Cambiemos convirtió el país en un casino donde se conjugan tres verbos: ajustar, endeudar y mentir. Hugo Presman califica la gestión del gobierno, próximo a cumplir tres años, con un cero.
Por Hugo Presman*
(para La Tecl@ Eñe)
Prometer hambre cero les parecía poco, entonces prometieron cero de pobreza, objetivo inalcanzable aún en los países con mejor distribución de ingresos. Venían a conformar la nueva política. Hoy, después de tres años, su relato es muy modesto: cero emisión monetaria, cero déficit fiscal. Conjugan sólo dos verbos: ajustar y endeudar. Y un tercero que forma parte de su ADN: mentir. Tienen un lenguaje precario y una cultura general que habla muy mal de la educación privada. Una ironía conocida es que la educación pública dio cinco premios Nobel y la privada a Mauricio Macri. El mejor ministro de educación de los últimos cincuenta años, Esteban Bullrich, nos ilustró a los argentinos y a los europeos, al visitar la casa-museo de Ana Frank en Ámsterdam, afirmando que: “Ella tenía sueños, sabía lo que quería, escribía sobre lo que quería y esos sueños quedaron truncos, en gran parte por una dirigencia que no fue capaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la intolerancia”. Todo hecho o acontecimiento histórico debe quedar incluido en el discurso de auto ayuda de Jaime Durán Barba y Alejandro Rozichner: equipo, optimismo, buena onda, mirar el futuro, diálogo, dejar atrás el pasado, saber escuchar, la unión de los argentinos, decir la verdad. Equipo viene acompañado generalmente del mejor de los últimos cincuenta años, aunque se sacó un cero en la evaluación de los casi tres años de gestión. El optimismo es el que les llevó a prometer “brotes verdes” cada cuatrimestre o semestre, pero como el horizonte, siempre se aleja y nunca llega. Las “lluvias de inversiones” nunca pasaron de una tenue garúa. La “buena onda” pasa por simular que se dialoga para luego seguir sin el mínimo cambio; eso sí, con un buen lunch y cordiales modos. “Dejar atrás el pasado” es echarle la culpa de todo al peronismo e incluso a sus aliados radicales; éstos, anestesiados, ni siquiera tienen la menor reacción de protesta, mientras escuchan la falacia de “venimos a dejar atrás los desastres de los últimos setenta años”. La “unión de los argentinos” se pulveriza en el estímulo a la polarización y excluye a los kirchneristas “que se robaron todo” y a los peronistas, salvo los que integran sus filas o eventualmente los que puedan incorporarse, porque los demás son “todos chorros”. El envase de todas las mentiras es la afirmación “nosotros hablamos con la verdad”. La serie es interminable: “no devaluaremos, no ajustaremos, los trabajadores no pagarán ganancias, no recurriremos al FMI, no hay que preocuparse por el endeudamiento porque es bajo con relación al PBI; incrementaremos el presupuesto en educación y en ciencia y mantendremos todos los programas; construiremos tres mil jardines de infantes; se mantendrá el Fútbol para Todos; el dólar no será problema en nuestro gobierno; y “combatir la inflación es sencillo (su permanencia es sólo la exteriorización de un gobierno que no sabe gestionar).” “Vamos a rectificar lo que se hizo mal y continuaremos con lo que se hizo bien.”
En el gobierno de CAMBIEMOS, la verdad se ha exiliado y la mentira la ha sustituido aunque presentada como la única verdad. Así “lo que hicimos y hacemos es el único camino posible, si hubiera otro, pueden creerme que lo seguiría”; “conozco la pobreza porque los visito.”
El discurso armado por el gurú ecuatoriano incluye las muletillas. Todos al reiterar un argumento dicen “de vuelta”, aporte PRO al lenguaje como en su momento fue vecino, que luego fue tomado por el conjunto de los expositores políticos.
Todo es un armado. Los timbreos espontáneos con cámaras que esperan en el interior de las viviendas en las que se tocan los timbres. La política se bastardea mintiendo y atacando a los que disienten con el grupo de tarea de los troll de Marcos Peña mientras dicen que “no somos todos iguales”. Un gobierno de CEOS, con la mayor parte del patrimonio de los mismos en el exterior. El ex ministro Juan José Aranguren que mientras favorecía a la empresa de la que provenía, afirmaba que no traía sus ahorros radicados en el exterior porque aún no tenía confianza en el gobierno del que formaba parte. Y pensar que Groucho Marx lo dijo como humorada: “Nunca podría ser socio de un club que me tenga a mí de socio”. La verdad sólo irrumpe en los actos fallidos: “Cambiamos futuro por pasado” o en sincericidios de sus pensamientos reales: “Nadie que nace en la pobreza hoy llega a la universidad (María Eugenia Vidal) o aquel de Mauricio Macri ¿Qué es esto de universidades por todos lados? Obviamente, muchos más cargos para nombrar. Acá hay que hacer jardines de infantes. Acá falta que todos los chicos tengan la oportunidad de ir al jardín de infantes. Basta de locuras.” Metodología PRO: los jardines no se construyen, pero a las universidades públicas se las estrangula presupuestariamente y muchas de las del conurbano donde se reciben las primeras promociones de integrantes de familias que han llegado a la universidad.
El falso diálogo y el consenso son reemplazados por las fuerzas de seguridad cuando las protestas ganan las calles y las rutas.
El denuesto del adversario alcanza niveles de delirio como cuando el secretario de Energía Javier Iguacel afirma que no existen las tarifas de gas desmesuradas y “la mayoría de la gente que se queja del aumento del gas son kirchneristas. Más de la mitad de los que se quejan por las subas son militantes que quieren meter miedo”
La institucionalidad tan proclamada fue arrastrada al mismo fango hipócrita de las pretendidas y falsas independencias del Poder Judicial y del Banco Central.
Después de tres años, el mejor equipo ha logrado que todo lo que tiene que subir, baje y todo lo que tiene que bajar, suba. Se pasó de “todo va cada vez mejor” a “lo peor está por venir” encubriéndose en la meteorología, las famosas seis tormentas, únicas causales, donde los objetivos alcanzados lamentables pero buscados, son fruto de la aplicación de una ideología fuera de tiempo y espacio.
Si Macri abochorna con su precariedad que lo llevó a considerar que los hombres que declararon la independencia “deberían tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de España” o de pedir que los argentinos nos enamoremos de la directora gerente del FMI, es interesante observar que es un héroe para CAMBIEMOS.
Tomemos como ejemplo a Luis Caputo. Según el alter ego del presidente, Marcos Peña: “Toto Caputo es un orgullo para este gobierno y para el país que sea ministro. Es una de las 10 o 15 personas más talentosas que existen en el mundo en el tema de finanzas. Hecho y recontra hecho en el mundo jugaba en la Champions League y no en Aldosivi, deja todo para venir a jugársela por su país…lo tenemos que valorar todos, estamos en un país donde teníamos ministros que no podían sumar dos más dos. La capacidad profesional de Toto Caputo es un orgullo para la Argentina y así nos plantea cada persona del mundo con la que nos vinculamos.”
El balance de la gestión del héroe lo realiza el periodista especializado en economía Alfredo Zaiat: “Fue el encargado de la capitulación ante los fondos buitres, aceptando las condiciones impuestas por el juez Thomas Griesa y convalidando pagar todos los gastos por el litigio en los que incurrió el líder de los buitres Paul Singer durante los diez años del juicio. Fue el responsable de conducir un ciclo de endeudamiento público externo intenso, que supera el desplegado durante la dictadura militar. Entregó a doce grandes bancos comisiones por 63,1 millones de dólares por la colocación de la deuda. Emitió el descabellado bono a 100 años por 2750 millones de dólares a una tasa efectiva de 7,9 % anual. Este título fue entregado a un grupo de bancos elegido a dedo para su distribución (HSBC, Citi, Santander y Nomura) que cobraron 3,3 millones de dólares en comisiones directas. De los 148 fondos de inversión que compraron el bono a 100 años se encuentra Noctua Asset Managment LLC, radicado en Delaware, plaza de opacidad financiera que es una firma off-shore de Caputo. Noctua se alzó con cinco millones del total de la venta directa de esos papeles de deuda. Esa firma offshore de Caputo quedó al descubierto con la filtración conocida como Paradise Papers, información que ocultó en sus declaraciones juradas. También ocultó que fue mánager de Alto Global Fund, firma offshore radicada en las Islas Caimán. Noctua está asociada a Axis Sociedad Gerente de Fondos de Inversión, según los documentos que la firma presentó a la SEC (comisión de valores de los EE.UU) Axis era manejada por Caputo antes de saltar a la función pública y cobró de la ANSES 540 mil pesos por comisiones en la colocación de LEBAC. Fue el primero que afirmó, ante los financistas de Wall Street que le cerraron el grifo de dólares en marzo pasado, que era políticamente imposible acudir a préstamos del FMI, para pasar a ser promotor en el gobierno de abrazarse en forma desesperada al FMI.
Defendió su patrimonio personal durante la gestión pública, al vender su posición de LEBAC para pasarse a dólares, justo antes de la fuerte devaluación. La información documentada indica que en noviembre del 2017, Caputo tenía LEBAC por 8,5 millones de pesos y que en enero no las renovó, cuando el dólar cotizaba a 19 pesos y poco después comenzó la corrida que lo terminó disparando arriba de los $40.
Además de liquidar dólares de las reservas a precio de ganga, sumó quebrantos para las finanzas del Banco Central al operar en el mercado a futuro del dólar durante agosto y septiembre. Empezó a desarmar la bomba LEBAC para alimentar una nueva: LELIQ. Subió la tasa de interés hasta el 60% anual, que arrojó a la actividad productiva hacia el colapso. Finalmente, dilapidó 15 mil millones de dólares de reservas del Banco Central en menos de tres meses.” Un verdadero héroe como Rivadavia.
Un liberal, como el director de Perfil, Jorge Fontevecchia, lo caracterizó críticamente:
“Solo lo explica la falta de experiencia en la administración pública y su confusión con la administración privada. Peor aún, con la financiera, porque cualquier empresa echaría al director de Finanzas cuyo plan sea endeudarla sabiendo que en el momento en que se cierren los mercados (como la sequía, algo que ocurre cíclicamente en promedio cada cinco años) tendrá que hacer concurso de acreedores o entregar la conducción a un prestamista de última instancia que actuará como socio asumiendo el control. Es toda una definición creer que era el Messi de las finanzas quien duplicó la deuda externa en 32 meses llevándola de 87 mil a 160 mil millones, a razón de 2.500 millones de dólares por mes y 100 millones por día hábil. Quien también devaluó 42% en 103 días en el Banco Central: de 28 pesos a 40 por dólar. Y aunque la responsabilidad sea de quien lo nombró, es también frívolo aceptar ir a presidir el Banco Central por solo cien días. ¿Dónde habrá quedado la demanda de independencia del Banco Central que le exigían al kirchnerismo y que el FMI recomienda? Excluyendo los exabruptos, no es difícil identificarse con el dueño de una pyme que padeciendo las consecuencias de las crisis insultó a Caputo en un restaurante hace semanas diciéndole: “No robo a nadie, doy laburo, tengo 132 personas a las cuales les pago el sueldo y las cargas y vos sos una mierda, forro, pedazo de pelotudo. ¿Qué país querés? Decilo ahora así como lo digo yo, quiero un país libre, un país con perspectivas. Chancho, forro, burgués, no sé qué decirte, yo tengo una empresa con 132 personas, estás fundiendo el país, pelotudo”. En un punto tenía razón el dueño de la pyme: un mesadinerista nunca tuvo que pagar sueldos. Y si Caputo fuera Messi de algo, lo sería de las mesas de dinero. Creer que el Banco Central es como una gran mesa de dinero indica ignorancia y soberbia de los que lo nombraron porque quien no sabe de algo por lo menos sigue los usos y costumbres y nombra personas con antecedentes para el cargo.”
Diferencias en lo que es un héroe: San Martín afirmaba que “Seamos libres, lo demás no importa nada” y Luis Caputo sosteniendo que “la crisis cambiaria es lo mejor que no pudo haber pasado. Yo creo que en el mediano y largo plazo no hay mal que por bien no venga. Esto nos obligó a ir a pedir el crédito al Fondo Monetario que nos da mucha certidumbre…”
CERO
Dividir cualquier número por cero cuando se accede a las profundidades matemáticas nos da cero sino infinito. El PRO nos conduce a un infinito donde el FMI gobierna, la deuda es una soga en el cuello del futuro de los argentinos, la devastación del aparato industrial un objetivo, la timba financiera un propósito, la primarización económica un deseo, la subordinación al poder económico nacional e internacional es presentado como modernización y la propuesta diplomática es ser el preferido de los EE.UU. En este infinito que resulta de dividir por cero, la calificación que merecen, se hipoteca el futuro, se degrada el presente y se repite con mayor intensidad lo peor del pasado.
Esto se presenta como el mejor y único camino. No se puede predecir el momento del escarmiento, pero eso llegará, escenario tan predecible como la crisis que padecemos y cuyo piso aún permanece muy lejano.
Buenos Aires, 11 de octubre de 2018
*Coconductor del programa radial EL TREN, con más de 14 años en el aire. Contador Público recibido en UBA. Fue profesor de Economía Política en la Facultad de Ciencias Económicas de la misma Universidad. Es Periodista. Sus trabajos son publicados en diversos medios nacionales e internacionales. Es autor del trabajo de investigación “25 años de ausencia” y participó con trabajos en los libros “Damián Carlos Álvarez Pasión por el libro” e “Insignificancia y autonomía”. Debates a partir de Cornelius Castoriadis.
Además es coautor del libro “Bicentenario de la Revolución de Mayo y de la Emancipación Americana”