“Volvió una noche…” sólo que uno siempre la espera porque Lilita tiene destino de boomerang político (en muchos sentidos) y nosotros intentamos dejarlo claro en este capítulo 20 de “LA CARRIÓ – Retrato de una oportunista”. Esta vez, con la segunda parte de “Por acá, Lilita, descarrió (2)” avanzamos sobre un catálogo de frases y actitudes tan apocalípticas como contradictorias que la exhiben en toda su dimensión… y en todos sus desequilibrios.
Por Carlos Caramello*
(para La Tecl@ Eñe)
“Hay algo que Dios ha hecho mal.
A todo le puso límites menos a la tontería”
Konrad Adenauer.
Son tantas; y tan variopintas las afirmaciones pavotas que ha hecho Lilita a lo largo de su carrera que cuesta seleccionar para no transformar el libro en un muestrario de frases apocalípticas. Como ésta, de los tiempos más críticos de la pandemia, cuando sostuvo que “La infancia es tan decisiva para soportar la vida después, que no se puede jugar de esta manera. Yo prefiero un chico con COVID, mirá lo que te digo, un pequeño… pero que socialice” y, claro, no se entiende. Será que nosotros preferimos chicos vivos, con padres vivos y abuelos vivos. Y sanos… Y no chicos que socialicen, se contagien, contagien a su familia, a sus maestros, a sus amigos y traigan, en una cadena inacabable, más muerte y desesperación. Miradas…
¿Les parece loco? Ha dicho cosas tremendas. Venía cruzada y en falsa escuadra con don Jaime Durán Barba, también conocido como el Semiólogo Suave. En su enojo, el 10 de mayo de 2018 estalló en “Le Doy mi Palabra”, el programa del inefable Alfredo Leuco que iba por Radio Mitre. “¿Saben qué? Mátenlo a Durán Barba, tienen mi aval” dijo, y dejó mudo hasta al locuaz conductor. Con el correr de las horas, la Fiscal de la República debe haber tomado conciencia (o le habrán pegado una apretada de esas, vaya a saber) y tarde, por la noche, en su cuenta de Twitter, medio que moderó la cosa: “Estoy harta de Durán Barba -tuiteó-. Cambiemos ganó para explicar a la sociedad las decisiones que se toman como Gobierno, no para decir que está todo lindo”. Pero la línea ya había sido bajada. La omnipresencia discursiva de la muerte volvía a ganar la retórica lilística. Una muerte a la que dice que no le teme pero a la que no puede evitar referirse. Como un mantra… como una obsesión.
Sin embargo, no ha sido respetuosa con la muerte de otros. No ha podido. Su necesidad de encabezar los momentos cruciales del país, su increíble afán de protagonismo, la han puesto en esos lugares de donde no se vuelve o, al menos, resulta muy difícil volver. El caso de Santiago Maldonado la tuvo allí, entre los que defendían lo indefendible, mofándose con una frase que, a ella, seguramente le habrá resultado ocurrente pero que fue muy desagradable para todos los que nos preocupábamos por el destino del joven artesano.
“Es como Walt Disney”, se puso cómoda Lilita con sus amigos “Los Leuco” en el programa homónimo, en clara referencia a las bajísimas temperaturas del lugar en donde se había encontrado un cuerpo que, aunque no identificado aún en ese momento, estaba muy claro que era Maldonado. Durante el transcurso de aquel programa (17 de octubre de 2018: mismo día de la aparición del cuerpo) deslizó que no descartaba “un posible suicidio”. Y acá cabe la pregunta: ¿Qué sabía Lilita? ¿Por qué comparar al joven desaparecido -que luego se comprobó había muerto congelado- con Walt Disney, sobre quien se tejió una leyenda (luego desmentida) de que fue criogenizado antes de morir? Siempre, en su discurso, Carrió ofrece un subtexto que luego, con el tiempo, para aquellos que miran la película completa, tiene un significante particular. Como si necesitara dejar una huella de que ella sabe las cosas no dichas; que maneja información ajena a todos los mortales.
Prueba de esto es que apenas unos días antes, el jueves 11, en un debate de candidatos porteños en TN, había asegurado: «20% de posibilidades de que Santiago esté en Chile con la RAM«, cumpliendo acabadamente con su rol de desviar la atención. Luego hubo de arrepentirse: “Lo dije porque me lo dijo mi corazón”, trató de disculparse pero ya las redes estallaban criticándola.
Otra muestra inconfundible de su incoherencia -y hasta de sus más profundas contradicciones-, es el sainete de idas y vueltas respecto del Dr. Daniel Rafecas y su postulación a Procurador General de la Nación. En uno de sus últimos acercamientos a Macri, luego de una pelea que alcanzó ribetes telenovelescos, en la que ella le colgó el teléfono y juró no hablarle nunca más, Carrió llamó al ex presidente para agradecerle un gesto político que había tenido para con su persona y, de paso, cerrar ese “malentendido”. Pero el verdadero objetivo de la comunicación era el de “operar” a Mauricio para que instruyera a los legisladores afines para aprobar el pliego del jurista propuesto por el presidente de la Nación.
«Rafecas sabe derecho, lo respaldan los fiscales más serios de la Nación y evitamos que ‘Madura’ ponga a un fanático en ese cargo”, explicaba en #TerapiaDeNoticias, del canal LN+. Corría noviembre de 2020 y Lilita consolidaba su operación involucrando al presidente del interbloque de senadores de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff. “Hace tres semanas le trasmití la propuesta”, explicaba, y agregaba que también Mario Negri estaba al tanto y la acompañaba. Todo porque el fundador del PRO se resistía a su idea.
Volvió a la carga en mayo último asegurando que ella había “anticipado la jugada” sin tener en cuenta que en septiembre de 2016, junto con la Sociedad Rural, había firmado una solicitada para pedir la destitución de Daniel Rafecas por lo que consideraban una “intolerable parcialidad” en el affaire Nisman, así como tampoco su denuncia “por mal desempeño de sus funciones” contra este juez, de marzo de 2018, ante el Consejo de la Magistratura, en la que reclamaba que “se disponga la apertura del proceso de remoción” a la vez que “se ordene su suspensión”. Contradictoria, para no variar. Borrando con el codo siempre.
Para terminar este capítulo, y a fin de no transformar las declaraciones descarriadas de este personaje en leitmotiv del libro, algunas frases sueltas, mezcladas sin otro orden que el que surge de su propia impronta.
Allá por setiembre de 2018 participó como invitada especial en un encuentro de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y en esa ocasión desplegó todo su talento para el stand-up. Aquí una selección de las publicadas por los diarios Perfil y Tiempo Argentino.
Aplauso cerrado. Eso sí, no quieran saber la cara de los dirigentes de CAME que la acompañaban en el escenario…
Su cuenta de Twitter ha sido, también, un fresco de sus dislates. En marzo de 2020 acometía con este hilo:
“El mundo debe ser visto desde la geopolítica, mirando todo el globo terráqueo. Y para los espirituales, desde Dios. Espero que alguien sepa realmente de geopolítica y de la relación de agentes de inteligencia rusa en la querida Cuba”, arrancaba como para calentar el ambiente tuiteril. Y seguía: “La única que se da cuenta de todo esto es Merkel”. Luego avanzaba con un nombre que quería poner en la discusión. Decía: “No tengan miedo. El problema no es el Coronavirus sino Putin. Quieren quebrar a Europa” y terminaba con fanfarrias, címbalos, bombardinos, ciscornos, triángulo y toc-toc: “Trump es un aprendiz de payaso frente a Putin, como lo fue el ex primer ministro del Reino Unido, Neville Chamberlain. Lo digo como ciudadana de sentido común”, y rubricaba “Lilita Nadie”. Una seguidilla para entregársela a un congreso de psicoanalistas lacanianos y, que se hagan cargo.
Otro gran momento plagado de pavadas fue el de la denuncia por la vacuna Sputnik V que tratamos con la extensión que merece en otro capítulo. Sin embargo, de todas las cosas dichas en ese momento, rescatamos una en particular para esta sección de grandes tonterías. Reza, en un tramo de la denuncia: “El gobernador de la Provincia de Buenos Aires había sido el primer funcionario en iniciar tratativas con diplomáticos rusos, aun antes que el propio gobierno nacional”… Porque, como todo el mundo sabe (y si no lo sabe debe leer el texto completo de la presentación), “Los que están recibiendo la vacuna rusa son dictaduras como Maduro, Bielorrusia, Iraq, Irán. Hay un alineamiento geopolítico con dictaduras en un momento de crisis mundial. Hay una dirección geopolítica que nos lleva a dictaduras”. Y, claro, Axel es nuestro dictador de cabecera.
Para terminar, una sucesión de dislates, contradicciones y despropósitos acuñados hace pocos días porque, albricias… ¡Volvió el Oráculo que siempre se Equivoca!
Carrió, casi “retirada” de la escena de estos últimos años, fue nuevamente convocada por sus amados medios concentrados para terciar en la convulsionada interna de Juntos por el Cambio (aunque más que cambio, prefieren la guita grande).
El cruce de espionajes, trapisondas, agachadas, pases de facturas (algunas truchadas para justificar Lago Escondido) y otras lindezas que se han dispensado entre los candidatos y candidatas de la derecha vernácula motivó que, la craneoteca marketinera decidió convocar a Lilita y ella, que ya tenía síndrome de abstinencia de TN y La Nación+, a pesar de las tórridas temperaturas (y de jurar y perjurar que ella con 40 grados no te va a ningún lado) acudió presta a responder en el living de su segundo hogar, o sea, en un canal de televisión.
Primero lo retó a Horacio Rodríguez Larreta por “no sostener” a Marcelo D´Alessandro en su cargo de Ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (véase en la gramática del título cómo, para los porteños, la policía es más importante que los jueces). Luego, al apiolarse de que Horacito es el mejor perfilado para ser el candidato del espacio, reculó (por sus incontables marchas atrás, podría haber sido integrante del gobierno de Alberto) y dijo que acompañaba al Jefe de Gobierno en su “lucha contra las mafias”. Pero, minutos después, lo conminó a reponer a D´Alessandro a más tardar en marzo (cosa más improbable que ella integre la fórmula presidencial).
Entre medio, aprovechó para denunciar que la filtración de chats era producto de «una mesa militar comandada por Milani» (general que está entre sus denunciados favoritos) instalada en la AFI (imaginate la gracia que le causó a Agustín Rossi). Y luego volvió sobre Rodríguez Larreta (a) El Surfer para advertirle, maternalmente, que se cuide de su entorno (más contradictoria no se puede).
Recuperado su espacio en los medios, además, se apoltronó en el sillón de TN (vía Joaquín Morales Solá) y dijo que la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia es “muy sucia”; dijo que Leopoldo Moreau (presidente de la comisión) le “da asco personal” y que por eso no le responde; que, con el Juicio Político a la Corte “están queriendo explotar el Consejo de la Magistratura”, que Lorenzetti (su archienemigo) “está detrás de la embestida” y una cantidad de sandeces más típicas de su discurso enrevesado y autorreferencial.
Al día siguiente recibió a Gerardo Morales en su chacra de Exaltación de la Cruz (que nunca sabremos cómo hizo para comprar con su sueldo de diputada) y establecieron una alianza para trabajar por “un proyecto de Nación que sea transformador” lo cual, en realidad, significa que el radicalismo quiere abroquelarse para disputarle el poder a Macri (a quien castiga cada vez que puede). Y cerró el periplo mediático denunciando al Gobierno ante la OEA porque, según ella, el «operativo de presión y desgaste no cesa» y el juicio político a la Corte es parte de esa acción.
¡ELLA! Justo ELLA que allá por abril de 2017 comenzó su andanada contra el entonces presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, solicitando su juicio político. Y de allí siguió hasta hoy, y no amainó ni siquiera cuando el primer objetivo (que era desplazarlo de la presidencia a favor de Carlos Rosenkrantz, ex abogado de Clarín), fue cumplido.
En fin: Elisa Carrió, cada vez más, ¡se va al pasto! Lo notable es que haya quien le sigue renovando el carnet de conducir…
Buenos Aires, 15 de enero de 2023.
*Licenciado en Letras, escritor, periodista y analista político.