La deuda que no existe – Por José Muchnik

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La deuda que no existe – Por José Muchnik

Foto: Shutterstock

Manifestación contra el Fondo Monetario Internacional en Buenos Aires en 2018. Foto: Shutterstock

El poeta y antropólogo José Muchnik afirma en esta nota que la deuda con el FMI debe nombrarse como lo que realmente es, una Operación Financiera Ilegal. Muchnik plantea que además del plano económico, existe una batalla en el campo del lenguaje en donde nominar es dominar.

Por José Muchnik*

(para La Tecl@ Eñe)

Se firmó un acuerdo con el FMI, la criatura nació muerta, todos sabían / saben que es imposible reembolsar los montos fijados en los plazos estipulados, que luego del plazo de gracia hasta el año 2025, vendrá el plazo de desgracia con miles de millones de dólares a reembolsar anualmente. La guerra de Ucrania echó una palada de tierra suplementaria al entierro, difícil que las expectativas previstas se cumplan, que el crecimiento del PBI sea el esperado, que la tasa de inflación sea controlada, que el déficit fiscal tienda a cero, que venga el mesías y nos salve del precipicio mientras seguimos brindando “obediencia debida” a reglas de juego con dados cargados.

Yo como ustedes me pregunto ¿Qué hace un poeta en un dominio reservado a especialistas de las finanzas? Aunque muy pocos tomarán en serio mis planteos. Si digo: “La deuda con el FMI no existe”, ¿quién puede tomarlo en serio? Sin embargo insisto: el error fundamental de las negociaciones no está en las quitas, tasas de interés, plazos de rembolso, controles humillantes que el FMI se atribuye… El error inicial de ese acuerdo malparido fue aceptar nombrar deuda algo que no lo es. ¿Hace falta explicar que para que seres y cosas existan hay que nombrarlos? ¿Hace falta una exégesis teológica de la primera encíclica del evangelio de Juan, “En el principio era el verbo”? ¿Hace falta insistir que si el “acuerdo stand by” con el FMI del año 2018 fue realizado al margen de la ley, no hay deuda constituida? (monto del acuerdo: 57 mil millones de dólares, recibidos: 44,5 mil millones de dólares, fugados: la totalidad de lo recibido) ¿Se entiende que no se puede llamar deuda a “algo” generado por un acto ilegal? Cuando en las negociaciones llaman “deuda” a ese “algo” se renuncia a principios jurídicos elementales, inclinan el rey antes de iniciar la partida, poco importa si juegan con blancas o negras, el que mal nombra mal acaba.

¿Cómo nombrar ese algo? Ya se firmó el acuerdo, pese a nacer muerto goza de buena salud, provocó reacciones en cadena, catalizó debates en la alianza gubernamental. Aún las posiciones más firmes en la negociación parten paradojalmente de un postulado: no habrá desconocimiento de la deuda con el FMI. Si estas líneas ayudasen a cuestionar el nombre de ese “algo”, a concluir que no se trata de una deuda, a nombrarla de otra manera, contribuirían tal vez a justificar su no reconocimiento ¿Cómo reconocer algo que no existe?

Nombrar y existir.

El acto de nombrar seres y cosas está íntimamente asociado a su existencia. Nombrar a las personas ha constituido desde épocas inmemoriales, mucho antes de la escritura, la manera de conferirles identidad. Técnicas para hacer fuego y nombres propios constituyen invenciones fundamentales para el desarrollo de las culturas humanas. Guilgamesh, Nefertiti, Agamenón, David, Lao Tseu, Moctezuma, Atahualpa, Namuncurá… Nombrar, acto existencial necesario para conferir existencia, identidad, construir memorias, individuales y colectivas. Lo contrario también es cierto, borrar nombres, reemplazarlos por un número, es un primer paso para borrar / aniquilar existencias. Así sucedió en los campos de concentración nazis, así sucedió en los centros de detención clandestinos de la dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983). Cambiar nombres para significar cambios de existencia también fue / es, una práctica corriente. Así fue hecho con los esclavos negros en América, no más nombres pronunciados en lingalá, yoruba, kikongo… de ahora en adelante te llamarás John Taylor, Joao do Nascimento, Cristóbal Aguirre. Los colonos ingleses en Australia, no sólo arrancaban los niños a sus familias de origen sino que les cambiaban el nombre para “civilizarlos”. Sin ir muy lejos, Eric Zemmour, candidato nacionalista a las elecciones francesas del diez de abril de este año, incluyó en su programa de gobierno la obligación para los inmigrantes de afrancesar el nombre.

Los vientos también existen, por eso los nombramos, Sirocco, L’Harmattan, Bora, Tramontana, Mistral, Pampero, Zonda… Sonoridades asociadas a características y magia de los vientos. Desde épocas inmemoriales se han nombrado tormentas, ríos… estrellas, constelaciones… montañas, volcanes… No podemos separar el nombrar del existir, tampoco podemos separar las formas de nombrar de las formas de existencia. Por eso el solo hecho de nombrar “deuda” a la criatura engendrada por un acto ilegal le da existencia. Tampoco sirve adjetivarla de manera más o menos peyorativa, el calificativo “deuda odiosa”[i] puede ser pertinente en ciertos casos, no para designar el resultado del acuerdo Stand by con el FMI del año 2018, pues no se trata de una deuda.

Foto de archivo

OFI (Operación Financiera Ilegal)

Para el FMI el acuerdo stand by con la República Argentina del año 2018, fue el más importante de su historia, especialistas con mucho más autoridad que este aprendiz de poeta lo han calificado jurídicamente de “Ultra vires act”, denominación en latín, en uso actualmente en el derecho anglo sajón, utilizada para designar un acto que va “más allá de los poderes” (ultra vires) que le son atribuidos a una institución, privada o pública. Se la opone así a los actos legales “intra vires”, dentro del marco de los poderes conferidos. El FMI mismo reconoció que ese préstamo no respetó los procedimientos internos de la institución, que se otorgó por presiones del ex presidente de los USA, Donald Trump, a la ex directora del FMI Christine Lagarde. No es un secreto para nadie que dichas presiones tenían como objetivo favorecer la reelección de Mauricio Macri a la presidencia de la República Argentina. Un estudio reciente “The IMF’s 2018 Stand-By Arrangement with Argentina: An Ultra Vires Act?”, realizado por Karina Patricio Ferreira Lima y Chris Marsh…[ii], especialistas en la materia, sostiene que el acuerdo stand by de 2018 violó los propósitos fundamentales del FMI según su convenio constitutivo, lo que constituiría un “ultra vires act” y por lo tanto debe considerarse como nulo.

Desde el punto de vista de la legislación argentina, el reconocido constitucionalista Eduardo Barcesat explicitó que “según la Constitución Nacional, los incisos 4 y 7 del artículo 75 establecen que corresponde al Congreso contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación, y el arreglo de la deuda pública externa e interna». «Por tratarse de un tratado internacional, el que se celebró con el FMI, hay que prestarle atención al inciso 22 del art, 75 que dice que le corresponde a ambas cámaras aprobar o desechar los tratados con estados extranjeros, organismos internacionales y la Santa Sede, con el voto de ambas Cámaras del Congreso de la Nación». “En ningún momento el tratado fue presentado al Congreso, no se cumplió nada. En consecuencia el endeudamiento promovido por Macri es un acto nulo de nulidad absoluta, No se pueden renovar acuerdos con el FMI porque lo actuado es todo nulo»[iii]

Si la deuda no existe pues el acuerdo stand by del año 2018 fue realizado al margen de la ley, concluimos que el acuerdo de renegociación firmado recientemente con el FMI también es nulo. Las nulidades se encadenan, esta obra no comienza ahora, tiene una larga historia en numerosos actos, estudiar esa historia permitiría aprender de aquellos gobernantes que han sabido pararse con firmeza para defender los intereses nacionales. ¿Cuál será el próximo acto? En algún momento habrá que decir que según los principios jurídicos no estamos frente a una deuda válidamente contraída sino frente a una OFI (Operación Financiera Ilegal). Denominación más inteligible y pronunciable que “Ultra vires act”, aunque en realidad las dos apuntan al mismo objetivo, separar lo que está dentro y fuera de la ley.

La denominación Operación Financiera Ilegal, puede abarcar un espectro  relativamente amplio de estafas disimuladas, evasión de impuestos, creación de “paraísos fiscales”, especulación en juegos bursátiles… Nos invita a analizar en detalle; a) la estructura de la operación: instituciones, organismos, personas, prestanombres, tráfico de influencias… b) los circuitos financieros, en este caso la trazabilidad de los cuarenta y cuatro mil millones de dólares desembolsados. Decir “se fugaron” no ayuda a eliminar la opacidad de estas operaciones. Deben hacerse públicos los canales por los cuales ese dinero transitó hasta llegar a sus refugios en el extranjero: bancos, montos, personas responsables, justificativos legales… Deben difundirse ampliamente los resultados de esta investigación, “estos son los responsables de la fuga” que sean conocidos. En el caso de la OFI con el FMI de 2018, debemos no sólo declarar que la deuda es nula sino exigir al FMI y a las redes bancarias, que ayuden a construir la trazabilidad de esos cuarenta y cuatro mil millones de dólares, los responsables y las guaridas financieras utilizadas para poner al abrigo esos fondos en el extranjero; c) la ilegalidad: en el caso del acuerdo stand by del año 2018 ya hemos mostrado que fue absolutamente ilegal, desde el punto de vista que quieran mirarlo. En otros casos, como el de las sociedades off-shore en los paraísos fiscales, no es sencillo demostrar la ilegalidad, en realidad se trata de “estafas legales”, pues las grandes fortunas y sociedades han sabido construir una trama jurídica para protegerse. ¿Construir una legislación financiera socialmente justa? No es una utopía, es una necesidad.

La obra continúa, faltan muchos actos, el acuerdo firmado con el FMI este año acaba de despegar y ya atraviesa fuerte pozos de aire, no tardará mucho en caerse, seamos previsores, anticipemos la caída. No se trata de gritar, ni de patear tableros, ni de ofender a nadie. Amabilidad no quita firmeza, pararnos firmes, no permitir humillación ni puesta bajo tutela de nuestra economía. Podemos hacerlo, podemos defendernos con calma, no estamos solos, podemos ser un ejemplo para el mundo. Pero recordemos que antes de los números, antes de la economía, están los principios, está la ética y está el lenguaje con el cual defendemos nuestros principios.

La batalla del lenguaje

No creo que podamos ganar la “batalla de la deuda” si combatimos con las mismas armas de los acreedores, es decir, si nos limitamos a contestarla dentro de una lógica y un lenguaje exclusivamente económicos, eso nos llevaría a un callejón sin salida pues se trata de relaciones de poder y son ellos los que manejan el lenguaje y las claves del sistema económico”. Así lo decía en una nota publicada en el mes de junio del año 2021 en esta revista (https://lateclaenerevista.com/la-deuda-triple-i-injusta-ilegitima-impagable-por-jose-muchnik/)

Quien nomina domina dice el proverbio popular, se nomina desde una ideología, una visión del mundo, una postura política. No es evidente que nuestros representantes planteen en la tabla de negociaciones con el FMI “esto no es una deuda es una OFI”, que expliciten en qué consistió esa operación, porqué fue ilegal. Salir del lenguaje deshidratado de los acuerdos es fundamental para saber si “nuestros negociadores” sólo existen como tecnócratas o también existen como hombres y mujeres de carne hueso que luchan por otro país socialmente justo. Inyecten sangre al lenguaje, abran fórmulas e índices insensibles, abran el denominado “déficit fiscal”, muestren un punto de reducción del déficit, muéstrenlo en miles de hambrientos, en hospitales desamparados, escuelas a la agonía, bibliotecas cerradas, abran el “producto bruto interno”, muestren los que producen de verdad, los que nos dan de vivir y de comer, los agricultores familiares con manos duras y estrellas tempranas, los mineros con noches largas y pulmones raídos, los obreros de la industria, sus colectivos de madrugada, sus casas, sus cocinas, sus sueldos traducidos en pucheros posibles. Muestren los trabajadores de la cultura, ellos también producen, muestren los raquíticos subsidios al cine, al teatro, a escritores actores músicos… Abran la “estabilidad financiera”, las “metas acordadas”, muestren lo que esconden esas fórmulas disecadas. Muestren la estabilidad de una enfermera cayéndose de sueño y angustia ante tanta impotencia. Muestren en la mesa de negociaciones esos sueldos de miseria que alimentan la  “estabilidad financiera” de los acuerdos logrados.

Muestren vida y sangre que fórmulas e índices opacan. Vengan todos los participantes de la obra, todos los “artistas verdaderos”

“Doña María / una vida en la feria / una vida en su puesto / alentando sonrisas / entre gallinas colgadas / esperando muerte más digna / Venga Doña María / no necesita cambiarse / izaremos al mástil / delantales de sangre seca / no faltarán quienes canten / himnos al puchero

Don Eusebio / una vida en el andamio / recordando cuando niño / soñaba encofrar el cielo / Venga Don Eusebio / sin mirar hacia abajo / la tierra sigue girando / librada a su propia suerte / Deje cemento en su rostro / servirá para ilustrar / la quebrada geografía del planeta

Negra Tomasa / Una vida Sí Señora / Por supuesto Sí Señora / camisas impecables / pisos relucientes / y tanta ternura / por niños casi ajenos / No olvide el vestidito rosa / sus mejores coloretes / y la humildad ya raída / por tanta inclemencia / Desfilará el personal / con permiso de salida

Cachito (mechón y ojos vivaces / acaba de entrar / por el fondo del escenario / Se luuustra! / Se luuustra!…) / Venga si gusta / (lección apta para menores) / deje el cajón con las pomadas / en este barrio a los zapatos / les gusta la tristeza

Vengan / Vengan todos / También Ustedes por supuesto / (lección apta para pudientes) / La Duquesa con su gesto / El Gerente con su firma / El Heredero nuevo con el ocio prometido

Vengan todos / el perro con su calle / el mendigo con su esquina / la prostituta joven con su puerta ajada

Pido sólo desnudarse / antes de entrar a clase / la lección es tan clara / que no soporta apariencias

Ahora / en el centro del pizarrón / abran una ventana / pues tendremos que mirar / a través de los teoremas”

(“Participantes” en “Proposición poética para anular la deuda exterior”, José Muchnik, 2021, ed. CICCUS, Buenos Aires)

A manera de epílogo:

OFI (Operación Financiera Ilegal). A posteriori, escuchando con atención, resuena ofidio, del griego óφις (ofis) serpiente. Acabar con las OFI y el veneno que destilan ¿Demasiado como utopía?


Referencias:

[i]El concepto de “deuda odiosa”, sostiene que, desde un punto de vista jurídico, una deuda puede ser desconocida cuando fue utilizada para perjudicar / oprimir al pueblo que la contrajo. Cuando Cuba se libera de España hacia fines del siglo XIX, los Estados Unidos sostienen que no deben honorar su  deuda con la corona española, calificándola de “deuda odiosa”, pues había servido para oprimirlos. Eric Toussaint, director del CADTM (Centro por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo), retoma ampliamente este concepto.

[ii] Social Science Research Network (SSRN), Enero 2022. Disponible en  https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=4008220

[iii] Consultar https://www.conclusion.com.ar/politica/economia/no-se-pueden-renovar-acuerdos-con-el-fmi-porque-lo-actuado-por-macri-es-todo-nulo/01/2022/

París, Francia, 4 de mayo de 2022.

*Poeta y antropólogo.

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