Lanao se pregunta en este texto si el auge de la extrema derecha, sin subestimarla, es sólo un pico coyuntural fruto del miedo y del embrutecimiento civilizatorio.
Por José Luis Lanao*
(para La Tecl@ Eñe)
Lo de la foto es una recreación del meteorito 2024YR4 que podría impactar contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Lo llaman asteroide, pero para mí es una piedra idéntica, por cierto, a una con la que me abrieron la cabeza de pequeño. No sé si lo sabe, pero el mundo se puede acabar. Lo que no es una sorpresa. El fin del mundo ya cuenta con nosotros. Algunos ya están preparando su huida a Marte, donde no hay presión fiscal ni regulación del Estado. Es la manera en que los ricos pasan el tiempo en la Tierra, pensando en que el “robo” tributario en otro planeta no pasaría.
No sé si estamos preparados para afrontar otro invierno bajo esta intemperie abisal que te arroja diariamente al desamparo y a la desolación de una extrema derecha desquiciada. No la subestimo. Pero uno espera que sea un pico coyuntural, fruto del cabreo, del miedo y del embrutecimiento. Una de las razones de su auge es que me parece muy fácil crear un movimiento neofascista: “Fascistas sin Fronteras”, por ejemplo. Basta un celular, algunas barbaridades, espasmos en el brazo y proclamar soluciones drásticas, grandilocuentes e irreales. Ahora bien, ponerse a pensar en serio cómo arreglar los problemas eso ya es otra cosa. Esto no lo explicas en TikTok.
A unas cosas el tiempo las embellece y a otras las envejece, sucede lo mismo con las ideas. Si el propio Jesucristo descendiera a la Tierra y comenzara a predicar que ames al prójimo como a ti mismo, la extrema derecha le soltaría sin complejos: “eres un progre”. Dicen que ojo de reírse de esos miles de votantes de ultraderecha, que hay que comprenderlos, que hay que tener humildad para escucharlos. Seré muy insensible, pero con la que está cayendo me importan un rábano. No querían mano dura, pues mano dura es la consigna. Lo gracioso es que esos votantes pensaban que la mano dura solo afectaría a los demás y no a ellos. Hasta que llegaron las primeras tarifas, los despidos, las jubilaciones, los medicamentos, la ausencia de ayudas sociales, los precios, los sueldos, el deterioro de los hospitales y las escuelas públicas. Ahora se han dado cuenta que solo hay dos clases, y no están en la que pensaban. La ficción de ser clase media, y no un proletario de toda la vida, es la que hace pretender protección de los que son más pobres que tú, cuando en realidad tienes mucho más en común, y no lo saben.
En tiempos de juicios y prejuicios acelerados, vuelve a ser terapéutica la prudencia de aquellos escépticos: solo dudando adquirimos ciertas verdades y algunas certezas. Hace unos días el hijo de un amigo preguntaba: “Papá, ¿cómo es posible que no vieras venir a un tipo como Milei? No hijo, si eso es lo peor, es que lo vimos venir”.
Sócrates y Pirrón nos dejaron un legado milenario al afirmar que sus únicas certidumbres eran el filo de la duda y el destello de la curiosidad. Les interesaba el diálogo, la conversación serena entre opiniones discrepantes, donde la contradicción, lejos de despertar desconfianza, actuaba como motor de conocimiento y de deseo de aprender. No deja de ser inquietante que, en nuestro país, una nación tan formada en las sutilezas del psicoanálisis haya alcanzado la presidencia alguien que es, directamente, la encarnación del Ello. Una historia política que no ha sido ajena al barroquismo capilar. El nuevo presidente no solo quiere superar en frondosidad estética al mismísimo monarca naranja, sino también su lujuria privatizadora. Negacionista del cambio climático, del genocidio de la dictadura, antiabortista, antivacunas, azote del hipotético marxismo cultural, supuesto practicante de sexo tántrico, talibán del mercado, faltón, agresivo, profeta de la crispación y las malas maneras, que recorta ministerios con la misma alegría que clona perros y departe con su difunto chucho Conan de la mano de la médium Celia Melamed.
¿Nos hemos perdido algo? ¿Hay alguien ahí? ¿Cuándo cae el meteorito?
Logroño, España, 1° de abril de 2025.
*Periodista. Escribe en Página/12, “Las Mañanas” de Víctor Hugo Morales. Ex Jugador de Vélez Sarsfield, clubs de España, y Campeón Mundial Juvenil Tokio 1979.
4 Comments
No deja de ser inquietante que, en nuestro país, una nación tan formada en las sutilezas del psicoanálisis haya alcanzado la presidencia alguien que es, directamente, la encarnación del Ello»»
No todo es Psicoanálisis en nuestra Argentina,ni todo aquel que se dice «soy psicoanalista»..
Brillante aporte.
Gracias.
Coincido absolutamente, Dora. No podría mejorar su comentario.
Lanao es el mejor crítico de nuestro deterioro político y social.
Para mí que el asteroide ya chocó, perp nos agarró durmiendo y nonos dimos cuenta.
¿Será el asteroide, aquel enano facista que llevariamos dentro, segun Wilhelm Reich ? ¿Habrá terminado la edad de Piedra ?.
Gracias José Luis !!