El huevo de la serpiente se está formando: preanuncia subjetividades arrasadas hacia una sociedad totalitaria con un futuro tempestuoso.
Por Daniel Frankel*
(para La Tecl@ Eñe)
El escenario político, social cultural y económico argentino hoy esta capturado por la opresión que ejerce la asociación neoliberal-libertaria. El concurso de esta asociación robustece el vasallaje de la población.
En tanto la democracia se diluye en un esquema cada vez más autoritario, se acude a metodologías racistas para cercenar la libertad de contar con una vida digna; pierden fuerza los derechos ciudadanos. Para gran parte de la población que ingresa al creciente ejército de pobres, la libertad se convierte en opresión por cuanto es únicamente selectiva y depende del mercado
Para afianzarse, este proyecto presenta múltiples estrategias de batalla material y cultural caracterizadas por la violencia policial y al mismo tiempo por la represión simbólico cultural. En el plano material, la confrontación está dada por estructuras de poder cinceladas en cambios en el proceso de producción de acumulación y riqueza. En manos del capital financiero internacional se diluyen principios soberanos. En correspondencia con el modelo capitalista depredador, explotador y extractivista, el propósito del poder es devastador y consiste en suprimir a las mayorías poblacionales.
Con la obediencia calificada por el quebranto de derechos, el abandono de la protección y regulación por parte del Estado, asistimos a nuevos cambios en los procesos de administración de los cuerpos.
El poder hace gala de su indiferencia por el humanismo. Mediante el uso de la violencia instala el mal para el dominio, control y apropiación de los cuerpos, de las vidas; el mal se normaliza como herramienta de gobernanza. Esta violencia deshumanizante conduce necesariamente a la desesperanza colectiva, al encierro de sí y a la búsqueda de soluciones cada vez más individuales.
La extensión de la eugenesia galtoniana tiene sus repercusiones en el lazo entre la medicina y la gubernamentalidad. La finalidad claramente expresada es aniquilar a los vulnerables y para ello la necesidad de contar con una doctrina jurídica que justifique el poder punitivo como mecanismo de regulación social para los considerados como “inferiores”, tal como manifestara Karl Binding. [1]
La tesis central de Binding es que no todas las vidas humanas tienen el mismo valor. Son vidas carentes de valor para quienes padecen, sus familias y el Estado.
Esto implica que las consecuencias jurídicas, políticas o económicas de arrebatar una vida con valor no pueden ser las mismas que hacerlo contra una vida con menos valor o, directamente, sin valor. “En modo alguno es posible poner en duda que existen seres humanos vivientes cuya muerte significaría para ellos mismos una salvación, y para la sociedad y el Estado especialmente la liberación de una carga, cuyo mantenimiento no produce el menor provecho…”.[2]
¿Cuáles son esas vidas sin valor sobre las cuales habría que otorgar una licencia para su aniquilación? En el esquema de Binding, son los imbéciles incurables o los paralíticos.
Binding no dice que el Estado pueda matar libremente a estas personas, sino que se le debe otorgar a estas personas el derecho a morir cuando así lo deseen y es mediante la eutanasia. Sin embargo, cuando el grado de padecimiento mental es tan grande, esa persona pierde el derecho a decidir sobre su vida y se traslada a otras personas. Para sus parientes y para la sociedad, representan un lastre terriblemente pesado. Su muerte no provoca el más mínimo vacío para nadie.[3] Binding abre la puerta para que años más tarde y utilizando la justificación de sus textos, se pudieran llevar adelante prácticas eugenésicas perpetradas por el Tercer Reich en nombre de la higiene racial. De hecho, las primeras cámaras de gas fueron aplicadas por Hitler con quienes padecían de problemas mentales o discapacidades, muchos de ellos internados en clínicas psiquiátricas. (Programa Aktion T4).
Trasladado a estos tiempos no solo se opera con cruel limitación y supresión de quienes padecen de discapacidades sino de actualizar el esquema malthusiano y esperar la tan ansiada muerte de los jubilados, o de intervenir en el cierre de dispositivos de contención de salud mental, o con problemas de consumo, o en el desmantelamiento de programas educativos o del sistema de salud, para mencionar algunos.
Hoy la operación es masiva; el rol de las políticas públicas y de los programas sociales se extiende a toda la población, decidiendo quiénes son dignos de una vida plena y quiénes son condenados a la muerte en vida. La tecnología y la política crean un mundo basado en la manipulación de las voluntades para conseguir un campo de concentración ciclópeo que sueñe con un paraíso terrenal, pero que en nombre de la civilización precipite la barbarie.
El componente tanatopolitico de gubernamentalidad es de perversión expresada en la muerte en vida; expresión de la vida en condiciones de subsistencia; la vida siempre en los bordes de la supervivencia material pero también en la expresión del repliegue subjetivo, de encerrona trágica. La vida es para las mayorías cada vez más precaria; las mayorías, en tanto ciudadanos, son calificados y tratados como desechos de la sociedad y como tal son el foco de las tecnologías de sojuzgamiento.
“El proceso” de Franz Kafka, adaptado al siglo XXI, refleja la vida de millones de personas sometidas a la vida sin rumbo, individualizada, solitaria. Para que el poder obtenga éxito con el proceso de irracionalidad y desesperanza de los ciudadanos, la pesadilla de Josef K. se masifica.
Como plantea Adorno, Kafka ofrece una profecía de terror y de la tortura que vuelve nuevamente a cumplirse.[5] Consideramos que las multitudes entregadas a la angustia y desesperanza de la cotidianidad competitiva y superflua son prisioneras del tribunal inquisitorial neoliberal-libertario y de su hermética maquinaria de enjuague disciplinario. Masas condenadas a ser destinatarias a la pobreza como modo de vida, viven en el repliegue de sí mismos; lo llamamos encierro del adentro.
Son encerronas trágicas por cuanto esperan la irremediable salvación en la figura del liderazgo mesiánico de turno. Es un diseño que modela deseos, conciencias, voluntades, pero en el cual también hay una aceptación por vivir bajo un manto de protección del poder. Paradójicamente, el apego por la sumisión voluntaria es todavía más fuerte que la búsqueda de libertad.
En este proyecto autoritario las personas son despojadas de sus libertades, los conjuntos poblacionales viven replegados, pero también están seducidos por quedar bajo el manto del poder; además, guiados por la propaganda, el lavado de cerebro o el nuevo actor de reparto que es la Inteligencia artificial, habrán disipado todo deseo de desobedecer masivamente: la esperanza por un mundo feliz es en realidad un renovado plan de sumisión.[6]
Así, con eficacia, la teoría eugénica cumple con la función de exacerbar en el sistema capitalista su condición excluyente, ofreciéndole el medio científico para llevar a cabo los anhelos de los sectores más encumbrados con una convicción dogmática: tener asegurada la vida plena y digna.
En la película “El Huevo de la Serpiente” de Bergman, 1957, Hans Vergérus dice que “cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado.”. ¿Acaso el neoliberalismo-libertario no contiene dicho huevo de la serpiente?
El huevo de la serpiente se está formando: preanuncia subjetividades arrasadas hacia una sociedad totalitaria con un futuro tempestuoso.
Referencias:
[1] Binding, K, Hoche A. “Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten Lebens” y que se tradujo al español en 2009 por Bautista Serigós como “La Licencia para la aniquilación de la vida sin valor de vida”. Ver Zaffaroni, E 2009, El Penalismo Olvidado, Introducción, pp 8-46
[2] Binding, op cit , 70
[3] Crisafulli, L 2023, Karl Binding, El Huevo de la Serpiente, Revista Pensamiento Penal, noviembre, Nro 491
[4] “Esta persona que padece una enfermedad hereditaria, le cuesta al Estado $60000. Ese es tu dinero también”.
[5] Adorno, T. (1983), Prisms, trad. por S. Weber y S. Weber, Cambridge, MA, MIT Press. [Disponible en castellano como Prismas (1962), Barcelona, Ariel.]
[6] Huxley, A, 1987: Un mundo feliz, Barcelona, Plaza y Janes.
Viernes, 19 de septiembre de 2025
*Sociólogo y Doctor en Ciencias Sociales.
La Tecl@ Eñe viene sosteniendo desde su creación en 2001, la idea de hacer periodismo de calidad entendiendo la información y la comunicación como un derecho público, y por ello todas las notas de la revista se encuentran abiertas, siempre accesibles para quien quiera leerlas. Para poder seguir sosteniendo el sitio y crecer les pedimos, a quienes puedan, que contribuyan con La Tecl@ Eñe. Pueden colaborar con $5.000, $10.000. Si estos montos no se adecuan a sus posibilidades, consideren el aporte que puedan realizar.
Alias de CBU: Lateclaenerevista