La propuesta de enmienda a la oferta de reestructuración de deuda pública en moneda extranjera bajo legislación extranjera es, como lo reconoce el mismo ministro Martín Guzmán, un esfuerzo desmesurado y condiciona nuestro presente y nuestro futuro. Por otra parte, la Argentina pasa a ser el primer caso de un canje de deuda en plena pandemia y es vista por muchas naciones que están en una situación semejante.
Por Horacio Rovelli*
(para La Tecl@ Eñe)
En primer lugar se debe ver que la deuda externa incrementada en más de 100.000 millones de dólares por el gobierno de Cambiemos, en un 86% se fugó. Esto es, el país se endeuda y una minoría se apropia de esos dólares a precio vil, precio atrasado ex profeso para que la bicicleta financiera funcione y lo fugan, lo sacan del país, de manera tal que según informara el BCR, en el gobierno de Cambiemos se fugaron, técnicamente lo denominan Formación de Activos Externos de residentes argentinos en el exterior, 86.200 millones de dólares, con el agravante, por ejemplo, que los cien primeros compradores (personas físicas o jurídicas) lo hicieron por 24.679 millones de dólares. Se endeuda el Estado y se beneficia una minoría rentística.
Pero lo planteado en el primer párrafo no invalida que la Administración Nacional tomara deuda por más de cien mil millones de dólares por los cuales colocó títulos públicos cuya lámina valía cien dólares, que quienes lo compraron lo hicieron muy cerca de ese valor y que, tras la corrida encabezada por el JP Morgan, Deustche Bank, Goldman Sachs, HSBC, Morgan Stanley y otros en abril de 2018, que fueron los que vendieron en esa fecha los títulos argentinos a bajo precio porque prefirieron pasarse a dólares (que compraron, por ejemplo, el 25 de abril de 2018 a $ 20,20 y a los tres meses valía más de $ 40.- cada dólar), prefirieron ganar el 100% o más en tres meses que esperar con el título de deuda. Obviamente eso empujó a la baja en el precio de mercado de todos los títulos de deuda y también del valor de las acciones de las empresas argentinas.
Ante esa situación irremediable se acuerda con el FMI por lo que se logra reflotar al gobierno de Macri. El modelo y la alianza de Cambiemos siempre fue insustentable, siempre fue de corto plazo y a la espera de que los “planetas se alineen”, para generar excedentes a favor de los beneficiados de la Argentina (no más del 2% de la población) y los rentistas del exterior (que como vivimos, una parte le pagaron los buenos servicios a Macri sacando los capitales, no bien vieron o creyeron que el modelo no le garantizaba seguir extrayendo la ganancia que acumularon) y, es allí donde aparecen los actualmente principales poseedores de los 21 títulos de deuda Argentina comprando por la mitad de su valor o menos, y esperando cobrar el 100%, que son los fondos de cobertura BlacRock, Franklin Templeton, Gramercy, Fidelity, Ashmore, Pimco, etc.
El gobierno argentino hizo la primer propuesta de canje global el 19 de marzo de 2020, donde se imponía un período de gracia hasta el 2023 y los títulos nuevos tenían una tasa de interés del 0,5% anual, que no fue aceptada por la mayoría de los bonistas
En el ínterin vencieron con fecha 22 de abril 2020 los intereses de tres títulos de deuda incluidos en la oferta de canje antedicha, por 503 millones de dólares, que no se pagó, con lo que la Argentina, de hecho, entró en cesación de pagos.
Finalmente con el objetivo de obtener la reestructuración de la deuda de los títulos en jurisdicción extranjera, el gobierno argentino extiende nuevamente el plazo de las negociaciones con los acreedores hasta el 24 de julio de 2020 y, con la propuesta de canje de los títulos de deuda ante la SEC (Comisión Nacional de Valores de los EEUU) del 6 de julio, prorroga esa aceptación hasta el 4 de agosto 2020.
El problema se suscitó con el grupo Ad-Hoc que lidera BlackRock quién propuso que en el canje de la deuda de la Argentina de los títulos en jurisdicción extranjera se utilice la cláusula Indenture 2005: «Los Nuevos Bonos serán emitidos bajo la Indenture 2005 existente con modificaciones adicionales especificadas debajo», se lee en el comienzo de la página 15 de la contrapropuesta presentada por el grupo Ad Hoc a Martín Guzmán el último 8 de junio. El documento además exige que cualquier deuda posterior argentina también sea emitida bajo la «indenture 2005» hasta que se terminen de pagar estos bonos, es decir, una suerte de condena a convivir con la amenaza de que cualquier modificación debe ser aceptada por el 85% de sus poseedores hasta el año 2046 (vencimiento final de la deuda refinanciada)
Detrás de la idea de estas cláusulas se presupone que los Estados soberanos llegan a las crisis de deuda por irresponsabilidad fiscal propia y con estas cláusulas se obliga a los Estados a no defaultear, porque las probabilidades de conseguir el 85% de aprobación son bajas. En cambio, las probabilidades de ir a juicio y perder y terminar pagando todo -más punitorios- son altas. Más si estas se conjugan con cláusulas RUFO (si a un bonista le pagan más que al otro, este tiene derecho a que le abonen la diferencia) que dilatan en el tiempo la posibilidad de llegar a un acuerdo con los litigantes que no sea el mismo de los que entraron en el canje y con ventanas de tiempo amplias para litigar por el impago de capital o de intereses de 10 y 5 años respectivamente. Todo esto también forma parte de la «indenture 2005».
En otras palabras, basta con que algún bonista reúna el 15% de los bonos elegibles con el «indenture 2005» y decida rechazar la oferta de la Argentina para que la reestructuración sobre estos bonos no se realice. Y tanto el grupo Ad Hoc de fondos acreedores que encabeza BlackRock como el grupo de los Bonistas del Canje superan cada uno ese 15% actualmente, por lo que no fue aceptada por la Argentina.
LA PROPUESTA DEL 6 DE JULIO 2020
En ese marco la Argentina presenta el lunes 6 de julio 2020 ante la SEC (Comisión de Valores de los Estados Unidos) una enmienda a la oferta de reestructuración de deuda pública en moneda extranjera bajo legislación extranjera presentada el 21 de abril de 2020. Esta oferta modificada estará sujeta a partir del día lunes 6 de julio a un período de suscripción que vencerá el día 4 de agosto del corriente año.
Asimismo, del Ministerio de Economía de la Nación informan que en los próximos días enviarán al Congreso un proyecto de ley para reestructurar la deuda pública en moneda extranjera bajo ley argentina en condiciones equitativas al canje propuesto para la deuda en moneda extranjera bajo ley extranjera.
La presente oferta, así como el contenido de la propuesta de tratamiento a la porción de deuda en moneda extranjera emitida bajo legislación argentina, constituye el máximo y último esfuerzo que la Argentina puede hacer, según lo afirma el Presidente de la Nación, Alberto Fernández: “…es el máximo esfuerzo que podemos hacer” y agregó: “Es un esfuerzo enorme el que hemos hecho para cumplir con nuestra palabra, que era hacer un acuerdo que le permita a la Argentina cumplir con los acreedores y que le permita a los argentinos no postergar más a los que están postergados”.
La propuesta Argentina consiste en:
1) Aumentar la contraprestación a ser recibida por el canje de Bonos Elegibles a través de un bono denominado en dólares estadounidenses con vencimiento en 2030 (los “Bonos 1,00% 2030 en USD”) o un bono denominado en euros con vencimiento en 2030 (los “Bonos 0,5% 2030) que se entregará como contraprestación por cualquier interés devengado e impago desde e incluyendo la última fecha en que se abonaron los intereses en virtud de los Bonos Elegibles hasta el 22 de abril de 2020 exclusive.
Permitirles a los tenedores de Bonos Elegibles emitidos en virtud del Contrato de 2005 canjear dichos Bonos Elegibles por Nuevos Bonos a ser emitidos en virtud del Contrato de 2005; e incluir umbrales de participación mínima como condición para la consumación de la Invitación, cuya condición la República no puede dejar sin efecto.
2) Los títulos de deuda que se canjean por nuevos conforman 21 series distintas en moneda y jurisdicción extranjera que ascienden a un total de 66.238 millones de dólares[1] y que por ley nacional se le reconoce la prórroga de esa jurisdicción. Para estos casos se dan 12 propuestas distintas que van desde a) los Bonos con interés anual fija del 1,00% en USD 2030 (vencerán el 4 de septiembre de 2030); b) los Bonos con interés anual fija del 0,5% en Euro 2030 (Vencerán el 4 de septiembre de 2030); c) los Nuevos Bonos 2030 en USD (Vencerán el 4 de septiembre de 2030) que devengan tasas de interés variables que van del 0,5% al inicio a 1,750% al vencimiento final; d) los Nuevos Bonos 2030 en Euros: (Vencerán el 4 de septiembre de 2030) devengarán intereses del 0,125% anual a partir de la Fecha de Liquidación; e)Los Nuevos Bonos 2035 en USD: Vencerán el 4 de septiembre de 2035 devengarán intereses anual variable que va de 0,125 a 5% al final; f) los Nuevos Bonos 2035 en Euros: Vencerán el 4 de septiembre de 2035 – devengarán intereses anuales variables de 0,125% al 4,0%. g) Los Nuevos Bonos 2038 en USD: Vencerán el 4 de septiembre de 2038 – devengarán intereses anuales variables de 0,125 a 5,000%; h) Los Nuevos Bonos 2038 en Euros: Vencerán el 4 de septiembre de 2038 – devengarán intereses anuales variables del 0,1250 al 4,250%; i) Los Nuevos Bonos 2041 en USD Vencerán el 4 de septiembre de 2041 – devengarán intereses anuales variables desde 0,125% a 4,875%; j) Los Nuevos Bonos 2041 en Euros: Vencerán el 4 de septiembre de 2041 – devengarán intereses anuales variables desde la fecha de Liquidación al 4 de septiembre de 2021: 0,125% al 4 de septiembre de 2041: 4,50%; k) los Nuevos Bonos 2046 en USD: Vencerán el 4 de septiembre de 2046 – devengarán intereses anuales variables desde la fecha de Liquidación al 4 de septiembre de 2021: 0,125% y al 4 de septiembre de 2046: 5,000%. l) Los Nuevos Bonos 2046 en Euros: Vencerán el 4 de septiembre de 2046 devengarán intereses anuales desde la fecha de Liquidación al 4 de septiembre de 2021: 0,125% y al finalizar al 4 de septiembre de 2046: 4,125%.
CONCLUSIÓN
La propuesta, como lo reconoce el mismo ministro Martín Guzmán, es un esfuerzo desmesurado porque cualquiera sea la alternativa elegida por los acreedores de canje de títulos va costar pagar, y condiciona nuestro presente y nuestro futuro. Por otra parte, la Argentina pasa a ser el primer caso de un canje de deuda en plena pandemia y es vista por muchas naciones que están en una situación semejante.
El objetivo del gobierno es alcanzar las mayorías necesarias para activar las cláusulas de acción colectivas del 66% en algunos títulos y en otros del 75%, y poder avanzar en un canje generalizado ya que de conseguirse ese piso de adhesiones todos los tenedores se verían obligados a ingresar y no habría riesgos de litigios en Nueva York, de allí la considerable mejora en los intereses y en los plazos que hacen que en promedio el valor actual de los títulos sea de más del 50%, cuando en el mercado nadie los compra si no es a un menor porcentaje
El fondo Blackrock dejó trascender que se opone pese a que tiene fuerte participación en empresas Argentinas y le convendría que la economía local se recupere, pero pesa también que de aceptar la quita formal (hoy por ejemplo el BONAR 2024 devenga una tasa de interés anual en dólares del 8% y como se compra a menos del 50% de su valor nominal la tasa de interés real, si se pagará, es más del 16%), sería un ejemplo a seguir por muchos países.
El gobierno de Cambiemos se endeudó y el Congreso de la Nación, con el voto afirmativo de muchos de los que hoy son conspicuos miembros de la bancada oficial, le autorizó todos los años a tomar esa deuda.
Finalmente no es lo mismo defaultear con Paul Singer que es un pequeño usurero con claras y manifiestas influencias en los tribunales de deuda de los EEUU, que con Larry Fink, Presidente de Blackrock que reconoce que administra activos por 7 billones de dólares (más de 20 veces el PIB argentino).
La propuesta Argentina ya está presentada, ahora le toca jugar a los acreedores si la aceptan o no. De esa respuesta depende el tema de la deuda que por su magnitud y escala de vencimientos es imposible cumplir los compromisos originales.
Defaultear no le conviene a nadie, y los acreedores también lo saben
Notas:
[1] La deuda externa bruta nacional asciende al 31/12/2109 a U$S 323.065 millones y representaba a esa fecha, el 91% del PIB. Una parte, U$S 66.238 millones están en 21 títulos en moneda y jurisdicción extranjera (sobre los que el gobierno argentino les plantea un canje); otra parte es la deuda con el FMI, unos U$S 44.000 millones; otros aproximadamente U$S 30.000 millones es con organismos internacionales de crédito como el Banco Mundial, el BID, la CAF, etc.; otros 130.000 millones es deuda intra sector público (FGS de la ANSeS, BCRA, Banco de la Nación Argentina, diversos fondos fiduciarios, etc.); y los U$S 53.000 millones restantes es deuda con el sector privado en moneda nacional e incluso en moneda extranjera, pero en jurisdicción nacional (sobre los cuales el gobierno nacional enviará un proyecto de ley de restructuración para asimilarlos al canje propuesto a los títulos de jurisdicción extranjera y de acuerdo a la cláusula RUFO).
Buenos Aires, 7 de julio de 2020
*Economista especializado en temas fiscales y monetarios. Profesor de Política Económica en la Universidad de Buenos Aires. Ex Director de Políticas Macroeconómicas del Ministerio de Economía.