Carlos Rozanski advierte en este artículo que respecto del presidente y su gabinete, nos encontramos ante un fenómeno sociopolítico de dimensión y gravedad inéditas en el país y que para comprenderlo es imprescindible una mirada en perspectiva. En esa visión y análisis, sostiene Rozanski, se debe incluir la falta de reacción adecuada de parte de la oposición política ante los atropellos de la agrupación libertaria gobernante.
Por Carlos Rozanski*
(para La Tecl@ Eñe)
El actual Gobierno libertario de Argentina es un fenómeno criminal complejo. Su líder, Javier Milei, presenta una extraña mezcla de rasgos del Imperio Romano en donde dice haber conocido a su perro Conan, dos mil años atrás, siendo él gladiador y el can un león. En otros momentos, se expresa con frecuencia de manera similar a Adolfo Hitler en sus referencias a los enemigos (especialmente socialistas y comunistas) y en el mismo sentido toma medidas coincidentes con las del criminal nazi más feroz de todos los tiempos. Ejemplo de ello es la ley Hitler de 1933, antecedente de la ley bases Milei 2024.
A esas características se suman las referencias a personajes admirados expresamente por Milei como modelos a imitar como mafiosos de la talla de Al Capone o economistas brutales como Milton Friedman o el desequilibrado Murray Rothbard.
Finalmente, se destaca su relato acerca de la procedencia del mandato divino que dice obedecer. Así, explica Milei que “Moisés era un gran líder, y tenía unas pelotas grandes como una casa […] pero no era bueno divulgando. Moisés era tartamudo”. En esa referencia, con lágrimas en sus ojos, el hoy presidente continuó: “Y entonces el Uno le manda a Aarón para que divulgue. Y esa es la realidad, Kari es Moisés y yo soy Aron”. (1)
Se trata de delirios de un Milei macho y supremacista que se autodefiniera como “blanco, rubio y de ojos celestes” . Agregando en esa oportunidad que no tiene que pedir perdón por tener pene (SIC). (2)
Si lo sintetizado no estuviera debidamente documentado en imágenes y sonido directos del presidente Javier Milei, seguramente se dudaría de la dolorosa veracidad de las citas que anteceden.
Sucede que, a partir del 10 de diciembre de 2023, Javier Milei, con signos y síntomas crecientes y evidentes de desequilibrio mental, fue llevando al país a las puertas del infierno mismo con una naturalidad para producir sufrimiento que nunca se había visto por estas latitudes.
Comenzó reteniendo millones de kilos de alimentos para indigentes y negando medicamentos a niños enfermos de cáncer, así como drogas para atenuar el dolor a pacientes terminales. Simultáneamente, tomó medidas en el campo económico de afectación directa y fulminante de los ingresos de los sectores más necesitados de la población, así como de ayuda a personas con discapacidad.
Resulta innegable que, desde el 10 de diciembre de 2023, Milei puso en marcha un programa de destrucción progresiva de sectores vulnerables de la sociedad, calificando a quienes osen oponerse a ese plan, como «mogólicos, hijos de puta, zurdos de mierda, ratas, cucarachas» y demás epítetos que se le puedan ocurrir a medida que se expresa.
Genocidios
El aniquilamiento de colectivos humanos a lo largo de la historia ha sido una constante. Con diversos intervalos y perversos intereses, emergieron personajes que a través de los siglos produjeron tragedias humanitarias de exterminios masivos que marcaron generaciones enteras de víctimas.
La comprensión de los mecanismos que facilitaron esas etapas permite una aproximación a la dimensión de esos crímenes, y es esencial para prevenir su reiteración. En ese sentido, nada más claro que la propuesta del investigador Daniel Feierstein de: “observar estos procesos de aniquilamiento no como una excepcionalidad en la historia contemporánea, sino como una tecnología de poder peculiar, con causas, efectos y consecuencias específicos, que pueden intentar ser rastreados y analizados”. (3)
Este concepto de no analizar los procesos genocidas como algo excepcional, es fundamental para comprender mejor el fenómeno que se vive hoy en Argentina. Cabe aclarar que es entendible que, para los colectivos de víctimas, las tragedias padecidas sean consideradas incomparables con ninguna otra. Pero la perspectiva histórica le da la razón a Feierstein en cuanto a que hay un hilo conductor en esas tragedias que, como dice el autor, son una “tecnología de poder”. Por supuesto, esa tecnología adquirirá en cada caso las características acordes a cada época y personajes que las encarnan.
En ese sentido, como otros tiranos de la historia, Milei se mueve rodeado de un sequito de personajes con similares características de personalidad en lo que hace a la crueldad. Su hermana Karina, según Milei, es Moisés -el tartamudo-, funge como secretaria general de la Presidencia con categoría y sueldo ministerial.
En consonancia con esa premisa, su gabinete está integrado en tu totalidad por hombres y mujeres carentes de toda empatía con los gobernados. Esa crueldad unificante resulta imprescindible para la “tecnología de poder” con la que los libertarios llevan adelante esta nueva modalidad de “genocidio por goteo”, como bien definió el Dr. Eugenio Zaffaroni.
La posverdad
Lo sucedido hace pocos días en la manifestación pacífica de jubilados en la plaza del congreso, es muestra elocuente de lo dicho. El 12/3/25 se produjo en la ciudad de Buenos Aires, la represión más despiadada y salvaje desde el año 2001.
En una de las imágenes se observa a un nutrido bloque de policías uniformados. Se puede ver a uno de ellos, arrojando al piso a una mujer de 81 años. Al caer de espaldas, la señora golpeó su cráneo contra el asfalto sangrando profusamente y luego debió ser suturada. Preguntado el jefe de gabinete Guillermo Francos por el hecho, lo relató de la siguiente manera: “la señora, luego de pegarle al policía con su bastón, se cayó sola”.
A su vez, sobre el mismo episodio, en entrevista televisiva, la ministra de seguridad Patricia Bullrich, responsable directa junto a Milei de la represión, lo describió con estas palabras: “Es una señora patotera, que le empezó a pegar diez palazos hasta que el policía se da vuelta y la señora se cae”.
Por su parte, sobre la brutal represión, Milei afirmó, luego, públicamente: “Los buenos son los de azul… los otros, son unos hijos de puta…”.
A ninguno de los tres funcionarios se le movió un músculo de la cara en esa descabellada descripción. Si bien podría citarse infinidad de ejemplos similares en estos quince meses de gobierno libertario, lo sucedido con la señora de 81 años y la perversa descripción de los funcionarios, es buena síntesis del escenario que se vive.
Y en ese marco y con la cotidianidad de las tragedias cabe preguntarse: ¿qué características tienen esas personas capaces de generar tanto dolor y luego expresar falsos relatos de lo sucedido?
Al respecto, el español Vicente Garrido Genovés señala que la personalidad del psicópata es la ausencia de culpa y agrega que “se entiende que esta ausencia de remordimientos o sentimiento de culpa está anclada en una gran incapacidad para sentir las emociones sociales humanas fundamentales, aquellas que nos permiten construir una vida comprometida con los sueños y pesares de nuestros familiares, amigos u otra persona de nuestra sociedad. La tragedia del psicópata es que, sin emociones reales de amor, plenitud o felicidad, empatía (ponerse en el mundo efectivo de otra persona, sentir lo que siente el otro), tristeza y vergüenza y culpa, no es posible vincularse con nadie de forma cabal y sincera…” (4)
A su vez, Robert Hare, en una obra magnifica sobre el tema, propone la siguiente definición: “Los psicópatas son depredadores que encandilan, manipulan y van por la vida sin piedad, dejando una estela de corazones rotos, expectativas arruinadas y billeteras vacías”. (5)
El reciente escándalo de la estafa mundial encabezada por Milei y su hermana, se condice claramente con el concepto de “billeteras vacías” a las que alude el notable psicólogo canadiense citado y que integra la descripción de los despiadados estafadores gobernantes.
Como se señaló al comienzo, el gobierno de Javier Milei es un fenómeno criminal complejo. Presenta, por un lado, rasgos observados en regímenes asesinos del siglo pasado -incluyendo el genocida de los años setenta-, y al mismo tiempo, posee particularidades propias, novedosas y acordes a su trastornada personalidad. Sin embargo, las conductas delictivas que comete junto a sus cómplices, se encuentran perfectamente tipificadas en nuestro código penal. En ese sentido, el obstáculo más serio que podría mencionarse es el que desde los sectores más reaccionarios del poder judicial generan quienes encubren, por el momento, los delitos de Milei y su runfla.
Respecto del presidente y su gabinete, nos encontramos ante un fenómeno sociopolítico de dimensión y gravedad inéditas en el país. Para comprenderlo es imprescindible una mirada en perspectiva.
En esa visión y análisis se debe incluir la falta de reacción adecuada de parte de la oposición política ante los atropellos de la agrupación libertaria gobernante. Se trata de un ejercicio que no se refiere solo a las víctimas directas, niñxs, mujeres, enfermos, adultos mayores, obreros o estudiantes, sino además a la dirigencia responsable de actuar para frenar la barbarie sintetizada en estas líneas.
En cuanto a la integridad emocional de Javier Milei, su deterioro psicológico y cognitivo se muestra evidente. Sin embargo, sin diagnóstico especializado resultaría apresurado un encuadre patológico. Lo que sí es posible, en cambio, es advertir que los signos y síntomas que presenta desde el día que asumió su cargo, confirman que estamos ante un personaje cuya crueldad y goce de producir daño ponen en riesgo a la sociedad toda, comenzando por los sectores más vulnerables.
De la reacción que está comenzando a producirse en la dirigencia opositora y en la sociedad, dependerá que se ponga fin lo antes posible a tanto dolor y sufrimiento.
Referencias:
(1) Entrevista de Viviana Canosa a Javier Milei, el 14 de mayo de 2022, en la Feria del Libro de Buenos Aires.
(2) Idem anterior
(3) Feierstein, Daniel. “El genocidio como practica social: entre el nazismo y la experiencia argentina. Buenos Aires, Fondo de Cultura Economica, 2007)
(4) Vicente Garrido Genovés (2004), Cara a cara con el psicópata, Ariel, Barcelona.
(5) Robert Hare (2003), Sin conciencia. El inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean, Paidós, Buenos Aires.
Buenos Aires, 18 de marzo de 2025.
*Ex Juez de Cámara Federal y ex presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N.º 1 de La Plata.