Las elecciones en CABA mañana y en la Provincia de Buenos Aires en algunos meses, son
fundamentales para parar o al menos lentificar el plan colonial de demolición del gobierno de Milei y el establishment concentrado local y financiero internacional. Tal vez, el resultado tenga reminiscencias y consecuencias como las dos batallas del Alamein de julio y octubre de 1942.
Por Hugo Presman*
(para La Tecl@ Eñe)
ARGENTINA 2025
Hay dos elecciones decisivas en el 2025: la de Capital Federal y la de la Provincia de Buenos Aires. Entre las dos suman casi el 45% del electorado nacional. La primera es el lugar de nacimiento del PRO y la Provincia de Buenos Aires, especialmente el segundo y tercer cordón urbano, es la fortaleza kirchnerista. Milei, dicho en su lenguaje escatológico y mortuorio, va a esta confrontación para ponerle el último clavo en los ataúdes del PRO y del kirchnerismo. Tanto el PRO como el peronismo sufren un proceso intenso de fragmentación. Las bases del primer partido de derecha que llegó al gobierno nacional por elecciones en el siglo XXI, está siendo vaciado por abajo por la ultraderecha de La Libertad Avanza y por arriba con la cooptación de sus principales dirigentes. Un Macri desanimado, con los brazos caídos y aspecto derrotado, acompañó a su candidata Silvia Lospennato, la autora del proyecto de Ficha Limpia (algo así como proponer la abstinencia sexual en un prostíbulo acompañada por sus compañeros cafishios). Horacio Rodríguez Larreta hace dos años y medio se probaba con seguridad el traje de presidente y ahora se conforma con un puesto de diputado en la legislatura de la Capital, iniciando un camino desde abajo con una máxima aspiración a llegar a recuperar la Jefatura de Gobierno. Lejos y enemistado del partido que ayudó a fundar, y que erosiona sus posibilidades electorales, actúa como Ramiro Marra con relación a la Libertad Avanza -posiblemente este último un error de la implacable ex repostera y hoy guillotinadora Karina Milei-, con la voluntad empecinada de terminar con el macrismo en su guarida de la Capital. El hermano de El Jefe, pasó velozmente de panelista a diputado y de ahí a la Presidencia de la Nación. Que un estrafalario personaje, que jamás había hecho política (a la que desprecia) y al mismo tiempo odiara al Estado y pretendiera destruirlo, no fue obstáculo para que llegara a una velocidad supersónica a ser jefe de Estado, es decir que presidiera lo que él calificó una asociación ilícita peor que la mafia. Su irrupción demostró que el escenario político de ese momento estaba tan deteriorado que asemejaba a un escenario de cartón. De ahí a que el PRO apoyara todas las medidas económicas de demolición de los primeros 18 meses sin diferenciarse siquiera en un falso republicanismo, lo que pavimentó el camino hacia el precipicio de la desintegración. Su electorado en lugar de seguir a una derecha disfrazada de pseudo temerosa, decidió en su mayor parte trasladarse a una derecha brutal, medieval, ferozmente antikirchnerista, el ropaje moderno del antiguo odio antiperonista, y que exhibe orgullosa su crueldad para disciplinar hacia adentro de su partido y hacia afuera a la sociedad en general con los desequilibrios e insultos presidenciales y su frondoso ejército de trolls y con la exhibición del despliegue superlativo de las fuerzas de inseguridad, empecinadas en golpear a los débiles. Infundir miedo es imprescindible para un programa que ha roto el cipayómetro. La desazón de Macri es la de haberse dado cuenta tarde que entre una derecha capaz de los peores atropellos a la condición humana reivindicadora del terrorismo de Estado a la que adhiere y que le hubiera gustado haber sido el ejecutor y el actual interprete, su electorado, de un gorilismo indisimulable, prefiere que el país sea dirigido por un desequilibrado antes que por cualquier versión del peronismo. Fácil resulta finalmente pronosticar que su electorado terminará trasladándose hacia el extremo y no a la versión igual, pero disfrazada de pasteurizada que Macri encarna.
A su alrededor han quedado tan sueltos como sin GPS, el radicalismo que ha pasado a ser una confederación de partidos provinciales y sus triunfos parciales no alcanzan trascendencia nacional. Distribuidos en todo el país, no tiene desde hace décadas, candidatos presidenciales propios y caminó arrodillado con el macrismo y ahora ha apoyado a Milei que los insulta con entusiasmo. Ante semejantes despropósitos, se sumen en el ridículo de la ignominia y llegan a hablar de “la frescura” del presidente. Extraño matrimonio: la crueldad extrema del gobierno, sádica din dudas, y la vocación masoquista del radicalismo.
El grupo de amigos de Carrió han bajado considerablemente la potencia de sus denuncias, aislados políticamente pero muy acogidos en La Nación +, y la izquierda trotskista no puede superar su meritorio papel testimonial y presencia en las luchas.
EGIPTO 1942-LA PRIMERA BATALLA DEL ALAMEIN
La primera batalla de El Alamein se libró entre el 1 y el 27 de julio de 1942 en una ciudad al norte de Egipto, en la costa del Mar Mediterráneo a 106 kilómetros de Alejandría. Las tropas comandadas por Erwin Rommel, tenían como objetivo apoderarse de Egipto, protectorado británico, controlar el canal de Suez y acceder a los pozos petroleros del Medio Oriente. Enfrente estaban las fuerzas aliadas comandadas por Claude Auchinleck.
El resultado de este primer enfrentamiento fue un empate.
ARGENTINA 2025
El peronismo vive un momento de desconcierto, de la inexistencia de una jefatura nacional y de cierta incomprensión de una sociedad que ha cambiado con relación a la del 2015, a la del 2003 o la de 1989. No hay propuestas innovadoras que sintonicen con antiguos y nuevos actores sociales. Criticar los delirios y las medidas coloniales de Milei es importante pero absolutamente insuficiente si no se presentan alternativas que vuelvan a convocar a un sueño. El peronismo tiene como nadie una larga lista de avances y derechos conquistados, pero la nostalgia no es un proyecto sino un punto de apoyo para avanzar hacia nuevos horizontes recuperando necesariamente mucho de lo perdido.
El peronismo es un movimiento que conforme a su jefatura será más populista o más conservador. La jefatura, cuando es reconocida unánimemente o siendo ampliamente apoyada imprime la orientación al movimiento. Perón, Menem, Kirchner y Cristina en algunos años determinaron la orientación, muy influenciada por la situación externa. Perón, más allá de sus convicciones, gobernó después de la finalización de la segunda guerra mundial cuando en el mundo el Estado de Bienestar fue la alternativa que los ganadores capitalistas de la conflagración encontraron para parar el avance del comunismo, que fue su aliado determinante en el triunfo bélico. Para EE. UU e Inglaterra el comunismo era el enemigo a derrotar y la segunda bomba atómica sobre Nagasaki la padeció Japón que se rendía después de la arrojada sobre Hiroshima, siendo su destinatario la Unión Soviética. Menem asume con la Caída de Muro de Berlín y manda a la papelera las vigas fundamentales del modelo que de 1945 a 1955 diagramó y/o consolidó la sociedad industrial, la más igualitaria, la de la movilidad social ascendente. Una estructura tan sólida que durante más de cuarenta y cinco años resistió con heridas diversas, con destrucciones parciales pero intensas, los intentos internos y externos de volver a la Argentina exclusivamente agropecuaria. Menem orienta al peronismo y a la Argentina al mundo del “Fin de la Historia”, tanto en política interna como en política exterior. Cuando las consecuencias de las políticas surgidas a partir de la implosión del socialismo real reconstruyeron el muro de Berlín en el interior de cada uno de los países, surgió el kirchnerismo para recuperar el Estado de Bienestar, la distribución progresiva del ingreso, la conquista de derechos, la política de derechos humanos y una política exterior independiente y orientada hacia la Patria Grande Latinoamericana.
La desorientación actual está basada en que no hay jefatura nacional y eso produce deserciones, gobernadores con miradas exclusivamente provinciales, diputados y senadores que obedecen a los gobernadores chantajeados desde el gobierno nacional, la falta de un programa que responda a las necesidades de una sociedad atravesada, en alrededor del 50% por el neoliberalismo.
El reconocimiento a una jefatura nacional es lo que permite un Movimiento que en su amplitud tiene disidencias internas pero que quedan alineados en una jefatura reconocida nacional. Así en distintas épocas pudieron convivir bajo un mismo techo Teisaire y Cooke, Brito Lima y Firmenich, Ongaro y Rucci.
Los enfrentamientos en la Provincia de Buenos Aires entre Cristina Fernández y la Cámpora, y el gobernador Axel Kicillof, si no se superan habrán de debilitar significativamente la posibilidad de triunfo en territorio propio. Su derrota altamente probable si va dividido, ante una derecha unida en sus dos versiones, representantes del poder económico concentrado con una vocación acendrada de colonia, sería un suicidio como partido, como movimiento, como país.
EGIPTO 1942- LA SEGUNDA BATALLA DEL ALAMEIN
La segunda batalla de El Alamein se libró entre el 23 de octubre al 3 de noviembre de 1942, a menos de 3 años de la finalización de la guerra. Las contiendas electorales de CABA y Provincia de Buenos Aires se concretarán en promedio alrededor de dos años de la finalización, por ahora, del mandato de Milei.
La batalla fue la continuación de la primera que había conseguido detener el avance de las fuerzas del África Korps, una fuerza militar de la Alemania de Hitler enviada al norte de África en 1941 para apoyar a las tropas italianas que estaban siendo derrotadas por las fuerzas británicas. El general Bernard Montgomery había reemplazado, en agosto de 1942, a Claude Auchinleck. Finalmente, las tropas aliadas triunfaron sobre las que comandaba el denominado “Zorro del desierto”. Comenzó con el retiro de las tropas alemanas por la costa norte de África, perseguidas por las británicas, hasta que un gran número de soldados alemanes fueron cercados en Túnez, mientras otros pudieron huir hacia Sicilia. Lo cierto es que la derrota alemana en la segunda batalla del Alamein fue un clivaje muy importante en el resultado de la Segunda Guerra Mundial al impedir que Alemania se apoderara del Canal de Suez y de los pozos petroleros del Medio Oriente.
Es difícil y aventurado hacer una historia contrafáctica si el resultado de la segunda batalla del Alamein hubiera sido distinto. Por lo menos, no sería inverosímil suponer que la finalización de la guerra se hubiera prolongado.
Churchill declaró: “Antes de aquella batalla no obtuvimos una sola victoria. Después del Alamein, no sufrimos una sola derrota.
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Las divisiones en el PRO y en La Libertad Avanza, le abren a Ahora Buenos Aires, el nombre con el que un sector importante del peronismo se presenta en CABA, la posibilidad de triunfo en un territorio refractario, donde no conoce la victoria, desde hace 32 años, con la figura de Leandro Santoro, un ex radical alfonsinista que milita en el kirchnerismo desde hace más de una década. Está claro que la elección de integrantes de la Legislatura pasa a un segundo lugar. Lo que se vota es el apoyo o la crítica a los primeros 18 meses del gobierno de Milei. Hay dos agrupaciones más que se presentan como peronistas: la que lleva a Juan Abal Medina y la que inspira Guillermo Moreno. En una elección pareja, toda dispersión de fuerzas juega a favor de quien se presenta como el adversario a derrotar.
Si gana Santoro con “Ahora Buenos Aires” y el peronismo supera la potencial fractura en Provincia y triunfa, será un golpe muy importante para detener o retrasar junto con las movilizaciones populares el proyecto exterminador que nos deja huérfanos de Patria y la expulsión por extinción de fuentes de trabajo de quince millones de argentinos.
Pero si Milei triunfa finalmente en la Capital y luego en Provincia Buenos Aires, lo que viene después de octubre es concretar en su totalidad el plan de demolición. Avanzar con la destrucción del Estado, privatización de todo lo estatal, desde la salud a la educación, liquidación del sistema científico, estrangulamiento final de las universidades, eliminación desde el Monotributo a la indemnización por antigüedad, extensión de la jornada laboral a 12 horas, eliminación de las horas extras, extensión de la edad para jubilarse, ajuste infinito para pagar la deuda, entrega total de los recursos naturales, políticas que ayudan a la fragmentación territorial, y cualquier despropósito inimaginable.
Nadie puede sorprenderse si eso sucede. Los gobernadores lo firmaron en el lamentable “Pacto de Mayo” Periodistas de distintos signos ideológicos lo han advertido. El periodista Jorge Fernández Díaz en su columna dominical del diario La Nación del 10 de noviembre del 2024 escribió: “Desembozadamente le han dicho a Jorge Liotti que buscan crear ahora una hegemonía libertaria, y que esta incluiría una reforma de la Constitución nacional; le han contado a Santiago Fioriti que la consigna presidencial interna se traduce en el reconocido lema “es ahora y es con todo”, y le han revelado a Claudio Jacquelin su intención de establecer “un nuevo orden”. Este maximalismo triunfalista, que sin embargo se traduce en fría determinación y se cocina a fuego rápido en la Casa Rosada…” A su vez el periodista Sebastián Lacunza en Diarioar del 2 de marzo del 2025: “A la hora de trazar la hoja de ruta para su segundo año de mandato, el mandatario gastó promesas previsibles de un Gobierno ultra que dispara hacia adelante por instinto “motosierra profunda”, baja de edad de imputabilidad hasta al menos los 14 años, reforma antiinmigrantes- extraño liberal-, fin del Mercosur, continuación de la eliminación de la obra pública, reducción de impuestos y el objetivo mayor: “llegar al final del Estado en el largo plazo”” Como puede observarse algunas de estas medidas se han puesto en el tapete en las dos ultimas semanas anteriores a estas elecciones.
Si se gana en Capital y Provincia de Buenos Aires, se podrá imaginar un futuro como imaginó Churchill después de la Segunda Batalla del Alamein. Preguntado si este era el principio del fin para el nazismo, fue prudente y dijo: “Esto no es el fin. Ni siquiera es el principio del fin. Pero tal vez sea el fin del principio”
Ganar Capital y Provincia de Buenos Aires no será el principio del fin para los liberticidas. Pero será un golpe de enorme repercusión. Posiblemente sea el fin del principio. Y ya no vale la argumentación de muchos de sus votantes que “lo dice, pero no lo va a hacer.”
Parecido a lo que decía el pensador francés conservador Raymond Aron, filósofo y sociólogo, refiriéndose a si se sabía o no sobre los campos de concentración en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, que puede derivar en un error trágico: “Lo sabía, pero no lo creía y porque no lo creía, no lo sabía”.
Buenos Aires, 17 de mayo de 2025.
*Periodista.