Algunos sectores del kirchnerismo señalan a Axel Kicillof por el supuesto apoyo a Alberto Fernández y Martín Guzmán en sus negociaciones con el Fondo. Se intenta así convertir en una disputa ideológica con Cristina lo que en verdad no lo es. Sólo así se justifica la interna de la interna.
Por Demetrio Iramain*
(para La Tecl@ Eñe)
Desde hace algunas semanas, en el confortable diván del kirchnerismo jazz se construye pacientemente un mito: Axel habría alentado en 2022 el acuerdo con el FMI.
El «moderado», «insípido», «ojitos celestes», «candidato de Clarín«, tendría una falla de origen, un pecado sin exculpar: su supuesto apoyo a Alberto y Guzmán en sus negociaciones con el Fondo.
El mito tiene demasiados puntos flojos. Por ejemplo, el fallo de hace pocos meses contra el Estado argentino en general y el gobernador Kicillof en particular, por su tarea en la recuperación de YPF, laudo que fue promovido, justamente, por los acreedores externos que juegan más con el FMI que con el “futurismo carlibianquista”, como se burlan en terapia.
Pero bueno… los mitos, mitos son: no se someten a las leyes de la ciencia política, ni a la verdad de los hechos fácticos.
Se trata, desde luego, de un concepto fuerza, prejuicioso y falaz, a partir del cual se trabaja todo un sistema de ideas, que estructura lo que pretende presentarse como una disputa ideológica con Cristina.
Esa puja ya no sería una discusión de superficie, sobre táctica electoral o de campaña, como podría entenderse la tensión por el cronograma de las elecciones bonaerenses, sino profunda, filosófica y de intereses a defender.
Desde luego, no existen elementos concretos que evidencien tal disputa. Pero ese segmento conflictuado del kirchnerismo necesita imperiosamente que sí exista. Esa tirantez autopercibida como una honda diferencia política, justifica la interna de la interna, que es su especialidad.
Si se repasan con lupa los titulares de los diarios de la época, podrán encontrarse varias sorpresas. El señor Google facilita la tarea. Hay citas para todos los gustos. Y un contexto que justifica cada una de ellas: las responsabilidades (o no) de gestión de quienes las pronuncian.
Transcribo algunos, con sus fechas: “Wado de Pedro se diferenció de Máximo Kirchner y apoyó el acuerdo con el FMI: ‘Evita una catástrofe económica’ (Perfil, 5/3/22); “Las razones por las que Axel Kicillof abrió el paraguas contra Martín Guzmán y el acuerdo con el FMI” (Infobae, 17/4/22); “Axel Kicillof sobre el FMI: ‘No se puede aceptar un ajuste’” (Página 12, 12/1/22), entre otros.
Algo similar se planteaba en portales kirchneristas, que seguían de cerca las negociaciones y ponían reparos, aunque con evidente cautela: “Ningún acuerdo puede afectar la reconstrucción del país, su reindustrialización e independencia económica”, se lee en El Cohete a la Luna, en su edición del 7 de noviembre de 2021, 20 días después del acto en rechazo al pago al FMI, convocado por Hebe de Bonafini en Plaza de Mayo.
Es interesante aquel título que informa sobre las declaraciones del gobernador bonaerense de enero de 2022, porque están formuladas 19 días antes de que Máximo Kirchner expusiera, a través de una carta pública, las razones de su renuncia a la jefatura del bloque del FdT en Diputados.
Ninguno de los funcionarios camporistas a cargo de áreas centrales de administración durante el gobierno de Alberto cuestionó públicamente a Guzmán, ni al acuerdo con el FMI. Es más: el ministro de Interior De Pedro, quien un año después sería el preferido de Cristina para la candidatura a presidente, lo encomió abiertamente.
Se entiende: tenían responsabilidades de gestión, y el rol de objetar políticamente al titular del Poder Ejecutivo correspondía que lo cumpliera el jefe político de aquellos funcionarios.
Lo que no se entiende es por qué se le exige ahora, tres años después, a Axel esa sobreactuación del rechazo, siendo que si había un dirigente político con diferencias con Alberto y altísimo compromiso institucional era, precisamente, el gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Por lo demás, resulta más interesante desmentir estos mitos contra Axel vinculados a política y economía, que descender al barro donde también le maltratan los tobillos: la nula empatía que tendría el gobierno de Axel con el caso de las tres jóvenes asesinadas en Florencio Varela. Más bajo y menos informado no se consigue.
Desde antes del hallazgo de los cuerpos y el esclarecimiento inicial del caso, las autoridades del Ministerio de Mujeres y Diversidad de la provincia de Buenos Aires ya estaban asistiendo a las familias de las mujeres por entonces desaparecidas. Pero, ¿a quién le importa eso?: el mito no necesita información, al contrario. Se alimenta de prejuicios y opiniones a priori. Su insistencia en esas conjeturas no estaría dando resultado.
Lunes, 29 de octubre de 2025.
*Poeta y periodista.
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2 Comments
Escucho sistemáticamente la Radio de Las Madres, el domingo el programa de Verbitsky, me pareció francamente ofensivo, berreta y de un alineamiento ciego con Cristina que invalida todo lo demás. Fue el último día que lo escuché. Debe tener sus razones inconfesables para caer tan bajo.
Prefiero el anterior «Armar de nuevo» porque el tema de éste (todo lo viejo) está muerto y sólo lleva a más MUERTE. Lo nuevo es la única posibilidad de VIDA. Pero lo nuevo no debiera ser sólo un relevo generacional ni «nuevas canciones», no solo Axel y nuevas caras. TODO lo viejo (economía, relaciones sociales, instituciones políticas y sociales) todo éso murió a nivel local, nacional, regional y global. Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva era y, si antes no nos llevan a la autodestrucción de la especie y de nuestra casa común, deberemos construir entre todos una PATRIA y un mundo mejor.