Carlos Caramello analiza en esta nota las distintas marchas que se realizaron en este mes de marzo, las cuales marcan el pulso de la vida política y social del país, y examina también “las entrañas del animal político de Cambiemos”.
Por Carlos Caramello*
(para La Tecl@ Eñe)
«¡Cuídate de los idus de marzo!»
Julio César
William Shakespeare
Como registro de época, este marzo que se cayó del almanaque, nos deja varias imágenes contundentes. Marchas que atiborraron calles, reuniones que llenaron estadios y otros ámbitos, un congreso del peronismo bonaerense en el que lo más destacado fue el rotunda y necesaria conquista de Género, una reunión del radicalismo popular cerrada por Máximo Kirchner y los primeros pero contundentes síntomas de que Mauricio Macri y su gobierno han sido designados las víctimas propiciatorias de estos dos años en los que la economía de Argentina, (entendiendo la producción, la salud y la educación como partes de ella) ha sido prácticamente devastada. Pero, vayamos por partes, tratando de no descuartizar a nadie.
Mujeres… Sí: mujeres
Si bien el primer hecho político del mes debería haber sido la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación a manos del Presidente, la plaza y el discurso, absolutamente vacíos, sumados a la imagen de Macri y su vicepresidenta saludando a nadie, obvia cualquier otro comentario.
La que si llenó plazas y avenidas fue la Marcha del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que en esta ocasión reconoció, en nuestro país, un particular y vital reclamo: Aborto Libre y Gratuito Ya.
Oportunista si lo hay, Durán Barba intentó (sin éxito) subir a un súper alicaído Mauricio Macri a la ola tipo tsunami que golpeó fuerte en el discurso clasemediero nacional que, como en tantas otras cuestiones y con su pertinaz reduccionismo mediático, partió rápidamente las aguas entre “abortistas y antiabortistas”. Cerrame la 17 y anotá el café como invitación de la casa.
Esa movida del feminismo variopinto (que por suerte fue reflejada en los diarios y canales noticiosos de casi todas las tendencias informativas) provocó pequeños pero intensos movimientos telúricos en la partidocracia nacional, desde el intenso trabajo del género en todas las comisiones del encuentro por la unidad HAY2019 (que reunió en San Luis a más de 3000 militantes de los movimientos populistas y populares), hasta la nada despreciable victoria de coronar la obtención de la paridad en cargos en el Congreso del Peronismo Bonaerense.
La respuesta a tremendo avance no se hizo esperar y el patriarcado, defendido a ultranza por un grupo importante de matriarcas, salió a los medios y a las calles para manifestarse “a favor de la vida” (si… si… ya sé que son los mismos que celebraron las muertes de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Pablo Kukoc y Facundo Burgos, los tres últimos asesinados por la espalda, pero, son así, ¿vió?). Incluso, en esta línea de defensa del óvulo, el actual senador (y antes ministro de Educación), Esteban Bullrich, descerrajó un poemita en el que un no nato dialoga con su madre, que… mire, es para la antología planetaria de la poesía berreta, además de estar lleno de faltas de ortografía y errores sintácticos y métricos.
Fue el 25 de marzo, Día del Niño por Nacer (conmemoración que parece darle la razón a la Vicepresidenta ya que celebra algo que todavía no ocurrió). La jornada de domingo exhibió una nutrida marcha que inundó los Bosques de Palermo para confluir frente a la Facultad de Derecho. Católicos, protestantes y hasta neonazis como Alejandro Biondini, participaron de la movida que, no obstante su nutrida concurrencia, no pudo conseguir que Cecilia Pando fuera repuesta en el cargo de maestra en el que fuera designada y echada en 48 horas por el repudio que generó por parte de la comunidad educativa de la escuela.
Para el final de esta juntada antiabortista, y como revival de aquel apotegma marxista del 18 Brumario que reza: «La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa», la iconografía del inmenso feto de papel maché, al que sólo le faltó ser intencionalmente incendiado para convertirse en un dejá vu de aquel féretro de Herminio Iglesias en el cierre de la campaña peronista de 1983.
Presentes… ahora y siempre
La que fue verdaderamente conmocionante, como todos los años pero más, fue la Marcha del 24 de Marzo con la que se conmemoró el golpe militar del año 1976, el más perverso y sangriento de todos los que marcaron nuestra historia del siglo XX.
Cientos de miles de personas ocuparon las calles cercanas más media Plaza de Mayo (la otra mitad está en obras…) para reclamar Memoria, Verdad y Justicia en tiempos en los que ninguna de estas tres consignas parece preocupar demasiado a un gobierno muy dispuesto a dejar libres (bajo la forma de prisión domiciliaria) a genocidas de la talla de Alfredo Astiz, el Tigre Acosta, “El Turco” Julián Simón y el capellán Von Wernich. Y aunque la marcha haya sido ninguneada por La Nación (que no la puso en tapa) o envilecida por Clarín (que intentó reducirla a un acto político del kirchnerismo contra Macri), los que estuvimos el sábado 24 marchando, o sencillamente rememorando y reflexionando, sabemos que esta herida no va a cerrar hasta que sepamos del último detenido desaparecido y encontremos al último nieta o nieto.
Otra reunión muy importante fue la que se llevó a cabo en Villa Mercedes, provincia de San Luis, bajo el lema HAY2019. Demandaría otra nota nombrar a todos los dirigentes importantes que allí estuvieron (y seguro que quedaría mal con alguno) y otra nota más desarrollar algunas de las conclusiones que dejaron las 13 comisiones en las que se debatieron algunos puntos de cara a las próximas elecciones presidenciales. La síntesis de todo esto la expresó mejor el Gobierno, muy preocupado por bajarle el precio a la reunión, tanto que mandó a una de sus espadas, el Ministro Frigerio, a apretar gobernadores para que no asistieran (cosa que logró) y le encargó a sus propios peronistas paladar gris clarito que organizaran, para abril, una suerte de contra-reunión bajo el pomposo nombre del “Peronismo de los Gobernadores” (como si el peronismo no fuese del Pueblo). De todas maneras, estas acciones de Cambiemos lograron que algunos que estaban anotados para el evento, se bajaran prácticamente del avión (y no es metáfora) porque compraron que iba a ser un fracaso. Equivocados hay siempre en el peronismo… y en el radicalismo.
Los que no se equivocaron fueron los compañeros del Radicalismo Popular que se reunieron el centro Cultural Caras y Caretas, también con un mensaje de unidad. El evento, que contó con nutrida presencia de militantes y el encendido discurso de un Leandro Santoro que está más afilado y brillante que nunca, tuvo una particularidad: fue cerrado por Leopoldo Moreau (vieja gloria del partido de Hipólito Yrigoyen) y por Máximo Kirchner que se mostraba como pez en el agua… más cómodo de lo que se lo ve, a veces, entre sus propios compañeros.
Algo huele a podrido… y no en Dinamarca
Volvamos al Gobierno, los idus de marzo parecen haberle traído a Macri suertes similares a las que le trajeron a Julio César. No porque vayan a asesinarlo (imaginátelo diciéndole “tu también, Bruto” a alguien… me muero muerto) sino porque ya huele a cadáver político. Prueba irrefutable de ello es que algunos veteranos olfateadores como algún sindicalismo, cierto periodismo anche varios conspicuos miembros de la Justicia, empiezan a tomar una prudente distancia del Presidente y su séquito. La ruptura de Camioneros con la CGT adicta; la visibilización de los disparates del Gobierno que han empezado -de a poco- a permitirse algunos de los medios concentrados, la denuncia del radical-PRO Mario Cimadevilla contra el Ministro Garavano por el tema AMIA y la libertad de 4 de los presos políticos (dos de ellos, Zannini y D´Elía, justo el 24 de marzo… como para que vayan a la marcha) sumado al hecho de que un fiscal, hasta hace poco cuasi genuflexo con el presidente, ha decidido investigarlo, dicen, a los gritos, que el 2019 no es para Macri.
Paralelamente, todos los esfuerzos parecen estar dirigidos a proteger a María Eugenia Vidal (que, de todas maneras parece un patus criollos bonaerensis que no deja cagada por hacer) y a peronizarla… de alguna manera. Un gesto por acá para con las Abuelas -que le facilitó una foto con Estela de Carlotto justo antes del 24 de marzo-, una declaración por allá sobre los desaparecidos, que busca humanizarla y mostrarla mucho más progre que sus cófrades de CABA y Nación, no alcanzan a ocultar sus berrinches autoritarios, como el de jubilar “de facto” a 3.000 docentes, en medio de una negociación paritaria con los maestros.
Así, en este marzo de marchas, contramarchas y marchas atrás de los actores de la política vernácula, yo, como aquel arúspice que advirtió a Julio César, examino las entrañas del animal político de Cambiemos, y leo que vienen para atrás. Claro, falta la palabra del oráculo cambiemita, esa rubia deidad que no suele ir a su trabajo en diputados. Pero, Lelita, como casi nunca, calla y… ¿otorga?
Buenos Aires, 27 de marzo de 2018
*Licenciado en Letras, escritor y autor junto a Aníbal Fernández de los libros “Zonceras argentinas al sol” y “Zonceras argentinas y otras yerbas”, y “Los profetas del odio”