Se estrenó en el Centro Cultural de la Cooperación la obra de teatro “La celebración”, co-escrita por Juano Villafañe y Manuel Santos Iñurrieta. Una obra que celebra las reuniones como ámbitos de encuentro, de cuerpos vivos lanzados socialmente a crear o a tomar las plazas, y la espera como creencia ética y política de que somos con los otros.
Por Manuel Santos Iñurrieta*
(para La Tecl@ Eñe)
La Celebración, una comedia para los que vendrán, obra que dirijo y llevo a escena con un grupo notable de actores y actrices, la escribí con Juano Villafañe. La hermosa experiencia de escribir a dúo uniendo territorios del teatro y la poesía creo que ha sido un hallazgo en esta obra en particular, más aún en este presente. El teatro siempre es un trabajo colectivo, es en el ida y vuelta, en el diálogo de la escena a la mesa y de la mesa a la escena que se dibuja lo que será una primera idea o línea de teatralidad posible, y una vez estrenada la obra iniciará junto al público otra etapa novedosa de construcción poética. En suma, en lo colectivo es que hacemos, pensamos y sentimos.
En particular mi búsqueda teatral desde hace muchos años está dirigida hacia un teatro histórico, político y social, con una impronta y un cruce entre el teatro épico brechtiano y el payaso rioplatense, la carpa y el picadero. Desde ahí, a la búsqueda de un teatro épico latinoamericano. Menciono esto, porque la estructura de la comedia que pensamos con Juano goza de la posibilidad del repentismo, de quebrar el progresivo desarrollo argumental de la comedia, para adentrarnos en unidades poéticas, o en pasajes de comedia, o en situaciones absurdas, como también en distanciamientos más propios del teatro épico. Expreso aquí esta condición, porque el lenguaje en general, y el lenguaje de la propia obra también son objeto de estudio y crítica, más aún como decíamos más arriba, en un presente donde los discursos y sus formas están en tensión permanente, tanto en el territorio artístico cultural como en el estrictamente político.
En este momento de avanzada del fascismo en el país y en el mundo, convocar a una reunión para celebrar ya es un hecho inquietante y a priori a contramano. ¿Qué habríamos de celebrar en un panorama tan incierto económica y políticamente, tan hostil para nuestro pueblo? Diría en primer lugar que sí existe en la obra una sutil evocación a las viejas tertulias y encuentros sociales entre artistas e intelectuales, que eran ciertamente usinas de idea y me atrevo a decir también y con seguridad (tecnología mediante) que esos encuentros siguen siendo hoy, en presente, lugares de resistencia cultural y producción de conocimiento. Pero esta obra no se subsume a la forma del acontecimiento social ni pretende ser una tertulia nostálgica, sino que pondera el hecho revolucionario que implica el encuentro con los otros. Las reuniones, y hay un famoso cuento de Cortázar que lo certifica de manera magistral, son ámbitos de encuentro, de cuerpos vivos lanzados al juego y sabemos perfectamente lo que provocan creativa y socialmente los cuerpos lanzados a crear o a tomar las plazas. Es por eso, que aun con este presente adverso, Celebramos con una reunión.
En segundo lugar, los personajes de la obra, amigos que se reúnen a celebrar, arman una agenda de temas a abordar mientras esperan a los que faltan. Esa espera no es trágica ni mucho menos nihilista, ni distópica, no esperamos a Godot, y tampoco hay aquí un discurso del “sin sentido de la vida moderna”. Esperamos a todos y a todas, y no es esta una espera pasiva porque mientras tanto construimos los debates en torno al arte y la cultura, entorno a la política y lo sueños, esperamos porque existe aquí la irrenunciable creencia y posición estética y política que soy con El otro y la otra. No hay salida posible individual y en solitario, sobre los temas que nos atañen como sociedad.
Irene Almus, Alfredo Catellani, Eduardo Calvo, Diana Kamen Sergio Lumbardini y Martina Greiner están arriba del escenario, además de un equipo genial que produce esta obra en un centro cultural extraordinario como es el De La Cooperación. Pero quiero y debo aquí hacer una ponderación al elenco que asumió llevar esta obra adelante. Encontrarme profesional y humanamente con un elenco que esgrime el interés sobre el material en su conjunto y en particular con el alcance de su rol o papel es gratificante porque a su vez se asocia el sentido general de la puesta en escena de esta obra. Celebramos porque nos tenemos, y porque nos tenemos asumimos los desafíos que nos impone esta época. Celebramos porque desde el teatro vamos a hacer nuestro aporte por los que estuvieron y por los que vendrán.
En el teatro, en la plaza, en la calle y donde sea. Venceremos.
Fotos: Nicolas Finoli y Agustina Haurigot.
*Manuel Santos Iñurrieta, es co autor y director de La Celebración, obra que se puede ver los viernes a las 20h en la Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación de Av Corrientes 1543.
Actor-director-dramaturgo en Internacionales Teatro Ensamble.
Director artístico adjunto Centro Cultural Cooperación.
Red En Defensa de la Humanidad