En Santos Dumont 4040, se presenta hasta fin de junio “En este mundo loco, en esta noche brillante”, una puesta interesantísima dirigida por Nayla Pose. La Tecl@ Eñe tuvo la oportunidad de conversar con la directora de la obra.
Por Liliana Fijtman
(para La Tecl@ Eñe)
-Liliana Fijtam: Contame tu encuentro con el texto de Silvia Gomez y las resonancias que tuvo en vos.
– Nayla Pose: El encuentro con Silvia tuvo un aura especial, sentí una gran afinidad con ella al leer su material y, cuanto más me adentraba en él, más se expandía esa primera sensación tomada por la fascinación y por cierto aire de familiaridad. Puedo identificar esta sensación de cercanía con otrxs autores que me gustan, algo de esa manera de ver el mundo que te hace sentir que ese perfecto desconocido es algo como un amigx pero en este caso el flechazo fue distinto porque leer este texto fue, además, encontrarme con algo que yo venía buscando. Nadie lo sabía, pero tenía ganas de involucrarme con un nuevo proyecto y todo lo que leía, no terminaba de interesarme. Había estado bocetando algunas ideas alrededor de la fortaleza de lo femenino pero no encontraba nada que me conmoviera.
El texto de Silvia llega a mi a través del grupo Piel de Lava, ellas estaban haciendo la curaduría de Temporada Fluorescente, un festival internacional que cruzó dramaturgas de otras latitudes con artistas locales. Ellas creyeron que era un material para mi. Y que punteria tuvieron! parecía escrito a pedido.
Una intimidad inusitada empezó a suceder entre la Silvia que fui descubriendo mientras leía y yo, habia muchas similitudes eticas en el trabajo y también estéticas, tiempo despues nos conoceriamos y, efectivamente, nos hariamos amigas.
La primera lectura me encendió y empecé a asumir que mi imaginario podía ser una buena caja de resonancia para ese material, que podría crear las condiciones necesarias para dar a luz ese mundo en la escena.
El texto tiene un corte feminista con el que me identifico y, tambien, todo un lineamiento poetico que ejercio sobre mi un inlfujo particular, eso me permitio desplegar ese universo musical trabajado con Sebastian Schachtel y creado por él especialmente para este pieza.
Sebastian logra crear una dramaturgia sonora y un lenguaje que tiene el poder de decir mucho de lo que las palabras no dicen. Ese hecho y la actuación enmarcaron la búsqueda creativa.
-LF: La puesta tiene registros contrapuestos: el de la torre de control, los dioses romanos, el habla de la calle. ¿Cómo se generan y combinan esos climas?
-NP: Mi interés con esta obra estuvo atravesado por generar un mundo que pudiera contener a todos los lenguajes y referencias que aparecen en el texto. El espacio en donde sucede la escena es el Km 23 de alguna ruta del mundo, es un hangar en un descampado suburbano, un tinglado al lado de la ruta, un espacio donde también se conjura el dolor, un lugar de tránsito y de resguardo, un lugar en donde se podrían reparar máquinas y ser, a la vez, un espacio de ritual , es un poco todo eso… ese espacio de alguna manera tiene el mismo espíritu que una sala de teatro: un espacio donde caben muchos espacios, un mundo donde caben todos los mundos, un espacio en donde todo es posible, donde lo sagrado y lo profano se encuentran, un poco como los diosa que se menciona en la obra y el habla de la calle.
Mucho antes de conocer la literatura dramática de Silvia Gomez ya tenia bien desarrollada mi fascinación por la mitologia, y venia preguntandome sobre la relación de los dioses griegos y el mundo contemporáneo. Tengo una imagen de un poema de Kae Tempest en la cabeza : los dioses estan en el baño teniendo sexo sin proteccion. Algo ese universo desacralizado de los dioses ya me resultaba atractivo y teatral.
La imaginacion permite crear universos que conectan cosas, que a priori, no se te ocurrirían que van juntas. Eso me gusta y fue otra de las cuestiones que me interesaron de la obra de Silvia. Ella dice al respecto del personaje de la vigilante que podría ser una maga, una leyenda, una heroina o simplemente una mujer con resaca que necesita esconder un arma entre las tetas. En la ambigüedad se funda el estilo de la obra. Es difícil encasillarla en un género: Las actrices cantan junto a la música en vivo pero no se trata de un musical, la obra se apoya en un hecho verídico pero no se constituye como documental, la magia de una diosa aparece en momentos precisos pero sin armar un relato fantástico. Es una obra que contiene pulsiones de tragedia y pulsiones de comedia. Pero no es ninguna de las dos cosas.
-LF: ¿Creés que hablar de violencia patriarcal incluyendo la ternura y la solidaridad ayuda al abordaje del tema?
-NP: Creo que son discursos opuestos y por tanto, interesantes para trabajarlos complementariamente. La violencia es producto del sistema, es la segregación más nefasta del sistema capitalista y patriarcal. La empatia, la ternura es todo lo que el sistema no puede apresar, es lo que se fuga. Y por tanto es la resistencia. La obra se funda en una violacion, pero ni el texto, ni las actrices, ni yo íbamos a permitir que el discurso se redujera sólo al sufrimiento.
-LF: La obra tiene poesía y también un ritmo que se vive como un presente de la acción para el espectador. ¿Es tal vez un testigo?
-NP: Es una buena lectura. Agradezco que la hagas. Me interesa poner al público en un lugar activo. Los hechos más violentos suceden a nivel sonoro en el mismo lugar donde esta el publico. Que nadie se asuste, no hacemos participar al público poniendo el cuerpo, el espectador no se mueve de su lugar, pero si se busca que la obra desarrolle cierta atmósfera que pueda envolverlo. Buscamos hacerlo parte sin participar directamente.
Por otro lado, la obra se quiebra en un momento, y en ese quiebre nos interesa dejar abiertas preguntas en torno a la violencia, preguntas que, como decía, muestran a la violencia como producto de un sistema opresor, que va desde la guerra hasta la violencia de la colonización y el abuso al que sometemos a la naturaleza del planeta.
-LF: Romper la cuarta pared, develar el artificio teatral… ¿cómo influye en la convención de la ficción teatral?
-NP: Pienso que es algo que ya está muy asimilado en la producción teatral contemporánea. Crea otro tipo de convención. A mi me gusta develar el artificio, hacernos cargo de todo, estar atravesadxs por una capa de la realidad, sin que sea un biodrama
Esta convención afirma : estamos todos juntxs en esta, esto es verdaderamente algo, este acto de magia está sucediendo por y entre nosotrxs.
-LF: ¿El arte puede cambiar la conciencia?
-NP: En mi caso personal puedo decir que si, que a mi el arte me enseñó a vivir. Y que mi vida está repleta de momentos en donde el arte me rescato, me hizo pensar, me enseñó y me hizo reir y vibrar hasta sentir que la vida volvía a tener sentido.
Si nombramos a la conciencia como parte del conocimiento que la persona tiene de su propia existencia, de sus estados y de sus actos en mi caso podría decir que el arte cambió no solo mi conciencia, sino mi vida entera. Si opino más en general, me atrevo a decir que la conciencia es permeable por el gesto artístico, por sus estímulos y por las preguntas que genera. Para mi unos de los estímulos más grandes para la conciencia son las preguntas. Hay una ética particular en las preguntas y sensaciones que genera cada obra de arte. De todas formas, es algo muy personal. La experiencia artística siempre lleva en sí cosas muy personales.
Ficha artístico técnica:
Autoría: Silvia Gomez
Traducción: Carolina Virgüez
Actúan: Daniela Flombaum, Carolina Saade
Música original: Sebastián Schachtel
Música en vivo: Mateo Monk
Dirección de arte: Paola Delgado
Iluminación: Ricardo Sica
Fotografía: Malu Campello
Prensa & difusión: Daniel Franco
Asistencia de producción: Tomas Huberman
Asistencia de direccion: Guido Pujato
Dirección: Nayla Pose