La crueldad no sobreviene como pesadilla de un mal sueño del capitalismo, sino como relevo de su promesa incumplida de inmortalidad.
Por Marcelo Percia*
(para La Tecl@ Eñe)
Se ha pensado muchas veces sobre el grabado de Goya (1799) en el que se muestra a un hombre de la Ilustración dormido sobre un libro con una pluma en la mano, mientras figuras horrendas y deformadas revolotean, como fantasmas macabros, sobre su cabeza. La leyenda escrita en esa aguafuerte dice: El sueño de la razón produce monstruos.
Se ha sugerido que peores monstruos concibió la vigilia de la razón europea.
Tal vez el sueño no realizado del progreso de la civilización resida en la inmortalidad.
Plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo, compusieron para varias generaciones formas de una inmortalidad sublimada. El consuelo de una trascendencia posible.
El proyecto de una inmortalidad selectiva, ¿compone la más sofisticada bendición del capitalismo?
Muchas literaturas exploran la fantasía de inmortalidad.
Uno de los inconvenientes que advierten reside en ver envejecer y morir a quienes queremos. Otro, que la inmortalidad no podría tener una forma universal. Sin muertes masivas y regulares, el planeta se extinguiría muy pronto.
La inmortalidad sólo funcionaría como privilegio para pocas existencias. Y, ¿qué harían esas selectas vidas inmortales con el tedio del eterno vivir?
Tras el hartazgo del amor y todo lo que las riquezas ofrecen, ¿practicarían la crueldad? ¿Mortificarían a las criaturas mortales para presenciar el terror y la desesperación de quienes están por morir? ¿Necesitarían del espectáculo de la muerte para volver a experimentar la dicha de la inmortalidad olvidada?
¿Algo así sucede en la sociedad del Capital? ¿Sin el espectáculo de una población desdichada, minorías ricas no pueden gozar de su ilimitado poder de disfrute?
La sociedad del Capital, que tiene o puede poseer todos los atributos de la fuerza, ¿necesita de la aflicción de las debilidades para experimentar su poderío?
Así, según esta conjetura, la crueldad no sobreviene como pesadilla de un mal sueño del capitalismo, sino como relevo de su promesa incumplida de inmortalidad.
Buenos Aires, 3 de mayo de 2024.
*El autor es psicoanalista, ensayista y Profesor de Psicología de la UBA. Autor de Deliberar las psicosis ( 2004); Alejandra Pizarnik, maestra de (2008): Inconformidad (2010). Su último trabajo publicado es «Sesiones en el naufragio, una clínica de las debilidades». Ediciones La Cebra.
2 Comments
Un planteo de lo más pertinente,
Gracias!
Una pinturita!!!!!! Cortita y al pié!!!!!! El proyecto de una inmortalidad selectiva. Todes nacimos para morirnos. Gracias.