El cambio demográfico producido por el envejecimiento de la población abre un capítulo denominado Economía Plateada, que es aquella parte de la economía global vinculada con las necesidades, demandas y ofertas de los adultos mayores.
Por Rafael Bielsa*
(para La Tecl@ Eñe)
Cuando mi amigo Miguelo entró en el bar, a través del ventanal podía verse una luz presumida rociando el billar verde de la tarde, y el viento empolvando con tiza la punta de un taco. Busqué un grabado en el borde inferior del vidrio para saber si era templado o laminado.
Miguelo venía de ver a su médico clínico, quien había chequeado todos sus sistemas corporales. Se sometía una vez por año a ese banquete pascual; el pan y el vino se consagraban en el bar. Llamé al mozo y pedí dos cafés con galletas rellenas de limón.
Mientras estuve esperando la llegada de mi amigo, le había dado vueltas a la respuesta del patrón de acumulación por valorización financiera a su propia crisis: restringir la soberanía popular, trasladar más poder a élites políticas disociadas del control democrático y redoblar mecanismos de exclusión social. Asuntos mortificantes. Aunque sabía, le pregunté qué le había diagnosticado esta vez el doctor.
“Mi médico”, dijo Miguelo, que usaba el determinante posesivo como si se tratase de “su” contraseña, “dice que voy a vivir noventa años”. Me deleita verlo sonreír. “Agregó que cuando la perspectiva es así, hay que prestarle mucha atención al aparato anímico, a los recuerdos y emociones que influyen en el comportamiento”. Seguimos hablando de minucias hasta que nos separamos y cada uno se fue para su casa.
En lo alto, la luna, parecía perpleja y había una idea en mi cabeza que permanecía inmóvil en su rama. Parafraseando a Hugo Presman, en el diccionario de la Real Academia Española la palabra “derrota” está antes que “esperanza”, y ambas primero que “victoria”, pero después de la “ve” está el final. La esperanza hizo que me acordara de una canción de Caetano Veloso, aunque apenas la melodía y algunas palabras; hablaba de que el mundo era más mundo, con más pureza, más calma, más alegría.
Ya en mi casa, con un sistema de inteligencia artificial, supe que el tema se llama “Sueños”. Veloso cuenta que, al principio, su relación con una mujer había sido una travesura, que de repente se dio cuenta de que tenía su fuerza amarrada al paso de ella, y que con el tiempo la canción se había vuelto más clara y sentida, y que la poesía era un devaneo en su vida.
Dejándome llevar por esos algoritmos que simulan el razonamiento, la percepción y el aprendizaje, me crucé por el camino con un meme sobre la vejez, pertinente porque ni Miguelo ni yo nos cocemos de un solo hervor. “Imagen: un señor mayor con cara seria que mira su celular. Texto en la parte superior: ‘Cuando tu abuelo descubre los filtros de TikTok’. En la inferior: ‘Ahora es más joven que vos, y tiene muchos más seguidores’”. Di también con un contenido digital: “Tomás Mazza, de chico de barrio con una cámara y una barra para hacer dominadas, pasó a ser boxeador en uno de los eventos más vistos del mundo”. Tenía miles de likes. Esperanza.
Canta Veloso que, en el apogeo de aquel amor imponderable, la mujer lo llamó para confesarle que sentía una pasión inesperada por otra persona. Después de la conversación con Miguelo, aquella fue una noche extraña. Incluso quienes no recuerdan los sueños aceptan que a una buena vigilia pueden suceder pesadillas; ruidos, reflectores trinchando la oscuridad, bengalas amputando el tiempo.
Recuerdo imágenes de esos sueños. Niños esqueléticos tendidos en un campamento en Gaza, una comparecencia de drones en la región de Krasnodar, un escuadrón de arribistas y prestanombres irrumpiendo en el armado electoral bonaerense del anarcocapitalismo. Sigue el scroll: Emmanuel Macron intenta pacificar la memoria en Camerún pisando sangre aldeana, en el extremo oriente de Rusia un sismo de magnitud 8,8 dispara un tren de olas que se propaga hacia las costas del Pacífico, un puñado de influencers alegres venden odio barato como producto de consumo, para mantener la sensación de continuidad de la catástrofe.
Cuando empecé a despertarme, escuché una voz que decía: “Vi salir del mar una fiera con diez cuernos y siete cabezas; en los cuernos, diez turbantes y en las cabezas títulos blasfemos”. Era una voz apocalíptica y consumada. “Todo el mundo admirado seguía a la fiera y adoraba al dragón que dio su autoridad a la fiera, y adoraba a la fiera diciendo: ¿Quién se mide con la fiera? ¿Quién podrá luchar con ella? Le permitieron decir cosas arrogantes y blasfemas, le dieron autoridad para actuar cuarenta y dos meses”. Pensé que eso equivalía a tres años y medio, y que era mucho tiempo. Fruslerías que uno imagina cuando sale de las pesadillas.
Me acordé de mi amigo Miguelo, de su médico clínico, y averigüé que, según el INDEC y el censo nacional de 2022, aproximadamente el 16% de la población argentina tiene 60 años o más. Para el 2030, se piensa que la cifra representará el 21%, y para el 2050, el 25% de la población argentina tendrá esa edad. Caetano Veloso, con su semblante de malaquita, canta a quien lo ha dejado: “Pero no hay enredo, no, sólo quiero que seas así, incluso la nostalgia es buena, es mejor que caminar vacío”.
El cambio demográfico producido por el envejecimiento de la población abre un capítulo denominado la Economía Plateada, que es aquella parte de la global vinculada con las necesidades, demandas y ofertas de los adultos mayores. El concepto de educación a lo largo de la vida añade programas de formación y capacitación enfocados en habilidades digitales y tecnológicas, para mayores. Mejor salud es una longevidad más productiva, y ello una mayor contribución económica.
El vibrante ecosistema que ofrece la inteligencia artificial enriquece la manera en que operan las industrias tradicionales, y desarrolla soluciones generando servicios y actores ausentes, en el sector comercio, servicios financieros y manufacturas. Si la carrocería y el carburador resisten, la IA es fantástica para resetear a quien lo desea. El Estado debe ofrecer una regulación que promueva la innovación y, al mismo tiempo, garantice la protección de los derechos ciudadanos.
Lo que por un lado son los adultos mayores, por el otro son los adolescentes. Hay una frase que viene a cuento: “Los casi muertos y los recién nacidos tienen más en común entre sí, que con las personas de en medio”.
El impacto de los quinceañeros sobre el ADN cultural, el humor local y la crítica social, precede al meme. Pero esta unidad mínima de contenido simbólico genera, en marketing digital, hasta un 60% más de interacción que otros contenidos, con un alcance orgánico hasta 10 veces superior. Los memes han pasado de ser simples bromas virales, a convertirse en una herramienta estratégica dentro del ecosistema publicitario.
Los chicos pueden ser arte sin necesidad de ser partes. Es llamativo ver sus cuentas de memes en Instagram, TikTok y YouTube, donde generan contenido viral que puede ser monetizado. El celular dejando de ser una adicción, para pasar a ser un instrumento.
Pienso en mi amigo Miguelo, en las pesadillas, en la Economía Plateada y en los pibes que pueden sumarse. Escucho a Caetano Veloso terminar con “Sueños”: “La esperanza es un don que yo tengo en mí, sí que lo tengo. No estoy desesperado, me enseñaste un millón de cosas. Tengo un sueño en las manos, mañana será un nuevo día, seguramente voy a ser más feliz”.
Lunes 4 de agosto de 2025.
*Abogado y escritor.
La Tecl@ Eñe viene sosteniendo desde su creación en 2001, la idea de hacer periodismo de calidad entendiendo la información y la comunicación como un derecho público, y por ello todas las notas de la revista se encuentran abiertas, siempre accesibles para quien quiera leerlas. Para poder seguir sosteniendo el sitio y crecer les pedimos, a quienes puedan, que contribuyan con La Tecl@ Eñe.Pueden colaborar con $5.000 o $10.000. Si estos montos no se adecuan a sus posibilidades, consideren el aporte que puedan realizar.
Alias de CBU: Lateclaenerevista