La parodia es un recurso por el cual lo que se dice ve invertir su sentido aparente y primero; los discursos se extreman hasta volverse hilarantes. Martín Kohan se pregunta por dos cuestiones que aquejan a nuestra sociedad: La literalidad y la dificultad de comprender textos.
Por Martín Kohan*
(para La Tecl@ Eñe)
¿Ha dejado de enseñarse Don Quijote de la Mancha en los cursos de literatura de las escuelas secundarias? Entiendo que hay muy buenas razones para mantenerlo, si es que sigue ahí, o para reponerlo, si es que lo han quitado. Una razón, contundente según creo, es que ese texto no responde al mundo y a los intereses de los jóvenes del presente, lo que contribuirá sin duda alguna a estimular en ellos la idea de que no sólo el mundo propio, no sólo las cuestiones propias importan y son interesantes; que también es posible, e incluso necesario, abrirse e interesarse por mundos y por cuestiones que no son los de uno mismo. La segunda razón que invoco es que se trata de un texto mayúsculo pero no de lectura demasiado sencilla, que exige cierto grado de concentración y competencias interpretativas específicas, por lo que la escuela es el ámbito ideal para proponer y orientar su lectura, lectura que un joven actual difícilmente emprenda si no es en ese contexto. Una tercera razón, entre tantísimas otras posibles, es que la sofisticación de la composición de ese texto se debe en gran parte, aunque no del todo, a su carácter de parodia literaria.
La parodia es un recurso por el cual lo que se dice ve invertirse su sentido aparente y primero; las palabras se liberan de la chatura de la univocidad; una voz retoma a otra voz, un discurso retoma otro discurso, reproducen sus rasgos más reconocibles, pero los extreman hasta llevarlos al punto en que se vuelven contra sí mismos. El resultado suele ser hilarante, a menos que la parodia no se advierta o no se entienda (quien lea Don Quijote de la Mancha como una simple novela de caballería seguramente no se reirá. Y además, como novela de esa índole, la encontrará muy probablemente fallida).
El otro día, en un diario de Buenos Aires, se publicó un chiste contra el antisemitismo. En la imagen se daba a ver a dos personajes con aspecto de servicios de inteligencia, buscando alguna consigna que sirviera para entusiasmar a los sectores de extrema derecha: mano dura represiva, limitaciones a la igualdad de derechos, etc. Es en esa revisión, a cargo de esos personajes, que aparecía la idea de recurrir a la propaganda contra los judíos. Es clara la parodia de esa visión, la burla está obviamente dirigida a los propios matones, la crítica apunta evidentemente hacia los discursos de la represión y la discriminación.
¿Pero hubo acaso alguien que en esa parodia crítica del discurso del antisemitismo leyó un discurso antisemita, así sin más, directamente? Hubo, sí. Hubo alguien, hubo varios. Hubo varios y no fueron pocos. No advirtieron la inversión valorativa, no advirtieron la distancia crítica, no distinguieron a los personajes del autor que los creó. Tampoco reconocieron esa forma admirable de la resistencia que es la tradición del humor judío, su acidez y su eficacia.
Nada que no se diga y se lamente ante los aflictivos resultados que suelen deparar las pruebas Aprender: que hay en nuestra sociedad severas dificultades para la comprensión lectora de textos (y aun de su combinación con imágenes).
Buenos Aires, 19 de marzo de 2023.
*Escritor. Licenciado y doctor en Letras por la Universidad Nacional de Buenos Aires.
4 Comments
Con Silvia Hopenhayn en uno de sus talleres de Clásicos no tan clásicos estamos leyendo el Quijote.
Hay textos que no pueden enviarse ni olvidarse.
Absolutamente comprensible lo q decís Martin. Pero cuando el /la estudiante no puede siquiera interpretar una breve consigna o comprender un corto artículo periodístico, darle a leer El Quijote es generarle tal sensación de fracaso q aborta el estímulo x la lectura y su disfrute
Si no puede leerlo en marzo, no hay problema: el curso está apenas empezando. Pero si no puede leerlo en noviembre, cuando termina, el fracaso tal vez sea nuestro, de los docentes. No hemos conseguido ampliar sus destrezas de lectura. De todas formas, los que no lograron entender el chiste del diario, por lo que vi, terminaron su secundario hace mucho. Abrazo
El huy Montag de la foto, d e la película farenheith 451 es un hallazgo. Vivimos tiempos parodicos mí querido sancho