Xi Jinping, actual presidente de la República Popular China, no asistió a la Decimoséptima Cumbre BRICS en Rio de Janeiro y Argentina no fue como parte del foro, ya que no lo es; tampoco lo hizo como invitada. Rafael Bielsa sostiene que mientras Argentina se hunde en la australidad sin siquiera discutirlo localmente, el gobierno persiste en una escalada simbólica y digital que exhibe el hostigamiento como sistema. Algunas lecciones nunca se aprenden, pero siempre se pagan.
Por Rafael Bielsa*
(para La Tecl@ Eñe)
Xi Jinping, actual presidente de la República Popular China, secretario general del Partido Comunista y presidente de la Comisión Militar Central, no asistió a la Decimoséptima Cumbre BRICS en Rio de Janeiro. Argentina no fue como parte del foro, ya que no lo es; tampoco lo hizo como invitada.
El gobierno argentino expresó que el BRICS es un “club de dictaduras opuestas a los valores liberales”, por lo que eligió no formar parte de la peña. Se supone que el alineamiento con Estados Unidos y con Israel le trae frutos, que Argentina ya conocerá a su debido tiempo. Haber dicho que Lula es “un corrupto comunista”, no inspira la hospitalidad de la Ciudad Maravillosa, que sí recibió a Chile.
Tal vez, Xi Jinping no haya ido a Rio de Janeiro por las mismas razones por las que Hugo Chávez expresó, a modo de proverbio, durante la II° Cumbre Unión Europea–América Latina en Madrid: “Vamos de cumbre en cumbre, mientras nuestros pueblos van de abismo en abismo.” Mandó al Primer Ministro del Consejo de Estado de la República Popular China, Li Qiang, quien asistió personalmente. Le habrá dicho “Échale la culpa a Rio”, en mandarín, el idioma oficial de China.
También es posible que Xi (el apellido en su onomástica oficial) no haya viajado a Brasil porque estuvo presente en Rio el 18 y 19 de noviembre de 2024, en la última cumbre del G20 en Brasil, donde disertó sobre cómo “Construir de la Mano un Sistema de Gobernanza Global Justo y Razonable”, y los funcionarios chinos no suelen hacer visitas seguidas al mismo país. Adicionalmente, los días 12 y 13 de mayo de 2025, en Beijing se desarrolló la IV Reunión Ministerial del Foro China–CELAC, en la que Xi y Lula da Silva participaron.
En esa reunión se trataron: “Transición energética y energías renovables”, “Integración comercial y conectividad”, “Reforma del orden internacional”, “Cooperación en ciencia, tecnología e innovación”, y “Reducción de la pobreza y desarrollo sostenible”. Tal vez por la superficialidad de la temática, la participación argentina sólo fue simbólica.
Alguna prensa brasileña asignó a la esposa del presidente Lula -Rosângela da Silva, Janja- la “culpa” de la inasistencia de Xi. Otro periodismo, dijo que Brasil aún no reafirmó su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el megaproyecto global de infraestructura liderado por China. Así y todo, el lunes 7 de junio, en Brasilia, la empresa estatal Infra SA -que depende del Ministerio de Transporte local-, y el Instituto de Planificación e Investigación Ferroviaria de China, firmaron el acuerdo para la conexión ferroviaria entre el Atlántico y el Pacífico.
Esto permite iniciar los estudios indispensables para construir un corredor ferroviario bioceánico de aproximadamente 3.000 km, para conectar el litoral atlántico brasileño (estado de Bahía) con el mega puerto de Chancay, en la costa del Pacífico peruano. Este proyecto, desde 2014 muy discutido, se reactivó tras la inauguración del puerto de Chancay, operado por la empresa china Cosco Shipping Ports. El emprendimiento busca reducir el tiempo de transporte de mercancías entre Sudamérica y Asia, fortalecer la infraestructura logística regional, y, cómo no, consolidar la influencia económica de China en América del Sur.
Acaso por eso, pero sólo “acaso”, Trump dijo que cualquier país que se alineara con “las políticas antiamericanas de los BRICS”, debería pagar un arancel adicional del 10 %, sin excepciones. Es sabido que el gobierno norteamericano considera que el bloque busca socavar los intereses de Estados Unidos y reemplazar al dólar como moneda global. Eventualmente, el nuevo arancel se aplicaría a partir del 1° de agosto de 2025, como parte de una estrategia de “máxima presión” para renegociar acuerdos comerciales.
Hay un refrán popular, “por la plata baila el mono”, que significa que muchas personas están dispuestas a hacer cualquier cosa a cambio de dinero. Se sostiene que proviene de la cultura popular de República Dominicana, Venezuela y Centroamérica. Está tomado de la imagen de los viejos organilleros andantes, que llevaban un mono amaestrado bailando al ritmo de la música, para luego pasar un jarrito donde recolectaban monedas del público; el macaco no bailaba por gusto, sino por la recompensa. Se diría que Estados Unidos expulsa inmigrantes, pero retiene sus consignas más convenientes.
Mientras Argentina se hunde en la australidad sin siquiera discutirlo localmente, el gobierno aborigen atraviesa un período de alfabetización prolongado. Lo cursa a expensas del periodismo, al que castiga con denuncias judiciales, guarangadas y campañas de difamación, una escalada simbólica y digital que exhibe el hostigamiento como sistema. Más australes con menos soberanía: un trastorno que, a diferencia de la deuda externa, todavía no tiene monto, pero que como la deuda habremos de pagar.
A la ausencia de Xi Jinping, hay que añadir que el Servicio Secreto del Reino Unido (el MI6) falsificó datos acerca del programa nuclear de Irán, para evitar que los Estados Unidos dejara de intervenir en la luego llamada “guerra de los 12 días” (lo señaló Steve Bannon); que Trump busca la renuncia “inmediata” de Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, designado como tal en su primer mandato (1918) (lo dijo Donald Trump); y que hay conversaciones entre Argentina y el Reino Unido para obtener acuerdos prácticos y estratégicos que podrían tener implicancias geopolíticas importantes respecto de las Islas Malvinas (lo dijeron los periodistas de The Economist) .
Confrontación ideológica de espaldas y en chancletas; alianza con Estados Unidos e Israel en terreno visitante; negociaciones sigilosas con los padres de la perfidia. No son dados lanzados desde un cubilete sobre la mesa de craps. Si los datos no son información, y la información no es conocimiento, entonces es una crueldad del sentido del humor que tiene nuestro destino: ubicarnos donde no debemos estar, justo cuando no deberíamos estar. Algunas lecciones nunca se aprenden, pero siempre se pagan.
9 de julio de 2025.
*Abogado y escritor.