En esta nota Julián Axat se despide de Hebe de Bonafini recordando la anécdota de un encuentro con los curas de “Opción por los pobres” en tiempos del macrismo, y el regalo de un libro de ciencia ficción que contiene una parábola sobre el destino.
Por Julián Axat*
(para La Tecl@ Eñe)
Hace cuatro años invité a Hebe a comer un asado en mi casa. Recuerdo que era viernes a la noche, y mi idea era que ella conozca a alguno de los curas de “Opción por los pobres”, que por entonces plantaron bandera de la resistencia contra el macrismo imperante.
Allí estaban Francisco “Paco” Olveira, Ignacio “Nacho” Blanco, el padre “Félix” Gibbs y tantos otros. También algunos poetas cercanos (a Hebe siempre le gustó estar rodeada de poetas, decía que eran su guardia pretoriana favorita) y compañeres de HIJOS.
Recuerdo que entró a la casa con un libro bajo el brazo, “es para vos”, me dijo. La llama inmortal, de H.G. Wells, editado en papel biblia por Claridad en 1922. “De la biblioteca de mi hijo Raúl, quiero que lo tengas Julián”, y sonrió con picardía.
Hebe no regalaba cosas así al azar, todo gesto lleva guardado un mensaje cifrado que ella de algún modo te dejaba picando. Me descolocó.
El encuentro fue inolvidable, no solo porque el en transcurrir de la velada, ocupando la cabecera de la mesa y acaparando la atención todo el tiempo hablaba desde el lugar de Hebe de entrecasa (la más divertida), sino porque todos los comensales pudieron escuchar extasiados las historias de las Madres y su increíble y trágica peripecia entre las Diócesis de La Plata y Quilmes, en tiempos de la dictadura.
En la velada repitió esa idea de que “la justicia” como valor supremo no existe, o es una mera entelequia. Lo que existe, en todo caso, es “la injustica”, algo comprobable en el desarrollo concreto histórico sobre los cuerpos y las almas de los oprimidos. Las Madres pueden dar fé, más que nadie, de esa comprobación.
A partir de esa noche aquellos curas no se separaron ni un minuto de su lado, algo que –más tarde– se intensificó reconciliándose con Francisco (nunca con Bergoglio) a quien terminó visitando en el Vaticano, y con quien solía hablar por teléfono los domingos o le dedicaba alguna epístola personal.
Pero en el fondo Hebe jamás dejó de ser una ácrata irreverente, la Madre más punk de la argentina seguía considerando el problema del “opio de los pueblos” como algo serio; sin embargo podía distinguir con suma claridad la complicidad eclesiástica con el golpe, de la llamada teología de la liberación y la Iglesia tercermundista. En esa incondicionalidad, no casualmente fueron “Paco” y “Nacho” los que la acompañaron y rezaron a su lado hasta los últimos minutos de su vida (si ella recuperó algo de la fé, fue solo por ellos). Dos curas comprometidos con todas las causas populares, que militan el evangelio de los humildes, y que vieron en Hebe a la Madre del pueblo sufriente. Fueron testigos del momento en el que el profundo azul de sus ojos se apagó para siempre.
Hace dos días leo y releo el libro con el que Hebe me sorprendió aquella noche. ¡Un libro de ciencia ficción!, del mismo autor que La máquina del tiempo y La guerra de los mundos. Un libro que habla de seres que no envejecen y están más allá del tiempo y el espacio, como en un sueño. De la vida más allá de la muerte. Del fuego eterno de quienes tienen la capacidad de trascender las circunstancias frente al dolor y la pérdida. De la memoria como el cosmos estrellado por el que Hebe viaja como un rayo para iluminarnos y continuar su lucha.
La Plata, 22 de noviembre de 2022.
*Abogado, escritor, ex defensor penal juvenil.
7 Comments
Uf. Excelente, se me erizaron los pelos al final. Para mí la indirecta del libro va por Raúl y los 30.000 , aunque ahora se aplica también a Hebe. El título es ella misma en persona.
Muchas gracias! Hoy, este hermoso relato, me llega al alma, y me ayuda en momentos tan difíciles que nos van envolviendo en la amargura y la tristeza. La puedo imaginar, con su sentido del humor, generando espacios de alegría y dignidad, cómo fue la Universidad de las Madres.
Muy bello recuerdo que resume el vínculo entre ambos. Maravilloso!!
Recuerdo la casa de las peñas de madres e HiJOS en La Plata cuando se estaba armando todo. Eramos pocos. Siempre sabías que ella iba a estar delante o detrás pero siempre protegiendo a los jovenes que querían comprometerse politicamente. En esa época ella era más de izquierda, luego encontró otro espacio donde se sintió representada. Siempre dispuesta a charlar. Te vamos a extrañar Hebe!!!
No tuve el honor de conocer personalmente a Hebe, tampoco de conocerte personalmente. Si sé de sus luchas, del compromiso con la vida y la Patria. El día que falleció Hebe, pensé en las personas que transformaron el dolor en amor, en poesía escrita y en poesía hecha acción. Abrazo.
Que hermoso Julian, gracias!!!!
La Llama inmortal H G Wells ¿Como se titula en Inglés? Saludos