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Audacia política para la vida que queremos – Por Mariano Pacheco

Foto: Leandro Teysseire.

Foto: Leandro Teysseire.

El escritor, militante e investigador popular analiza en esta nota los números de la elección de este domingo en la Provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país y “madre de todas las batallas”, y destaca el rol que jugaron las militancias a la hora de repuntar el tendal de votos para el Frente de Todos.

Por Mariano Pacheco*

(para La Tecl@ Eñe)

El domingo por la noche –lunes en la madrugada, en rigor de verdad– me acosté viendo como toda la dirigencia del Frente de Todos festejaba. Horas después, al levantarme, pude ver los números con los resultados de la contienda electoral, y detecté rápidamente que los resultados no son tan auspiciosos para la coalición gobernante.

Sí, claro, lejos de profundizarse la tendencia de septiembre hacia el desastre, se logró revertir un poco la situación, hasta casi llegar a un empate con Juntos. Aunque diría que conviene presentar atención al hecho de que la ultraderecha creciera tanto o más que la izquierda trotskista, ya que muy poco de ese 15% que suman ambas fracciones en total podría ir a parar como caudal de votos para el Frente de Todos en 2023.

En concreto, y para analizar la “madre de todas las batallas” (la Provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país), en los comicios de este 14 de septiembre el Frente de Todos estuvo, en relación a las elecciones primerias de septiembre:

*5 puntos arriba en la 1ª, la 2ª y la 3ª Sección Electoral.

*3 puntos arriba en la 4ª.

*3 puntos y medio arriba en la 5ª y la 6ª.

*5 puntos arriba en la 7ª.

*Menos de 2 puntos arriba en la 8ª.

Sólo salió triunfante en la Tercera Sección Electoral.

En el total de los números de la Provincia de Buenos Aires el oficialismo logró remontar casi 5 puntos. Así y todo, quedó punto y pico debajo de los amarillos. Este casi “empate técnico” contrasta con los 13 puntos del 52% de los votos obtenidos en 2019. Claro, pandemia de por medio y ya lejos los desastres del macrismo, la comparación no resulta del todo fructífera para analizar la actualidad, pero no deja de ser un parámetro de los desafíos para los próximos dos años: es ese 13 % de votantes del Frente de Todos el que el oficialismo debería intentar recuperar para revalidar en 2023 el mandato para el que fue votado en 2019

Se podrá argumentar que siempre, en elecciones de medio término, los resultados son menos auspiciosos que en una elección general nacional. Pero el casi 50% de pobres existe, y bajo un gobierno elegido dos años atrás con un mandato popular muy claro. La economía comienza a repuntar. Y anoche el presidente Alberto Fernández dijo que “comienza la segunda etapa de gobierno”. Las medidas para paliar la crítica situación económica y social se tornan fundamentales para la vida que queremos (podríamos decir, apelando al slogan de campaña): una patria con justicia social, con protagonismo popular y que defienda la soberanía nacional.

Contra el tremendismo desmoralizador que a veces se respira en algunos ambientes y que promueven a diario los medios hegemónicos de comunicación (quienes de manera poco original ya vaticinaban el principio del fin del gobierno a partir de hoy), el Frente de Todos mostró que tiene un profundo arraigo entre los sectores populares y que cuenta con una militancia aguerrida. Moreno, Quilmes y San Martín fueron distritos (el primero y el segundo gobernados por las dirigentes del Movimiento Evita y de La Cámpora, respectivamente; el tercero con fuerte presencia del hasta ahora diputado nacional del Evita, Leonardo Grosso, quien encabezó la lista de candidatos a concejales) donde la presencia de la militancia se hizo sentir, y esa presencia se tradujo con claridad al porcentaje de votos. Porque fue, en esos y muchos otros lugares, donde la militancia salió barrio por barrio, casa por casa, a disputar en cada esquina los sentidos en torno al tipo de Argentina que cada lista pregonaba.

Debería ser una llamada de atención para las y los funcionarios del oficialismo que durante la campaña sostuvieron asiduamente que era la hora de escuchar. Qué mejor que empezar por casa. Es con más protagonismo de los nadies, decimos, con más peronismo desde abajo que se podrá salir adelante, en medio de una situación histórica por demás difícil.

Los resultados de anoche no fueron los mejores, pero contra los pronósticos hegemónicos, tampoco fueron los peores. El riesgo es conformarse. Hemos logrado como pueblo salir de otras situaciones incluso más adversas que las actuales. Pero siempre se salió con audacia. Quizás haya llegado la hora de arrojar una pisca importante de audacia a la salsa en la que se cocinan los desafíos de la escena contemporánea. Sería importante para todos, para todas, porque lo que está en juego es ni más ni menos que nuestra dignidad como pueblo.

Quilmes, 15 de noviembre de 2021

*Director del Instituto Generosa Frattasi (UTEP). Miembro de la Usina del Pensamiento Nacional y Popular.

2 Comments

  1. Sebastián dice:

    En estos dos años que vendran, la dirigencia política tiene que redoblar esfuerzo para asegurar el bienestar. Desde la militancia pondremos todo lo que hay que poner para acercar y vincular el estado de forma más directa con el barrio. Que el número no nos saque de foco, nuestras convicciones de querer mejorar la realidad día a día.

  2. Chiche dice:

    Más allá de los números, hay que prestar atención al régimen electoral de la provincia de BsAs,
    En estás legislativas, eligieron senadores provinciales en 4 secciones electorales, la 1°,
    (conurbano) y la 4,5 y 7 (interior). Estas últimas, con menos de la mitad de los votos, eligen casi el doble de senadores. 15contra 8 de la Primera Sección. Un régimen oligarquico.
    Saludos