de amor y contención que conoció durante décadas”.
LA IRREALIDAD
Una frase de Jorge Luis Borges o por lo menos que se le atribuye, afirmó: “Lo propio del infierno, no son los tormentos sino su irrealidad”. En la Argentina hemos tenido y tenemos la dolorosa experiencia que lo propio del infierno son los tormentos y la irrealidad. Y no ha sido literatura como la que describió Dante Alighieri en “La divina Comedia” que escribió al pasar por el Infierno: “Abandona la esperanza si entras aquí”. No lo dice Alighieri sino la historia: para salir del infierno se necesita la llave maestra que es la política capaz de unir un programa de liberación con las mayorías populares.
Con un endeudamiento sideral, Milei está hipotecando el futuro para que el presente no explote.
Si Milei triunfa en forma amplia en las elecciones de octubre, lo que hasta aquí hemos vivido nos sonará más a Purgatorio que a Infierno. Está en nuestras manos evitarlo. La primera es votar, no quedarse en el domicilio. Y la segunda recordar a Maquiavelo: “Hay dos grandes emociones en la política: el miedo y la esperanza”. El miedo de continuar en la irrealidad del infierno y la esperanza de dejarlo atrás.
Referencias:
(1) “Quien es Murray Rothbard, el Gurú de Milei” de Miriam Lewin y Horacio Lutzky en Revista Anfibia.
Buenos Aires, 23 de junio de 2025.
*Periodista.
1 Comment
Gracias Hugo por tu encantadora pluma, inteligente y sutil reparo para los desahuciados del presente que buscamos entender cómo hemos llegado al infierno de los tormentos autoinfligidos y la brutal irrealidad que nos circunda, en apariencia cómodamente establecida.