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Fútbol y política – Por Martín Kohan

El fútbol moldea toda una manera de hablar y, por ende, toda una manera de pensar, que puede que influya preferentemente en aquellos que no se interesan en profundidad por el juego. Cabe acaso preguntarse entonces qué es lo que puede estar indicando todo esto, más allá del fútbol y sus vicisitudes.

Por Martín Kohan*

(para La Tecl@ Eñe)

           

Hasta hace un tiempo, hasta hace poco, cuando en un partido de fútbol la pelota se iba por la línea de fondo de manera dudosa (¿en quién pegó?, ¿quién la tocó?), surgía al instante una misma disputa bajo la forma automática de los gestos convencionales (brazos levantados, dedos apuntando acá o allá): el equipo atacante pedía córner, el equipo defensor pedía saque de arco. El córner significaba la prolongación de la situación de ataque. El saque de arco, la conclusión de la situación de ataque, pasar a contar con la posesión del balón.

Ahora bien, esa clase de situación está cambiando en el juego de manera por demás acelerada. Se ha ido dejando progresivamente de lado la opción de ejecutar los córners lanzando un centro al área contraria, en procura directa del gol, para preferir en su lugar una cautelosa salida hacia atrás; a veces hasta la mitad de cancha o incluso al propio campo, si es que no hasta el propio arquero. A cambio, los saques de arco, meras salidas desde la propia área, han pasado a jugarse con sucesivos pases cortos, todos ellos muy cerca del arco, a veces incluso a centímetros de la línea de gol, hasta el límite de la angustia autoinfligida.

Estamos llegando a un punto inaudito: los saques de arco, jugados por el propio equipo, empiezan a resultar más peligrosos, más temibles, más de zozobra que los córners ejecutados en favor del equipo contrario. En los córners la pelota se aleja, cada vez más inofensiva, por más que la tengan los rivales. En los saques de arco, en cambio, la pelota va y viene riesgosamente cerca, desesperantemente cerca, en una clara inminencia de gol, aunque la tengan los propios, pues se la pasan unos a otros sin alejarla. Llegará el día en que, ante la duda, se reclamará un saque de arco en vez de un córner (el bando atacante) o un córner en vez de un saque de arco (el bando defensor), en una inversión total de las cosas.

El fútbol moldea toda una manera de hablar (de allí provienen, por ejemplo, “tirar un centro”, “el diario del lunes”, “quedar en off side”, “pedir la hora”, etc.) y, por ende, toda una manera de pensar. Que puede que influya preferentemente en aquellos que no se interesan en profundidad por el juego, ya que en ese caso la recepción de la influencia es más pasiva. Cabe acaso preguntarse entonces qué es lo que puede estar indicando todo esto, más allá del fútbol y sus vicisitudes: que el motivo de preocupación mayor provenga de aquello que hacen los propios, más que de aquello que puedan hacer los contrarios.

 

Buenos Aires, 7 de noviembre de 2020.

*Escritor.  Licenciado y doctor en Letras por la Universidad Nacional de Buenos Aires.

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